“No tenemos para pagar la renta”
La asociación de inquilinos de dos edificios del sur de El Bronx plantea que el gobernador Andrew Cuomo les dé el mismo tratamiento que recibieron los propietarios a quienes suspendió el pago de sus hipotecas
NUEVA YORK.- Una asociación de inquilinos de El Sur de El Bronx ha sido la primera en lanzar un grito de auxilio pidiendo al gobernador Andrew Cuomo, los incluya en el estímulo económico, tal cual lo hizo con los propietarios a quienes suspendió los pagos de la hipoteca durante la pandemia de coronavirus.
Aún cuando está en vigencia la prohibición de reunirse debido a la crisis sanitaria que vive la ciudad, los inquilinos de dos edificios adyacentes localizados en el 386 y el 380 Este de la calle 139 se dieron forma para protestar e instalar una gran pancarta en la que se exigió al gobernador, expida una orden ejecutiva, que les exonere el pago de la renta mientras dura la crisis de salud pública por el COVID-19.
“Somos gente pobre, vivimos de nuestro trabajo diario, pero hemos acatado la disposición de quedarnos en casa para evitar el contagio con el virus. Al mismo tiempo que paramos para salvar nuestras vidas, hemos perdido nuestros trabajos y hoy nos enfrentamos a que no tenemos para pagar la renta”, dijo Juana Cancel.
Cancel y todos los miembros de su familia tienen trabajos informales con lo que apenas pueden sobrevivir y pagar la en condiciones normales, pero reconocen que la emergencia del coronavirus es algo que nunca imaginaron.
“Si no trabajamos no comemos y lo peor, no tenemos para pagar la renta. Estamos condenados a morir y pedimos al gobernador nos extienda la mano”, dijo la señora Cancel, casi al borde de las lágrimas.
A la crisis de salud, según los inquilinos, padecen de forma recurrente de pésimas condiciones en sus apartamentos y piden a los propietarios inviertan en mejoras en ambos edificios.
“Vivimos en condiciones infrahumanas, en medio de plagas de insectos y ratas y condiciones peligrosas y poco saludables, como el moho, las fugas de agua, y la falta de gas para cocinar”, dijo Sandra Ayala. “Queremos que los propietarios pongan en cuarentena sus hogares para detener esta crisis”.
Ayala reveló que el propietario del edificio en el 380 tiene una hipoteca financiada por Freddie Mac y tiene la opción de solicitar un aplazamiento del servicio de la deuda.
De acuerdo a esto, la asociación de inquilinos plantea que el dinero ahorrado de ese aplazamiento de pago se devuelva al edificio para mantener a los inquilinos seguros y saludables durante la crisis.
“Si tuviera la opción de quedarme en casa y no trabajar, lo haría por mi salud y mi familia, pero si mi vivienda es insegura, igual tengo que trabajar porque debo pagar la comida para mis hijos y el alquiler”, dijo Juana Mercado, una inquilina con múltiples generaciones de miembros de su familia que viven en el edificio.
La asociación de inquilinos comentó que se han organizado para demandar que Saul Piller, el propietario de los dos edificios, responda haciendo que las condiciones de los apartamentos sean habitables para las familias y los ancianos.
Con problemas de salud preexistentes causados por vivir en estas condiciones, muchos inquilinos han desarrollado asma y les preocupa que puedan ser particularmente vulnerables al coronavirus.
“Quiero que el gobernador sea consciente de las comunidades de inquilinos. No es que no queremos pagar, lo real es que podemos hacerlo en esta crisis. El gobernador debe proteger los derechos de los inquilinos, no de los propietarios, ellos tienen dinero, nosotros no”, dijo Juan Cano.
El inquilino agregó que el gobernador debería facilitar los fondos cubrir los alquileres mientras dura la crisis, eso le daría una gran tranquilidad a la gente y los mantendría en casa.
La asociación de inquilinos ha enviado una carta al propietario y también a los concejales que representan al vecindario, advirtiendo de que no pagarán el alquiler.
La semana pasada, los inquilinos recibieron su factura debajo de sus puertas y se preguntan por qué el gobierno no ha cancelado el alquiler antes de decirle a la gente que se quede en casa.