Le dan $10.5 millones porque hospital dejó una esponja dentro de ella y le amputaron la pierna en Kentucky
Las enfermeras no contaron las esponjas porque estaban apuradas por ir a su hora del almuerzo
¿Cuánto dinero estarías dispuesto a recibir a cambio de que te cortaran la pierna? A una mujer de Kentucky le dieron $10.5 millones porque le tuvieron que amputar la suya después de que el personal del Hospital de la Universidad de Louisville dejara una esponja dentro de ella durante una cirugía cardíaca realizada hace años.
Por la negligencia, un jurado determinó que se le diera $1 millón en daños punitivos y cerca de $8 millones por el dolor y sufrimiento causado a Carolyn Boerste, además de $875,000 dólares en gastos futuros y $550,000 por gastos médicos, de acuerdo con Courier-Journal.
La mujer tenía 54 años cuando le realizaron la cirugía de bypass en 2011, misma en la que las enfermeras dejaron una esponja de 18×18 pulgadas dentro de su cuerpo.
James Bolus y Nick Mudd, los abogados que representaron a Boerste, dijeron que este caso fue como una tragedia de errores, pero que el veredicto “restaura un cierto sentido de dignidad’ a Boerste, además de que sirve como mensaje a los hospitales, para que cuenten cuidadosamente la cantidad de esponjas, agujas y otros objetos utilizados durante una cirugía.
Por su parte, un portavoz del hospital dijo: “La seguridad es siempre una prioridad y, en los ocho años desde que comenzó este caso, hemos mejorado continuamente nuestros procesos y seguimos buscando oportunidades adicionales para mejorar”.
Terrible error
De acuerdo con un informe presentado por los abogados, durante la cirugía realizada en marzo de 2011, el cirujano Marvin Morris transeccionó por accidente una vena renal, causando una salpicadura de sangre que tenía que limpiarse. Para hacer esto, las enfermeras asistentes utilizaron esponjas.
El problema es que esto ocurrió justo antes de la hora del almuerzo, según testificó una de las enfermeras. Y, por salir a comer lo más pronto posible, no hicieron un recuento de esponjas, que era requerido por las políticas del hospital.
La cirugía logró mejorar el flujo sanguíneo a las piernas de Boerste, quien era diabética. Sin embargo, después de cuatro años, la esponja que quedó dentro de su cuerpo erosionó su intestino causándole problemas gastrointestinales.
Después de realizarle una tomografía, encontraron que tenía una esponja adentro.
Boerste estuvo con la esponja 20 meses más hasta que finalmente la removieron de su cuerpo.
Durante su recuperación, la mujer desarrolló una ampolla en el talón, la cual se infectó, por lo que tuvieron que amputarle la pierna izquierda.
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