Con base en otros periodos, expertos pronostican un declive inmobiliario causada por elecciones presidenciales
Agosto y septiembre de un año electoral son los peores meses del mercado
Jonathan Miller, presidente y CEO de la compañía de asesoría y evaluación de bienes raíces con sede en Nueva York, Miller Samuel, analizó las ventas cooperativas en la ciudad de Nueva York entre 2008 y 2019 para comprobar a The Real Deal que una elección presidencial afecta al mercado inmobiliario de Estados Unidos, ralentizando las compras de viviendas.
“Como anécdota, he visto esto durante décadas“, aseguró Miller a The Real Deal. “Recordé haberlo visto comenzar con la crisis financiera”.
Miller observó una caída en las ventas en el transcurso de junio y octubre enmarcados en los años de elecciones federales, incluidos los años con elecciones presidenciales, afirmando que la debacle más significativa se produce en agosto y septiembre, cuando las ventas suelen ser un 12% más débiles en comparación con los años no electorales.
Miller considera que es imposible determinar la influencia de una elección, dados los otros factores independientes al proceso: Barack Obama fue elegido en medio de la peor recesión económica de la nación en 80 años, por ejemplo, pero el análisis encontró que los ciclos electorales coincidieron consistentemente con las disminuciones en ventas, luego sube después de las elecciones, independientemente de quién gane.
Sin embargo, este reporte desalentador para el mercado no se expande más allá de los 5 meses mencionados, ya que la compra-venta de propiedades retoma empuje en noviembre y diciembre, independientemente del candidato electo. De acuerdo con Miller, este aumento se prolonga hasta la primavera próxima, reavivando la economía en este rubro.
“A partir de noviembre, durante un año electoral, las ventas dominan a su contraparte no electoral, y la liberación de la demanda acumulada se produce hasta bien entrada la primavera”, sentenció.