Zama: la joya del petróleo de México cuyo control se disputan Pemex y la estadounidense Talos Energy
Se trata de uno de los más grandes pozos petroleros de México y su control está en juego
Es uno de los campos petroleros más ricos que se hayan descubierto en México en los últimos años, con un potencial inicial de extracción de más de 1,000 millones de barriles.
Está ubicado cerca de la costa de Tabasco, en el golfo de México y a relativa baja profundidad, y según las primeras exploraciones, se sabe que contiene crudo más ligero (el cual es más rentable) que el pesado que normalmente produce México.
Por sus características, es considerado entre los 10 yacimientos más grandes de la historia del país
Se trata del campo petrolero Zama, que algunos expertos consideran la “joya” del petróleo encontrada en tiempos en los que la industria petrolera en México está en declive.
Fue el primero descubierto por una empresa privada tras la reforma energética de 2013 que puso fin al monopolio de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) sobre los hidrocarburos.
“Es un campo que tiene un potencial petrolero muy importante. Es uno de los descubrimientos más importantes de los últimos años en el país”, dice a BBC Mundo el consultor Marco Cota.
“Es un tema que está en el número uno de la agenda petrolera de México“, añade el director de la firma Talanza Energy, y exdirector de Exploración y Extracción de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía.
Y es que su control y operación está en el debate de los últimos días por los señalamientos de fuentes de Pemex a la agencia Reuters, divulgados en la prensa, que indican que el gobierno mexicano pretendería ser quien lo maneje, por encima de quien lo descubrió.
“Quitarle el control del proyecto sería un golpe simbólico al mayor cambio de política económica de México en décadas y podría enfriar aún más la inversión de las principales empresas de energía del mundo, dijeron ejecutivos petroleros y expertos”, indica el informe de Reuters reproducido por varios medios mexicanos.
El consorcio estadounidense Talos Energy posee parte de los derechos ya que es quien ganó el “bloque 7”, una de las regiones licitadas por el gobierno para que petroleras privadas las exploraran.
En agosto, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, dijo que el manejo de este campo estaría bajo negociación.
“Ese pozo colinda con otra parte que tiene Pemex, y la Secretaría de Energía ahora va a tener que hacer un estudio, porque no se han puesto de acuerdo quién va a ser el operador”, dijo la funcionaria.
Desde entonces se ha generado incertidumbre sobre las intenciones del gobierno sobre Zama.
El reporte de la agencia Reuters -que cita a fuentes con conocimiento de las negociaciones- han abierto el debate sobre quién manejará el yacimiento y hasta si Pemex pretende excluir a la empresa estadounidense.
“Pareciera que Pemex en realidad quiere operar ese bloque. Decirle a Talos ‘gracias por participar, pero de aquí yo me encargo, y ya te daré los barriles que te corresponden’. Es muy importante”, explica Cota, al tiempo de enfatizar que aún no hay nada oficial.
Sin embargo, advierte: “sería una clara señal que el gobierno de manera autoritaria puede llegar y arrebatar a una empresa que ha invertido en un área”.
¿Cómo es el campo de Zama?
Las exploraciones de la “joya” en el “bloque 7” fueron llevadas a cabo por Talos Energy, firma asociada con la petrolera alemana Wintershall DEA (que compró la participación de Sierra Oil & Gas este año) y la británica Premier Oil.
Fue el primer hallazgo de petróleo de una compañía extranjera en ocho décadas, desde que en 1938 la industria de los hidrocarburos fue nacionalizada a favor de la empresa del Estado mexicano, Pemex.
Se encuentra en aguas cercanas al puerto de Dos Bocas, Tabasco, el sitio en el que el gobierno de López Obrador construirá una refinería, lo que para analistas devela por qué es clave para el gobierno mexicano.
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Desde la superficie del agua, la exploración llegó a 166 metros de profundidad hasta encontrar el lecho marino, lo cual ofrece ventajas al no tratarse de aguas profundas.
Aunque se estima que podrán extraerse 1.000 millones de barriles, hay potencial de que pueda duplicar esa cifra, según información de la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
Pruebas indican que tiene crudo de 30 grados API, el cual es uno de los mejor cotizados en el mercado, a diferencia del pesado o mezclado con otros minerales que normalmente se encuentra en la región.
Pero el yacimiento Zama-1 no solo está en el área del “bloque 7”, sino que colinda con otra superficie bajo el dominio de Pemex llamada Amoca-Yaxché 03.
Es en este último aspecto es en el que se centra la disputa.
“Unificación”
Como usualmente sucede cuando hay yacimientos que colindan entre campos petroleros controlados por dos compañías diferentes, tiene que darse una negociación de “unificación”.
Esto significa que las empresas deben determinar qué porcentaje del campo le corresponde a cada compañía, dividir los costos de operación y definir quién se encargará de ello, explica Cota.
“El acuerdo de unificación es lo que en este momento está temblando”, añade con base en la información que se ha difundido en los últimos días.
La agencia Reuters reportó el lunes que “Pemex quiere hacerse cargo del lucrativo proyecto”, según dos exfuncionarios del sector energético mexicano y dos ejecutivos de Pemex con conocimiento de las discusiones internas.
“Para ellos, no hay otro escenario”, dijo una de las fuentes.
BBC Mundo solicitó una entrevista a Pemex, pero no hubo respuesta hasta el momento de publicación de este artículo.
En tanto, Talos Energy anunció en un comunicado el mes pasado que, efectivamente, se encuentra en una negociación de “unificación”.
“Estamos totalmente preparados para ejecutar este proyecto, terminarlo, envolverlo y ponerlo en producción”, dijo a Reuters el director de Talos Energy, Timothy Duncan, pero rechazó referirse a las posibles intenciones de Pemex de hacerse del control de Zama.
¿Cuál es el problema?
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido crítico de la reforma energética de su predecesor, Enrique Peña Nieto, pues señala que es la “entrega” de los recursos del país a empresas extranjeras.
“Les alcanzó para entregar solo el 20%, afortunadamente, del potencial petrolero del país… 107 contratos”, dijo en agosto pasado cuando fue cuestionado junto a la secretaria Nahle sobre Zama.
Ha asegurado que su gobierno respetará contratos ya firmados, pero desde su llegada al poder en diciembre de 2018 ha frenado más licitaciones de bloques petroleros.
Tanto Pemex como Talos Energy han firmado un acuerdo para definir la unificación hasta septiembre de 2020.
Analistas como Marco Cota dicen que, si bien se han respetado contratos, llevar la negociación de Zama al extremo legal de hacerse del control de las operaciones ahuyentará a los inversionistas extranjeros de México.
“Eso significaría que otra empresa, que explora en aguas profundas con la inversión de cientos de millones de dólares y realiza un muy buen descubrimiento, si por mala suerte va más allá de los límites de su área contractual, pues va a llegar el gobierno y se la va a quitar”, advierte.
“Sería algo que daría una muy mala señal a todo el sector petrolero”.
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