¿Gentrificación en Washington Heigths e Inwood?
Un informe del Latino Data Project rechaza que hasta 2015 haya habido desplazamientos significativos
“Dos habitaciones y mucho carácter gracias al ladrillo expuesto”. El anuncio de venta de este coqueto pero pequeño apartamento detallaba un precio de casi $900,000 y algo más de $1,000 mensuales en gastos de comunidad.
¿Dónde? En Washington Heights.
Los precios de esta zona, tanto para la compra como el alquiler de un hogar, se han elevado porque como otras zonas de la ciudad están viendo como familias de clase media, normalmente de comunidades no minoritarias, están desembarcando en áreas en las que aún se pueden permitir comprar o alquilar con cierta tranquilidad para sus finanzas personales.
Este fenómeno está dando lugar a una gentrificación de barrios con desplazamientos de vecinos en muchos de los barrios considerados hace una o dos décadas alejados del centro de la ciudad. Los residentes asentados hacen frente a la casi imposible tarea de vivir con unos costos básicos que suben con las sucesivas oleadas de llegada de personas de mayor poder adquisitivo.
No obstante, y según el último informe del Latino Data Project, el problema del desplazamiento no ha sido real para la comunidad latina y en particular la mayoritaria dominicana del alto Manhattan, al menos hasta hace cuatro años. Desde el Centro for Latin American, Caribbean and Latino Studies se han estudiado datos de población de Washington Heights e Inwood entre 1990 y 2015 y en sus primeras páginas se advierte de que hay sorpresas.
“Brevemente, la comunidad latina de Washington Heights e Inwood no está siendo desplazada de una forma significativa“, se explica en este reporte.
“Aunque ciertamente ha habido un incremento en el número de blancos no hispanos adinerados en la última década, en 2015 los latinos han mantenido la misma proporción de población que tenían en 1990”, señala este estudio. Los datos que se manejan es que los dominicanos, el mayor subgrupo de esta comunidad, “ha incrementado su presencia en el periodo de 25 años considerados en este informe”.
Es un informe en el que faltan cuatro años críticos en los que el fuerte desarrollo inmobiliario ha cambiado las caras de muchos barrios y la rezonificación, aunque incluye un buen número de viviendas asequibles, no ha impedido las subidas de unos precios de alquiler que fue ya del 38% entre 2002 y 2014.
Los planes de rezonificación en Inwood fueron protestados en 2018 porque se temía que se cambiaría el carácter de una de las zonas que con mayor autenticidad ha reflejado el carácter caribeño y latino de Nueva York.
En el informe se acepta que ha habido cambios en el vecindario y desplazamientos pero niega que estos últimos hayan sido sistemáticos. Es más, las cifras que se manejan apuntan a que el cambio no está centrado en la raza y etnia de la demografía sino en cómo ha habido una modificación en la estructura de los ingresos, las tasas de pobreza y los logros educativos.
“Los latinos en Washington Heights/Inwood tienen ingresos significativamente mayores en términos reales (actualizados a la inflación) en 2015 que hace 25 años. Mas de un tercio de los hogares latinos en el vecindario ganó más $75,000 in 2015,y el porcentaje de dominicanos que ganan más de $100,000 anuales se ha incrementado un 66% desde 1990 incluso cuando se ajusta con la inflación”, se explica. Además se han mejorado las graduaciones tanto en secundaria como universidad lo que en teoría mejora las perspectivas de empleo e ingresos.
En este cuarto de siglo también se ha reducido la pobreza entre los latinos y en particular los dominicanos que son los más numerosos en el área. Un 4% de ellos ya ha nacido en EEUU desde 1990 y además de tener la nacionalidad hablan inglés con fluidez.
No obstante, la pobreza volvió a crecer con la Gran Recesión. Según este informe, hay más familias que vivían con menos de $20,000 al año en 2015 que en 2010. La conclusión que se extrae de ello es que las familia latinas más pobres “no han sido desplazadas de la comunidad”.
Rodrigo Sánchez-Camus, director de Nothern Manhattan Improvement Corporation Legal Services (NMIC) en la zona, dice que su experiencia le habla de una situación distinta.
“Las rentas han empujado fuera a mucha gente”, explica. Este abogado dice que se ven muchos apartamentos de una habitación por $2,000 al mes y estudios por $1,500 razón por la cual mucha gente se está yendo, sobre todo a El Bronx, o hay varias familias en una misma vivienda. “No hay espacio, viene gente nueva con más dinero”, cuenta.
Sánchez-Camus explica que su organización incluso ha abierto una oficina en El Bronx.
Con respecto a los dominicanos la situación de muchos de ellos, que siguen llegando de la isla y asentándose con sus familias en la ciudad, se ha complicado por la situación de mayor presión en la que se encuentran los indocumentados en los últimos años. “La vida para un inmigrante es difícil”, dice Sánchez-Camus con un sentido pesar antes de explicar que lo más importante para el desarrollo de estos barrios y que se evite la salida de las personas que allí viven son las rentas y la oportunidad de trabajar.
Con respecto a la vivienda cree que la nueva ley de rentas va a ayudar significativamente en el área pero “ya hay gente que se ha ido por no poder pagar lo que se demanda aquí. Ahora El Bronx es como Whasington Heights hace 10 o 20 años”, dice. Su experiencia es que además de las familias con niños, los que más problemas tienen para hacer frente a las rentas son las personas mayores que reciben un cheque de $800 mensuales del seguro social en el mejor de los casos. “Con un ingreso así, es muy difícil”.
Y los ingresos de los trabajadores no son siempre mucho mejores. “Lo que se le paga a la gente no es suficiente”, dice Sánchez-Camus.
Este abogado dice que ve de primera mano como muchas familias viven peor trabajando porque se les eliminan ayudas de asistencia pública.
“Todos los meses vemos que se crean empleos pero lo que se ve es que hay más trabajos en el sector servicios donde los salarios son bajos. Hay mucha gente que tiene que tener dos trabajos, más y más horas de trabajo para pagar la renta”, lamenta este abogado.
Lo cierto es que tras años de expansión económica y reducción del desempleo el reflejo de la bonanza no se ha reflejado en todos los salarios. Ni en el país ni en Nueva York por más que la media de compensación y salarios haya subido más que en la media del país.
La Oficina Independiente del Presupuesto de la ciudad de Nueva York explica que en general los empleos vienen con menos horas de trabajo algo que permitía entender el hecho de que “el crecimiento de los salarios haya sido tímido”. “Con la media de horas trabajadas a la baja el mercado laboral no se ha tensado tanto como lo que permite especular una rebaja del desempleo. Consecuentemente hay menos presión para elevar los salarios”.
Al hablar del salario mínimo Sánchez-Camus da la bienvenida al aumento del salario mínimo en el estado y la ciudad. “Por supuesto ganar $15 la hora es mejor que los $7.50 que se cobran a nivel federal pero no es suficiente, con ese dinero no se pueden pagar las rentas. ¿Cómo se arrienda? el mínimo debería ser $20”, estima. Muchos trabajadores se han quejado de que los empleadores les han reducido las horas de trabajo.
Uno de los ingredientes de su receta para que se mantenga el carácter de la zona es que haya “oportunidad de trabajos”.