Las razones de AMLO para defender el T-MEC

Analistas expertos en relaciones internacionales coinciden en que está en juego dos asuntos vitales para la estabilidad de su gobierno: la economía y la política

Andrés Manuel López Obrador.

Andrés Manuel López Obrador.  Crédito: Agencia Reforma

MÉXICO –  No es común que el presidente Andrés Manuel López Obrador se calle o sea condescendiente frente a un adversario, principalmente si es político, excepto cuando quiere lograr un objetivo que implica la aprobación del otro como ocurre con la ratificación del T-MEC, el acuerdo de libre comercio con América del Norte que sustituirá al viejo TLACAN.

“La conciliación es parte de su religión (cristiana) y recurre a ella cuando cree conveniente”, observó un analista religioso del Colegio de México.

Cuando su homólogo Donald Trump amenazó con imponer aranceles del 5% si no frenaba la migración, AMLO le tendió la mano y le mandó un abrazo público; después le escribió una carta para pedir un diálogo y piensa hacer lo mismo en los últimos días con la líder demócrata de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, cuya bancada se opone a la ratificación.

¿Cuáles son las razones de urgencia que tiene México para  la aprobación del T-MEC que explica la estrategia amistosa del mandatario mexicano? Analistas expertos en relaciones internacionales coinciden en que está en juego dos asuntos vitales para la estabilidad de su gobierno: la economía y la política.

Teme que haya menos  exportaciones, que disminuyan las remesas, que Trump vuelva a usar los aranceles como arma política y que no tenga la otros mercados para tanto producto mexicano,  observa Adolfo Laborde, profesor investigador de la Universidad Anahuac.

Aribel Contreras, coodinadora de Administración de Negocios de la Universidad Iberoamericana agrega que, entre otras cosas,  el principal miedo del mandatario es a que sus adversarios políticos  lo usen para golpear a su administración.

“El gobierno cree que la aprobación del T-MEC generaría certidumbre. Hacienda condicionó el crecimiento del PIB para el 2020 a que ya esté operando el T-MEC y, si no se aprueba, calcula que no va a crecer a la taza esperada”, detalló Contreras. “Entonces habría un descontento de la clase empresarial y la sociedad civil y esto agudizaría la división política”.

México ha capitalizado el Libre Comercio con Estados Unidos, explica Laborde: “Las cadenas productivas y la economía están integradas de tal forma que si se deja de intercambiar libremente dejarían de llegar remesas porque hay muchos migrantes que dependen de trabajos allá conectados a T-MEC”.

En el último año han crecido tanto las remesas como las exportaciones para el lado sur. Este año México aprovechó el pleito entre EEUU y China para hacerse del  28% por ciento de las exportaciones, según la Oficina de Censo de Estados Unidos. “Ahora se han visto ganancias, pero, si se deja de exportar, se perderían muchos empleos en la industria automotriz, manufacturas y en la agricultura en zonas muy pobres”, agregó el académico Laborde, quien tiene, además, una especialización en comercio asiático.

“China no es una opción de mercado para México, no hay canales y hay una cláusula, la  32.2 (en T-Mec), que impide hacer grandes negocios con economías que no son de libre mercado”.

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