Cambiar la leche entera por la descremada alarga la vida
Reemplazar la leche entera por leche descremada, es un simple cambio que retrasa el envejecimiento y mejora la calidad de vida
Si estás acostumbrado a integrar leche entera como parte de tu dieta diaria este contenido te resultará interesante. Recientemente, en Estados Unidos se realizó un estudio interesante a 5,800 adultos en el cual se comprobaba la directa relación entre la ingesta de leche entera, es decir con más grasa y el envejecimiento biológico.
Dicha investigación fue encabezada por la Universidad de Brighamn Young, en Utah y según declaraciones de Larry Tucker profesor de ciencias de dicha institución asegura que si bien los hallazgos, no aseguran la relación de los efectos de la grasa de la leche con una aceleración en el envejecimiento; el estudio respalda las directrices dietéticas que en Estados Unidos se sugieren para los adultos: Si decides beber leche de vaca, selecciona las variantes bajas en grasa o descremadas.
Uno de los descubrimientos que se enfatizan en dichos estudios se encontró que la leche con más grasa tiene unos telómeros que son más cortos en las células y estos representan una clara señal del envejecimiento biológico. Ahora bien ¿Qué son los telómeros? Son unos trocitos de ADN que se ubican en los extremos de los cromosomas y que tienen la tarea principal, de evitar que estos se deshagan y se adhieran entre sí.
Un efecto natural del envejecimiento es el acortamiento de forma gradual de los telómeros, sin embargo como parte de los resultados se ha vinculado el acortamiento de los telómeros con un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas y degenerativas, como son las afecciones cardíacas, la diabetes, la obesidad, algunas infecciones y el cáncer.
Otro de los datos que revelan la investigación y que resultan muy interesantes se encuentra en la serie de factores relacionados al estilo de vida, que intervienen en la longitud de los telómeros. Entre los principales se destacan condiciones como la obesidad, el tabaquismo, un estilo de vida sedentario, y una alimentación deficiente (sobretodo aquellas que carecen de fibra).
Tucker también señala sobre los efectos del consumo de leche en la dieta y afirma que como parte de la investigación se encontraron múltiples estudios en los que se comprueban las consecuencias de un aumento en el consumo de leche y el riesgo de padecer enfermedades, cabe señalar que también existen estudios en los que se demuestran los beneficios del consumo de leche para la salud.
Las bases del estudio se concentraron en datos públicos del gobierno de Estados Unidos, realizados en 5,834 adultos quienes fueron entrevistados para conocer a detalle su estilo de vida y dieta; lo más relevante es que se obtuvieron muestras de ADN con el objetivo de determinar la medición de sus telómeros. Cerca de un 60% del total de los participantes confirmaron que bebían leche al 2% o con toda su grasa, por otra parte el 27% bebían leche sin grasa (descremada) o al 1% y por último un 13% de las personas que fueron sometidas a dicho estudio declararon nunca beber leche.
Los resultados fueron claros y confirmaron que aquellas personas que bebían la leche con mayor contenido en grasa tenían unos telómeros más cortos, se confirmó que entre mayor era el porcentaje de grasa en la leche se vincula con 4.5 años de envejecimiento biológico. También se confirmó que el tipo de grasas que contiene la leche, es decir de “tipo animal” podrían tener un rol directo; aunque en aquellas personas con una baja ingesta de grasas saturadas en su dieta, la grasa de la leche pareció no hacer una diferencia en la longitud de los telómeros.
Lo que podemos concluir es que todo esta directamente relacionado al estilo de vida de las personas, todo influye desde su peso corporal, la actividad física que realizan, los niveles de estrés y por supuesto el tipo de alimentación que siguen. Sin duda una buena medida puede ser limitar el consumo de productos de origen animal, sobretodo los que se destacan por su alto contenido en grasas.