Coaliciones se movilizan para exigir el fin de base de datos de pandilleros del NYPD
La Uniformada defiende su sistema de "precisión policial", asegurando que la lista de supuestos pandilleros ha sido depurada a la mitad
El boricua Dennes Flores confiesa que cuando tenía 19 años, tuvo “ciertos vínculos” con pandillas en el vecindario Sunset Park, en Brooklyn. Hoy, con 44, y siendo parte de la organización ‘El Grito’ que promueve alejar a los jóvenes de la violencia callejera, asegura que carga con el peso de que su nombre se encuentre en la controversial base de datos de pandillas del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD).
Dennes se unió este jueves a una demostración escenificada en las escalinatas de la Alcaldía, en la cual defensores públicos y coaliciones que luchan contra el exceso policial, anunciaron la campaña: “Borren la base de datos NYC”, y que tiene como meta abolir este criterio de información de “vigilancia policial de precisión”, que de acuerdo a números de la Uniformada, tiene 17,500 nombres en la actualidad.
“Yo hago un trabajo comunitario, para que en nuestros vecindarios, haya un cambio. Estar en esta lista me ha atrasado. Uno trata de enderezar su vida, pero estando en este listado es imposible”, comentó el puertorriqueño que acompaña a organizaciones como Legal Aids Society, Latino Justice y Brooklyn Defender en esta cruzada.
Esta semana, el Proyecto de Justicia Social del Brooklyn College publicó un informe sobre tácticas de vigilancia de pandillas en la ciudad de Nueva York, bajo la administración del alcalde Bill de Blasio.
El reporte describe las consecuencias negativas del etiquetado de pandillas por parte de la Policía, como el aumento del acoso, así como los efectos sobre la vivienda y la inmigración.
Lisa Schreibersdorf, directora ejecutiva de Brooklyn Defender Services, exhortó a que “se desmantele esta base de datos que solo ha institucionalizado la vigilancia policial, basada en perfiles. Poniendo etiquetas a personas como pandilleros, sin ningún criterio de fondo y sin mayores evidencias que resistan otros escrutinios. Esto impulsa mucha agresividad contra las comunidades, especialmente, las afroamericanas y latinas”.
“99% negros e hispanos”
Vidal Guzmán, de 28 años y un expandillero de la organización ‘Bloods’, se sumó a las críticas de cómo se arman, de acuerdo a su opinión, estos listados.
“Uno observa como a muchachitos de 13 años los ponen en las listas, simplemente porque saludan a alguien que está en rojo, o porque tuvo que pelear para defenderse. Yo sé de gente que no ha estado en nada malo y lo ponen en la base como pandillero”, explicó el joven de origen dominicano, quien ahora es organizador comunitario de la coalición JLUS, la cual aboga por el fin de las encarcelaciones masivas.
De igual forma, Anthony Posada, abogado de la Unidad de Justicia Comunitaria de The Legal Aid Society, puntualizó que esta campaña “se basará en nuestro trabajo para iluminar los abusos de esta práctica, el 99% de los que forman parte de este listado son afroamericanos e hispanos”.
El activista refirió que queda a “absoluta discrecionalidad” del NYPD perfilar e incluir en esa base de datos a menores y adultos.
“Si vives en ciertos vecindarios pobres, donde hay pandillas, te pones ropa de ciertos colores, tienes algunas amistades o un mensaje en las redes sociales es interpretado de alguna forma, puedes ser perfilado como pandillero. Lo peor, es que no hay forma de saber cuándo y por qué entraste”, insistió.
El jurista explicó el impacto que tiene esta base de datos en la vida de las personas, de acuerdo a los estudios: “si vives en un proyecto de vivienda pública puedes perderlo, si eres detenido por un delito menor eso implica una conducta más agresiva de la policía. Para los inmigrantes indocumentados, es un paso expreso a la deportación”.
NYPD defiende la vigilancia de precisión
La detective Sophia Mason del NYPD, explicó a El Diario que el objetivo de la Uniformada es asegurarse de que todos los que están en la base de datos, sean en realidad miembros de una pandilla.
“Estamos en la era de la policía de precisión”, subrayó.
La vocera policial argumentó que no es suficiente que una persona viva o frecuente una localidad con presencia de pandillas, o que haga ciertas señales con las manos, o que use colores de pandillas, en un día determinado.
“Estas acciones deben ser parte de una conducta consistente, que es verificada por varias fuentes. Hoy, nuestra base de datos de grupos criminales, tiene casi la mitad de lo que alguna vez estuvo en 2014, cuando superó las 34,000 personas “, concluyó Mason.
¿Qué demanda la campaña ‘Borren la base de datos’?
- Eliminar todas las iniciativas de “vigilancia policial de precisión” fundamentada en bases de datos.
- Poner fin al uso de la vigilancia digital en las redes sociales.
- Abolir la vigilancia policial agresiva y la criminalización, con base a perfiles de listas de comunidades vulnerables.
- Auditar las prácticas actuales de supresión de pandillas por parte de la policía de Nueva York.