“Carwasheros” logran compensación de $9.4 millones luego de años de explotación laboral
Los inmigrantes, algunos indocumentados, eran sometidos a trabajo forzado sin pago de horas de extras y muy por debajo del salario mínimo legal, en una cadena de lavado de carros en NYC y Nueva Jersey.
Al inmigrante mexicano Juan Remigio Licona le cuesta contener las lágrimas al recordar los terribles ocho años de explotación laboral que sufrió en un centro de lavado de carros en El Bronx, en donde inclusive se le negaba la media hora para comer, durante extenuantes jornadas de hasta 12 horas. Hoy es uno de los 106 trabajadores que ganaron una batalla legal colectiva y lograron una compensación que suma $9.4 millones, la mayor lograda para los llamados “carwasheros” en los estados de Nueva York y Nueva Jersey.
“A veces por un largo día de trabajo, nos pagaban 30 dólares. Yo trabajaba sin mascarilla y tenía que limpiar los contenedores de desperdicios. Una vez me estaba asfixiando. Yo gritaba por el olor tan fuerte, para que me tiraran la escalera para salir y el patrón ordenó que me dejaran allí, porque yo tenía que terminar”, narró el padre de familia de Veracruz, de 49 años.
En 2011, Juan Remigio y un grupo de compañeros de las cuatro sucursales de JV Car Wash, ubicadas en el Alto Manhattan y El Bronx en NYC y Elizabeth (Nueva Jersey), iniciaron una querella judicial en donde se trazaron una meta que parecía imposible: recuperar décadas de robo de salario y maltratos.
Luego de 8 años, en donde el propietario de la empresa usó diferentes estrategias para evadir la justicia, este lunes el último grupo de empleados que ganó la demanda, recibió compensaciones entre $75,000 y 100,000 en promedio.
“Explotación extrema”
Los carwasheros de la Gran Manzana, detallaron que recibían entre $50 y $60 por día, por trabajar hasta 12 horas. A los trabajadores de Nueva Jersey, les iba incluso peor, generalmente se les pagaba entre $35 a $40 por día, por jornadas de diez horas, por seis a siete días a la semana.
Además el grupo de trabajadores, en su mayoría inmigrantes hispanos y algunos indocumentados, no gozaron de los descansos de ley, ni pago de horas extras. Algunos reseñan que tenían que trabajar en las madrugadas jornadas adicionales, porque el modelo del negocio implicaba un servicio de 24 horas y 365 días al año.
Tal es el caso del mexicano Cid Reyes, quien vino de Puebla a Nueva York en 1989, a la búsqueda del sueño americano. Por años, fue requerido para laborar en las madrugadas para reparar las máquinas, sin pago de horas extras. Estaba obligado a resistir en silencio las vejaciones de su jefe. Asumió que no tenía derechos por ser indocumentado.
“Yo trabajé 26 años, día y noche. Empecé lavando los carros a mano y aspirando. Cuando pusieron las máquinas aprendí a reparar las cadenas que siempre se rompían, además de reponer los líquidos de los jabones. Paleaba nieve, pero también en el verano, duré horas bajo el sol”, dijo Cid.
El salario mínimo en la ciudad de Nueva York en ese momento era de $7.25 por hora, como subraya Cid y coincidiendo con otros afectados del grupo de demandantes. Si tenían jornadas laborales de hasta 72 horas a la semana, se les debería haber pagado $638, incluido el tiempo y medio por cada hora después de 40 horas.
“Cuando reclamaba por mis horas extras, el patrón solo decía que si no me gustaba me largara. En una semana como mucho me pagaban 300 dólares”, explicó el inmigrante que esperó con paciencia ocho años para lograr la justicia.
En este caso, se quitó el velo a un caso extremo de explotación laboral. También 19 trabajadores indocumentados recibieron sus salarios atrasados, entre otras razones, porque ellos habían obtenido los números de identificación de contribuyente del IRS y los impuestos federales y estatales, habían sido retenidos en sus cheques.
“La ley protege a los trabajadores, independientemente de su estatus migratorio. Estamos enviando un mensaje poderoso de que los trabajadores indocumentados, están protegidos por el sistema legal de los Estados Unidos y pueden luchar contra los empleadores que les roban sus salarios “, argumentó el abogado Steven Arenson del bufete Arenson, Dittmar & Karban.
Arenson reitera que lograron vencer las intenciones del único propietario de estos centros de lavado de carros de evadir la justicia, luego de haber explotado de manera inhumana a trabajadores por años. “Irónicamente, José Vásquez, quien era dueño de esta cadena, es de origen hispano”.
Carwasheros protegidos por Ley
- En Nueva York, está vigente la Ley de responsabilidad del Lavado de Autos.
- La Asamblea Estatal aprobó que los propietarios de empresas de lavado de autos paguen a sus trabajadores el mínimo salario sin subsidio para propinas, eliminando así el llamado “crédito de propina”, que ha sido utilizado por algunos empleadores como un medio para engañar a los empleados de su pago legal.
- En 2019, el estado de Nueva York aprobó un proyecto de ley que, entre otras cosas, permitiría a empleados que reclaman salarios no pagados, obtener un gravamen contra la propiedad de su empleador, por el valor de su reclamo, incluidos los daños liquidados.