Cuáles son las diferencias entre dolor de garganta y la faringitis en los niños

Aunque el dolor de garganta y la faringitis afectan la misma zona, lo cierto es que son cosas distintas. De hecho, la faringitis hace que las amígdalas se inflamen, ocasionando así el respectivo dolor. Mientras que la garganta puede sufrir diversas infecciones causadas por algunos virus, pero que no afectan las amígdalas.

¿Qué produce el dolor de garganta?

De acuerdo un artículo de la organización Healthy Children, en el caso de los niños pequeños, sobre todo los que están en edad escolar, el dolor de garganta lo produce una infección provocada por algún virus. Cuando esto sucede, normalmente el pequeño debería mejorar en un plazo de 10 días.

Al dolor de garganta lo acompaña un resfriado y algo de fiebre. Sin embargo, un virus específico, el coxsackie, produce fiebre más alta y algunas ampollas, tanto en la garganta como en los pies y en las manos.

¿Qué produce la faringitis?

La faringitis es producida por una bacteria. Esta es la diferencia entre ambos problemas de salud: el dolor de garganta es producto de un virus, mientras que la faringitis la produce una bacteria. Además, los síntomas son diferentes dependiendo de las edades.

En el caso de los bebés, la fiebre suele ser baja, pero con secreción nasal espesa o acompañada de sangre. En el caso de los niños pequeños, además de la fiebre y la secreción, también se produce pérdida del apetito e inflamación de los ganglios.

Sin embargo, en los mayores de 3 años, el dolor de garganta es intenso, acompañado de fiebre muy alta e inflamación de los ganglios. Y lo particular de este caso es que aparece pus en las amígdalas. Esta es la principal razón para distinguir la faringitis.

Por qué es importante distinguirlas

Cuando a un niño le duele la garganta se le suele administrar tratamiento que podría no ser el adecuado. Mientras que las infecciones virales pasan en alrededor una semana, las infecciones por bacteria requieren de antibióticos.

Así que, en caso de tener dudas, es mejor consultar al médico, y en el caso de los niños, llevarlos al pediatra para descartar cualquier otro problema y suministrarle el medicamento adecuado para mejorar su estado de salud.