Testigo en juicio contra 425 miembros de la MS-13 en El Salvador describe nexos con Los Zetas en México
La MS-13 pagó a las células de Los Zetas cerca de $12,500 por cada kilogramo de cocaína, alega
La Mara Salvatrucha (MS-13) se nutrió de cocaína y marihuana gracias a los enlaces que estableció con narcotraficantes de Guatemala y células en México del grupo criminal Los Zetas, entre 2014 y 2016. Eso aseguró ayer el testigo criteriado Noé durante el cuarto día del juicio contra 425 acusados de pertenecer a la pandilla salvadoreña, en el Juzgado Especializado de Sentencia A de San Salvador.
Noé, un excabecilla que traicionó a sus compañeros a cambio de beneficios judiciales, reiteró ayer frente a un juez que la MS-13 adquirió droga desde Guatemala y México para comercializarla en El Salvador y obtener ingresos. Noé es el testigo clave de la Fiscalía General de la República (FGR) para comprobar la vinculación de 425 procesados con la MS-13, en el juicio conocido como Operación Cuscatlán.
El expandillero señaló que las células de la MS-13 recibieron cargamentos de droga en la frontera de La Hachadura, un punto en el departamento de Ahuachapán que conecta a El Salvador con Guatemala. Los intercambios de droga estaban pactados entre las organizaciones cada 21 días o una vez por mes, detalló.
Los cargamentos de marihuana que recibió la MS-13 rondaban entre 200 y 400 kilogramos, según el testimonio. El programa denominado Centro de la pandilla recolectó la droga para luego distribuirla a las clicas, que se encargaron de venderla en todo el país, según Noé, cuya identidad real la ha modificado la FGR para protegerlo durante el proceso judicial.
La MS-13 pagó a las células de Los Zetas cerca de $12,500 por cada kilogramo de cocaína, una droga que le permitió a la organización delictiva salvadoreña ganancias mensuales entre $7,000 y $10,000, de acuerdo con el testimonio. El expandillero señaló que desconoce las organizaciones guatemaltecas que proveyeron de droga a la MS-13.
— ¿Cómo sabe usted que eso valía la droga?, preguntó a Noé una representante de la Unidad Contra el Crimen Organizado, de la FGR.
— Porque yo era parte del área económica (de la MS-13), la que se encargaba de eso. El kilo variaba de precio por la calidad, respondió con seguridad Noé.
El testigo agregó que sabe el precio de cocaína porque en cinco ocasiones, a título personal, le compró droga a células de Los Zetas. El dinero que usaba la MS-13 para comprar la droga salió de una caja chica que nutría la estructura delincuencial a base de la venta de droga, expuso.
A pesar de que el testigo criteriado detalló todo el manejo de la droga por parte de la MS-13, ninguno de los 425 imputados del caso Operación Cuscatlán es acusado por la Fiscalía por delitos relacionados al narcotráfico. Entre los procesados hay unos 17 cabecillas históricos de la organización, algunos de ellos son Borromeo Solórzano, alias “Diablito de Hollywood”; Saúl Antonio Turcios, “el Trece”; y Eduardo Nolasco, “Colocho”.
Un fiscal del caso explicó que aunque ninguno de los 425 acusados enfrenta cargos por delitos relacionados a las drogas, las declaraciones de Noé ayudan a la Fiscalía para comprobar el modo de operar de los imputados en la organización. El investigador no descartó que el Ministerio Público presente una nueva acusación contra los imputados por narcotráfico.
“Se está estructurando la operación, o el modo de moverse o delinquir de la estructura como un todo, y eso (narcotráfico) es parte de las actividades que la MS-13 realiza. Todo lo que entra a un proceso es objeto de análisis para futuras imputaciones”, dijo el representante de la FGR.
En el caso, la fiscalía sostiene que los procesados pertenecieron a células de la MS-13 involucradas en tres homicidios, nueve intentos de asesinatos y tráfico de armas. Al principio del juicio eran 426 imputados, pero el juez dejó pendiente a uno que padece problemas de salud. El caso continúa esta mañana y podría terminar en noviembre.