Este hombre creó los nombres de BlackBerry, Pentium y otras marcas famosas

Él puede llegar a cobrar hasta $150,000 sólo por ponerle nombre a un producto

Un equipo de especialistas se encarga de encontrar el nombre perfecto para los productos.

Un equipo de especialistas se encarga de encontrar el nombre perfecto para los productos. Crédito: GLENN CHAPMAN/AFP | Getty Images

Aunque no lo creas, cuando las empresas crean un nuevo producto muchas veces ni siquiera saben cómo deberían llamarlo, por lo que deciden contratar a un experto que pueda ‘bautizarlo’ de una forma que pueda ser atractivo para los consumidores.

Es en estos casos cuando entra en escena David Placek, que tiene 30 años con una empresa llamada Lexicon Branding con la que le ha puesto el nombre a artículos tan famosos como el procesador Pentium de Intel, el PowerBook de Apple, el agua embotellada Dasani de Coca-Cola, entre muchas más.

El proceso para ponerle nombre a un producto le lleva a Placek y a su equipo de colaboradores alrededor de ocho semanas, en donde podrían llegar a participar hasta 10 o 12 personas.

Este servicio no es nada barato, ya que los clientes pueden llegar a pagar entre $50,000 y $150,000 dólares, dependiendo del proyecto.

El largo camino al éxito

Antes de crear su empresa, Placek estuvo trabajando como miembro del personal del Comité de Comercio del Senado de los Estados Unidos en Washington DC. Después, colaboró con un senador manejando su departamento de comunicaciones y escribiendo sus discursos.

Después de un tiempo desenvolviéndose en el área política, Placek incursionó en la industria de la publicidad, donde escribía anuncias y ayudaba con el lanzamiento de nuevos productos.

Esta última experiencia le dio la idea de hacer una empresa que se dedicara exclusivamente a crear nombres para los artículos o servicios que las empresas ofrecían e invirtió $45,000 dólares de sus ahorros para lanzar el negocio.

Como él no era un experto en lingüística contrató personas que sí lo fueran. De esta manera, estos profesionales podrían encontrar o crear nombres efectivos para que un producto se vendiera mejor.

Actualmente, cuenta con 90 socios lingüistas en todo el mundo y su compañía genera alrededor de $8 millones de dólares en ingresos anuales.

La historia de BlackBerry

En 1998, una compañía canadiense contactó a Placek para que le pusiera nombre a su nuevo teléfono inteligente, por lo que él reunió a su equipo y levantaron algunas encuestas.

Para esto, pusieron un cartel enseguida de un Starbucks en donde le ofrecían a la gente un cupón de $10 dólares por una pequeña entrevista de 5 minutos.

Después de hacer esta breve investigación, Placek descubrió que el nombre del producto no debería estresar ni elevar la presión arterial de la gente, sino hacer todo lo contrario: tranquilizarla.

Tomando en cuenta esto, todo el equipo comenzó a proponer palabras que fueran relajantes, por lo que algunos propusieron nombres de frutas como ‘strawberry’ (fresa) y ‘blackberry’ (mora), y fue este último el que le gustó más a Placek.

Al presentarlo a los ejecutivos de la empresa canadiense, ellos no se mostraron muy seguros de usarlo, pero Placek los convenció diciéndoles que ninguno de sus competidores tendría las agallas de usar un nombre como BlackBerry, por lo que finalmente decidieron quedarse con él.

Como ves, al parecer, en el mundo de la publicidad y la mercadotecnia se puede encontrar un experto para abordar cada pequeño detalle de un producto, antes de que éste siquiera llegue a los estantes.

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