Tener sexo frecuentemente retrasa la menopausia, ¿mito o realidad?
Un estudio descubrió si en realidad, la actividad sexual interfiere o no en este tema
Las mujeres que mantienen relaciones sexuales semanalmente o mensualmente tienen un menor riesgo de menopausia temprana en comparación con aquellas que lo hacen menos a menudo, según una nueva investigación del University College de Londres (UCL) publicada en la revista “Royal Society Open Science”.
Los investigadores observaron que las mujeres, que informaron mantener actividades sexuales semanalmente, tenían un 28% menos de probabilidades de haber experimentado la menopausia a cualquier edad que las mujeres que lo hacían menos de una vez al mes. La actividad sexual incluye relaciones sexuales, sexo oral, caricias y caricias sexuales o autoestimulación.
La investigación se basa en datos de 2,936 mujeres del “Estudio de Estados Unidos sobre la salud de las mujeres en todo el país” (SWAN, por sus siglas en inglés), el estudio de cohorte longitudinal más grande, diverso y representativo disponible para investigar aspectos de la transición a la menopausia.
La primera autora del estudio, la candidata a doctorado en Antropología del UCL Megan Arnot señala que estos hallazgos “sugieren que si una mujer no está teniendo relaciones sexuales y no hay posibilidad de embarazo, el cuerpo ‘elige’ no invertir en la ovulación, ya que sería inútil. Podría ser una compensación energética biológica entre invertir energía en la ovulación o invertir en otro lugar, como mantenerse activo cuidando a los nietos”.
“La idea de que las mujeres cesen la fertilidad para invertir más tiempo en su familia se conoce como ‘la hipótesis de la abuela’, que apunta que la menopausia evolucionó originalmente en humanos para reducir el conflicto reproductivo entre las diferentes generaciones de mujeres y permitir a las mayores aumentar su condición física inclusiva mediante la inversión en sus nietos”, añade.
Durante la ovulación, la función inmune de la mujer se ve afectada, lo que hace que el cuerpo sea más susceptible a las enfermedades. Dado que un embarazo es poco probable debido a la falta de actividad sexual, entonces no sería beneficioso asignar energía a un proceso costoso, especialmente si existe la opción de invertir los recursos en familiares ya existentes.
Se les pidió a las mujeres participantes que respondieran a varias preguntas, como si habían tenido relaciones sexuales con su pareja en los últimos seis meses, la frecuencia de las relaciones sexuales, incluso qué tipo de relaciones sexuales (sexo oral, contacto sexual o caricias en los últimos seis meses) y si se habían involucrado en la autoestimulación en los últimos seis meses. El patrón más frecuente de actividad sexual fue semanal (64%).
Ninguna de las mujeres había entrado en la menopausia, pero el 46% estaba en la perimenopausia temprana (comenzando a experimentar síntomas de la menopausia, como cambios en el ciclo menstrual y los sofocos) y el 54% era premenopáusica (con ciclos regulares y sin síntomas) de peri-menopausia o menopausia).
Las entrevistas se llevaron a cabo durante un período de seguimiento de diez años, durante el cual 1.324 (45%) de las 2.936 mujeres experimentaron una menopausia natural a una edad promedio de 52 años.
Al analizar la relación entre la frecuencia sexual y la edad de la menopausia natural, las mujeres de cualquier edad que tuvieron relaciones sexuales semanalmente tuvieron una razón de riesgo de 0,81, mientras que las mujeres de cualquier edad que tuvieron relaciones sexuales mensualmente tuvieron una razón de riesgos de 0,72.
Esto proporcionó una probabilidad de que las mujeres de cualquier edad que tenían relaciones sexuales semanalmente tenían un 28% menos de probabilidades de experimentar la menopausia en comparación con aquellas que tenían relaciones sexuales menos de una vez al mes. Del mismo modo, las personas que tuvieron relaciones sexuales mensualmente tuvieron un 19% menos de probabilidades de experimentar menopausia a cualquier edad en comparación con las que tuvieron relaciones sexuales menos de una vez al mes.
Los investigadores controlaron características tales como nivel de estrógeno, educación, IMC, raza, hábitos de fumar, edad en la primera aparición de la menstruación, edad en la primera entrevista y salud general.
El estudio también probó si vivir con una pareja masculina afectó la menopausia como sustituto para evaluar si la exposición a feromonas masculinas retrasó la menopausia. Los investigadores no encontraron correlación, independientemente de si el hombre estaba presente en el hogar o no.
La última autora, la profesora de Antropología del UCL Ruth Mace, añade que “la menopausia es, por supuesto, una inevitabilidad para las mujeres, y no existe una intervención conductual que evite el cese reproductivo. Sin embargo, estos resultados son una indicación inicial de que el momento de la menopausia puede ser adaptativo en respuesta a la probabilidad de quedar embarazada”.