El extraño caso de 110 oaxaqueños rescatados de un centro cristiano
Fueron rescatados tras una denuncia, de una institución que se dice que "trata las adicciones a drogas"
MÉXICO – Las adicciones en la provincia mexicana están sobre la mesa con un dramático caso de secuestro de 110 personas en el estado de Oaxaca. Agentes estatales de investigación tuvieron que intervenir para rescatarlas de una casa donde habían sido retenidos contra su voluntad, amontonados, torturados.
La Procuraduría de Justicia del estado lo reconoció en las últimas horas en un comunicado y dejó claro un asunto mayor: no fue un asunto típico de la delincuencia organizada como secuestro, trata de personas, explotación laboral, violación o abuso sexual.
Un agente entrevistado por este diario cuyo nombre se reservó para “no interferir con la investigación”, dijo que se trata de gente adicta que, en su desesperación para rehabilitarse, cayó en manos de una institución de nombre Libertadores de Israel, Casa de Oración y Restauración.
Ocurrió en una pequeña población cercana a la capital oaxaqueña, San Antonio de la Cal, en el Valle Central y ahí hubieran seguido de no ser por una llamada anónima que dio alerta y permitió la apertura de una averiguación por parte del ministerio público.
Al momento, la mayoría de las víctimas —incluyendo 14 mujeres y 14 niños— han sido reintegradas o retornados con sus familias y, por tanto, serían éstas a quienes rebotaría el problema en medio de una gran interrogante: ¿Dónde serán atendidos si, efectivamente, tienen problemas de adicciones?
Hace tiempo que el Estado mexicano reconoce que los cárteles de la droga apuestan a vender sus productos en los pequeños poblados mexicanos donde no existe la infraestructura para atender el incremento en el consumo.
Particularmente en Oaxaca, el uso de estupefacientes entre la población de 12 a 66 años se duplicó en los últimos 10 años con casos alarmantes por el tipo de drogas cada vez más adictivas como la cocaína, la metanfetamina y la heroína.
“La pobreza y el resquebrajamiento del tejido social es una situación muy delicada en Oaxaca y por eso tenemos que ir a las escuelas y a las colonias para dar orientación”, reconoció el ex comisionado de seguridad pública en la capital de la entidad, Alberto Guillén. “Empiezan con alcohol y se siguen con todo”.
La situación ha rebasado a los centros de atención del gobierno y, esta falta, ha sido atendida por alrededor de seis mil servicios de “orientación y trabajo contra las adicciones”, muchos de ellos autodenominados cristianos (como los Libertadores de Israel) que no están supervisados por ninguna autoridad, según un estudio de la Open Society Foundations.