Pérdidas de empleo masivas entre los más vulnerables de la ciudad
Los hoteles podrían despedir al 95% de los empleados. Manicuristas y trabajadores de restaurantes abren un fondo de ayuda a estos trabajadores
Las consecuencias laborales y económicas del coronavirus han entrado de lleno en los hogares de Nueva York. Y el daño es muy elevado en aquellos en los que viven familias con empleos en el sector hotelero, compras al por menor, manicuristas, peluqueros, camareros, meseros, lavaplatos, etcétera.
La lista es larga y muchos de ellos son inmigrantes, latinos y ya vulnerables por tener bajos ingresos con salarios mínimos y trabajos por horas.
Peter Ward decía en NY1 que la situación es peor que el 9-11, el crash de 1987 y la recesión de 2008 junto.
Ward es el presidente de New York Hotel and Motel Trades Council, un sindicato que integra en sus filas a los trabajadores de estos servicios. Se estima que el 95% de los 40,000 trabajadores de hoteles y moteles sean despedidos en la ciudad y que la situación se complique por el tiempo que va a durar la crisis debido al práctico parón de la industria de viajes y turismo.
Según Ward, tras los ataques terroristas del 9-11 la bajada de reservas fue breve y los hoteles nunca estuvieron a menos del 60% de capacidad. Ahora, y según informó el gobernador el viernes, Andrew Cuomo, estos están al 20% e incluso al 10% de capacidad. Este sector es el segundo mayor contribuyente a las arcas del estado.
Hilton ya ha empezado a cerrar hoteles, algo que salvo por motivos de obras nunca ha hecho en el siglo de existencia que tiene esta empresa. A falta de turistas, convenciones, conferencias y ferias, el sector se apaga y con ello los ingresos de miles de familias.
La noticia positiva es que miles de estos trabajadores van a poder tener seguro de salud durante cinco meses pese a no tener trabajo. Es el acuerdo al que han llegado los dueños de hoteles y el HTC en un acuerdo de emergencia impuesto mediante arbitraje entre las partes. Los trabajadores en los suburbios y Nueva Jersey recibirán seis meses de protección.
Otro de los sectores en los que los trabajadores inmigrantes de bajos ingresos y especialmente vulnerables de la ciudad es el de los salones de uñas. Ante la crisis de demanda en las últimas semanas y ahora cierre la situación económica complicada en la que estaba este colectivo de mujeres mayoritariamente se ha vuelto extrema.
La NY Nail Salon Workers Association está lanzando un fondo de ayuda para estas trabajadoras que ahora se han quedado sin trabajo por la pandemia. En la ciudad de Nueva York hay unos 4,000 locales de cuidados de uñas y en todo el Estado son 7,000. El 100% de las trabajadoras en esta asociación, unas 800, son inmigrantes.
En el último informe de este grupo se verificaba que el 86% no consiguen tener la licencia pagada por enfermedad. La mayoría no solo tiene salarios por debajo de los $15 la hora aún (aunque esto estaba previsto que cambiara este año) sino que además por el hecho de ser inmigrantes y en casos indocumentadas, tienen serios problemas de robo de salario además de seguridad laboral.
“El coronavirus está haciendo más problemáticas las injusticias que han experimentado durante mucho tiempo”, explican desde esta asociación. Luis Gomez, director de organización explica que tras escuchar historias que rompen en corazón “las repercusiones de esta pandemia, solo las estamos empezando a ver”.
Araceli Torres una manicurista en Queens explicaba que el sector sale de la temporada más baja (con menos propinas) del año, el invierno. “Mis [dos] hijos dependen solo de mí. Si me enfermara no sabría qué hacer”.
ROC United, la organización que aboga por los trabajadores de restaurantes lamentaba ayer el papel de McDonald´s por evitar que la ley federal de licencia pagada por enfermedad en el caso de coronavirus no se aplique a empresas de más de 500 trabajadores.
Esta organización está también abriendo un fondo para ayudar a los empleados. Se espera que en el sector de la hospitalidad solo en la ciudad de Nueva York medio millón de personas se queden sin trabajo antes de final de este mismo mes.
Teófilo Reyes, subdirector de programas e investigación de ROC United explicaba que se necesita dinero en este fondo para que quienes han perdido el trabajo puedan pagar facturas urgentes. Reyes recordó que los indocumentados no tienen derecho a los beneficios de desempleo.
Portia Green, madre soltera de una menor de 13 años con 10 años en la industria de los restaurantes decía ayer desde Queens no sabe cuando los restaurantes y los negocios de catering reabrirán pero “de momento más de 300,000 trabajadores de restaurantes estamos sin trabajo”.
Green lamentaba “mi forma de vida también ha sido cancelada”