Creciente crisis de salud por coronavirus en cárceles del estado de Nueva York

 Grupos defensores renuevan los llamados para que el gobernador Andrew Cuomo otorgue clemencia de emergencia

Según el NYT, unos 273 detenidos han arrojado positivo al Covid-19.

Según el NYT, unos 273 detenidos han arrojado positivo al Covid-19. Crédito: Aechivo | Impremedia

NUEVA YORK.- Continúan creciendo las demandas de organizaciones defensoras que exigen que las autoridades liberen de las prisiones del estado de Nueva York a detenidos en edad avanzada, con antecedentes de enfermedades catastróficas, aquellos no peligrosos o los que estaban próximos a salir en libertad condicional, ante la amenaza de que pudieran contagiarse de COVID-19 y eventualmente morir en las instalaciones penitenciarias.

Según el Departamento de Correcciones y Supervisión Comunitaria (DOCCS), a nivel de las prisiones del estado, actualmente 36 detenidos y 201 miembros del personal de esa agencia han dado positivo por COVID-19. Así mismo, dos prisioneros y un funcionario murieron recientemente afectados por el virus.

Casualmente este lunes, la Unión de Libertades Civiles informó de la muerte de Michael Tyson, del tercer preso de una cárcel en el estado de Nueva York, concretamente la de Rikers Island, que pierde la vida debido a la pandemia del coronavirus.

Tyson, de 53 años y que murió el domingo en el hospital Bellevue, que forma parte del sistema público de hospitales, demandó al gobernador Andrew Cuomo y al DOCCS junto con otros reclusos el pasado abril por su política de encarcelación automática por violación a la libertad bajo palabra.

“Estamos devastados por la muerte de Tyson. Esta fue una tragedia que se pudo evitar. Si no hubiera sido encarcelado automáticamente por una supuesta violación técnica de libertad condicional, aún podría estar con nosotros”, indicó la organización de derechos civiles.

La campaña Release Aging People junto a las organizaciones, Parole Preparation Project, VOCAL-NY, Worth Rises, and #HALTsolitary Campaign, que viene impulsando una ley que derogue la penalidad del confinamiento solitario en las prisiones del estado, están abogando por la inmediata liberación ante la creciente propagación del coronavirus.

Muchas personas mayores encarceladas y aquellas con sus sistemas inmunológicos comprometidos tienen un mayor riesgo de muerte por este virus, insistieron los demandantes.

“Estamos indignados porque el gobernador Andrew Cuomo aún no ha tomado ninguna medida para liberar a los neoyorquinos de las cárceles a raíz de COVID-19. El virus se está propagando, las condiciones están empeorando y se necesitan medidas desesperadamente. Hacemos un llamado al gobernador para que otorgue clemencia ahora antes de que sea demasiado tarde”, dijo la coalición en un comunicado.

La campaña Release Aging People (RAPP) y la Parole Preparation Project (PPP), han consolidado informes de los abogados y familiares de personas encarceladas, sobre las condiciones en las cárceles del estado de Nueva York, que confirman la omnipresencia de condiciones tóxicas y, por lo tanto, requieren la implementación de medidas inmediatas para evitar la propagación de COVID-19 en las prisiones. Estos informes subrayan una falta abismal de atención médica, productos de higiene y protocolos de limpieza adecuados.

Condiciones insalubres

Los defensores denunciaron que, aunque los oficiales correccionales han sido aprobados para usar máscaras N95 mientras trabajan en las cárceles, algunos las usan. Mientras tanto, las personas encarceladas en las mismas cárceles han sido castigadas por usar máscaras o cubiertas faciales.

También dijeron que, en las prisiones, el jabón, la ropa limpia y otros productos de higiene importantes están agotados, y los guardias les han restringido las compras de los suministros restantes. En consecuencia, los detenidos están recurriendo a lavarse el cuerpo con lejía.

Adicionalmente, las condiciones insalubres prevalecen en áreas comunes, dormitorios y bloques de celdas. Algunas áreas comunes no se limpian en absoluto. Una unidad completa se ve obligada a compartir una sola botella de spray de blanqueador diluido, lo que provoca temor a la contaminación. En una instalación, más de 120 personas se ven obligadas a compartir un solo baño.

De otra parte, se denuncia que, en algunas cárceles, no hay acceso al agua caliente ni a las duchas, y se proporcionan cubos de agua tibia solo una vez al día. Tampoco hay papel higiénico, y hay informes de personas encarceladas que tienen que usar calcetines en su lugar.

Atención médica inadecuada

El panorama en cuanto a la atención de salud, según la coalición defensora es aún más deplorable. Muchas camas médicas asignadas ya están llenas y a las personas con afecciones crónicas subyacentes se les niega el tratamiento. El personal médico no proporciona pruebas a las personas que muestran síntomas, recientemente una persona encarcelada recibió atención médica solo cuando comenzó a toser sangre pese de haber informado que se sentía mal.

En algunas cárceles, las personas detenidas no han recibido ninguna comunicación oficial sobre el virus, sino que se han enterado a través de la televisión. Abundan las prácticas educativas inconsistentes: en algunos casos, se pidió a las personas que firmaran una exención de responsabilidad que indicaba que habían recibido educación sobre el virus; en otros, no hay educación en absoluto.

Los alimentos no están disponibles debido a que los comedores y comisariatos están cerrados o agotados. Tampoco tiene comida caliente. La falta de una nutrición adecuada conduce a sistemas inmunes vulnerables, lo que acelera la propagación de la enfermedad, subrayaron los denunciantes, al tiempo de revelar que no existe un protocolo para prevenir el COVID-19 en las personas inmunocomprometidas, ancianos o personas encarceladas más vulnerables.

Casos de COVID-19 en el sistema carcelario estatal

  • Según el Departamento de Correcciones y Supervisiones de la Comunidad (DOCCS), 36 personas en prisión y 201 miembros del personal han dado positivo por COVID-19.
  • El 30 de marzo, Juan Mosquero, un hombre encarcelado en la cárcel de Sing Sing murió de COVID-19.
  • Una segunda muerte en la cárcel de Otisville se informó el 4 de abril.
  • Los recuentos informales que mantienen los abogados sugieren mayores tasas de infección, donde hay más de 100 personas encarceladas que han notificado de síntomas, y posibles muertes adicionales en las cárceles de Great Meadow, Otisville y Bare Hill.
  • Un personal de DOCCS murió después de dar positivo por el virus.
  • Michael Tyson, de 53 años, muere en el hospital Bellevue, luego de enfermar en Rikers Island

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