Tragedia del Vuelo 587 aún causa dolor en familias dominicanas de NYC
Al cumplirse 18 años del siniestro aéreo, las autoridades de Nueva York y República Dominicana recordaron a las 265 víctimas en un acto de conmemoración
Hace exactamente 18 años, el dominicano Jorge Cabrera, de 55 años, llevó a su amigo de la infancia Tito Livio al aeropuerto John F. Kennedy para que abordara el Vuelo 587 de American Airlines, con destino a República Dominicana. Aquella mañana, también despidió a Ana y Mauricio Made, dos vecinos de su infancia en su natal Nizao.
Cuando apenas iba de regreso, escuchó en la radio que un avión que se dirigía a la isla, había caído estrepitosamente en Bell Harbord, en Queens, a pocos minutos después de despegar.
“Yo no tuve dudas de que se trataba del mismo avión. Era el único que salía esa mañana para la isla. Me quedé paralizado. Perdí a mi gran amigo, con quien había estudiado en la escuela, pero también a quienes vivían en la misma cuadra en mi pueblo. Casi una familia completa”, narró Jorge.
En el airbus A-300 viajaban 265 pasajeros, de los cuales 175 eran dominicanos.
Ese fatídico vuelo, estuvo también a punto de abordarlo Amparo Peña, pero su hermana Magnolia Altagracia, lamentablemente, sí emprendió ese viaje sin regreso.
“Hasta último minuto mi hermana me pidió que la acompañara. Ella iba solo por cuatro días a hacer una diligencia. No era un viaje que ella había planificado con tiempo. Cuando corrieron las noticias de que un avión con destino a mi país, se había estrellado, yo creo que yo morí también, de alguna forma”, comentó la residente de Queens.
Su única hermana, una enfermera que vivía en Nueva York desde muy joven, cumplía 43 años. Le sobrevivieron dos hijos.
Jorge y Amparo, aseguran que al instante, asumieron que se trataba de otro ataque terrorista. Apenas dos meses atrás, habían ocurrido los ataques a las Torres Gemelas en el Bajo Manhattan.
“Este dolor no ha disminuido“
Cinco personas también murieron en tierra por el impacto del avión en el vecindario, en donde se levantó un monumento de conmemoración. Allí este martes, autoridades de la Ciudad y de República Dominicana, familiares y amigos de las víctimas del siniestro, se congregaron para recordar ese terrible día para la Gran Manzana y la isla caribeña.
“Este dolor no ha disminuido con el tiempo, pero también he escuchado de muchos de ustedes los recuerdos alegres, de aquellos a quienes amaban”, dijo el alcalde Bill de Blasio, durante los actos conmemorativos celebrados justamente en el bulevar Rockaway , que en el 2001 fue una zona desastre, de muerte y confusión.
“Aunque han pasado dieciocho años de esta tragedia, las familias que perdieron a sus seres queridos no han podido reparar sus heridas. En nombre del Gobierno del Presidente Danilo Medina, del Consulado Dominicano en Nueva York y en el mío propio, les reiteramos nuestro gran pesar y compartimos sus sufrimientos”, expresó Carlos Castillo, cónsul general del país caribeño en Nueva York.
Entre tanto, Belkis Lora, quien perdió a su hermano José Lora en el siniestro y quien preside el Comité en Memoria del Vuelo 587, agradeció la solidaridad crecientes de las autoridades de la Ciudad “a quienes todavía sentimos el dolor de haber perdido a nuestros familiares”.
¿Qué pasó en ese vuelo?
Cuando la Gran Manzana apenas recogía los escombros del atentando terrorista en el World Trade Center, surgió en el escenario este siniestro aéreo que enlutó también a República Dominicana y puso a todo el país en segundos en alerta máxima.
“Hasta el día de hoy, no hay claridad por lo menos para mí, sobre lo que pasó en realidad. Los aviones se caen, es verdad, pero muchos como yo no lo tenemos del todo claro“, comentó Jorge Cabrera quien asistió en medio de temperaturas congelantes a la ceremonia de conmemoración a la cual “nunca ha faltado desde que ocurrió la tragedia”.
Hasta el momento, hay una solo versión técnica sobre este hecho. El Comité Nacional de la Seguridad del Transporte (NTSB) descartó la posibilidad de un ataque terrorista. Se explicó que producto de una serie de experticias, que el accidente fue causado por el “uso excesivo del timón del avión provocando que el estabilizador vertical del avión se desprendiera de la nave”.
NTSB dijo en el reporte de su investigación que el co-piloto reaccionó agresivamente para tratar de estabilizar el Vuelo 587, al verse la nave afectada por una fuerte turbulencia.
El informe descartó que la caída de la aeronave, fuera causada por la acción del despegue minutos antes, de un avión Boeing 747-400 rumbo a Japón, también de American Airlines.
“Sea lo que sea, nada va a traer de vuelta a mi hermana. No me queda más que venir aquí, cada vez que puedo, porque siento una conexión especial con ella“, dijo entre sollozos Amparo Peña.