Un niño de 5 años ciego y otros casos trágicos derivados de la información falsa sobre el coronavirus
Un equipo de la BBC que monitorea la desinformación relacionada con el covid-19 ha encontrado vínculos con asaltos, incendios provocados y muertes y el potencial para causar daños directos incluso más grandes
¿Pueden matar las noticias falsas?
Un equipo de la BBC estuvo investigando decenas de casos de información errónea sobre el coronavirus, hablando con las personas afectadas y autoridades médicas para verificar las historias, y encontró vínculos entre las falsedades que se propagan y episodios de asaltos, incendios provocados y muertes en todo el mundo.
Los expertos dicen que el potencial de daño indirecto causado por rumores y teorías de conspiración podría ser mucho mayor.
“Pensamos que el gobierno estaba usando el covid-19 para distraernos”, dice Brian Lee Hitchens. “O que tenía que ver con el 5G. Por lo tanto, no seguimos las reglas ni buscamos ayuda antes”.
Brian, de 46 años, habla por teléfono desde su cama de hospital en Florida. Su esposa está grave, sedada y con un respirador en una sala adyacente.
“Sus pulmones están inflamados. Su cuerpo simplemente no responde”, dice con voz temblorosa.
Después de leer teorías conspirativas en Internet, pensaron que la enfermedad era un engaño o, al menos, no peor que la gripe. Pero a principios de mayo, la pareja contrajo covid-19.
“Ahora me doy cuenta de que el coronavirus definitivamente no es falso”, dice, sin aliento. “Está ahí afuera y se está extendiendo”.
Envenenado por productos de limpieza
Fue a fines de marzo cuando Wanda y Gary Lenius comenzaron a escuchar sobre la hidroxicloroquina.
La pareja notó un ingrediente de nombre similar en la etiqueta de una botella vieja de un desinfectante que tenían en su casa en Phoenix, Arizona.
La hidroxicloroquina puede tener potencial para combatir el virus, pero aún se está investigando.
El lunes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) suspendió su uso en ensayos luego de que un estudio reciente sugiriera que en realidad podría aumentar el riesgo de que los pacientes mueran por covid-19.
Las especulaciones sobre su efectividad comenzaron a circular en línea en China a fines de enero. Varios medios, incluidos medios estatales chinos, tuitearon estudios antiguos en los que se probaba como una medicina antiviral.
Luego, un médico francés difundió resultados alentadores. Aunque más tarde se plantearon dudas sobre ese estudio, el interés en la hidroxicloroquina aumentó.
Fue mencionado, con diversos grados de escepticismo, por una variedad de medios de comunicación y personas influyentes, incluido el presidente ejecutivo de Tesla, Elon Musk, y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
También se abrió paso en las sesiones de prensa de la Casa Blanca, y en el Twitter del presidente de EE.UU., Donald Trump.
HYDROXYCHLOROQUINE & AZITHROMYCIN, taken together, have a real chance to be one of the biggest game changers in the history of medicine. The FDA has moved mountains – Thank You! Hopefully they will BOTH (H works better with A, International Journal of Antimicrobial Agents)…..
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) March 21, 2020
“La HIDROXICLOROQUINA Y LA AZITROMICINA, en conjunto, tienen una oportunidad real de ser uno de los mayores agentes de cambio en la historia de la medicina. La FDA ha movido montañas – ¡Gracias! Con suerte, AMBOS se pondrán en uso INMEDIATAMENTE. ¡LAS PERSONAS ESTÁN MURIENDO, MUÉVANSE RÁPIDO, Y DIOS BENDIGA A TODOS!”, escribió Trump el 21 de marzo.
“¿Qué tienes que perder?” dijo Trump el 3 de abril. “Tómala”.
A mediados de mayo, fue más allá y dijo que había estado siguiendo su propio consejo. Cada comentario disparó las conversaciones en redes sociales sobre la droga, según datos de la herramienta de monitoreo en línea CrowdTangle.
Las sobredosis del fármaco son raras, pero la ansiedad producida por la pandemia ha llevado a las personas a tomar medidas extremas.
En Nigeria, los ingresos hospitalarios por envenenamiento con hidroxicloroquina provocaron que los funcionarios de salud del estado de Lagos advirtieran a las personas contra el uso del medicamento.
A principios de marzo, un vietnamita de 43 años fue internado en una clínica en Hanoi después de tomar una gran dosis de cloroquina. Estaba rojo, temblando y no podía ver bien.
El director de la clínica, el doctor Nguyen Trung Nguyen, dijo que el hombre tuvo suerte de recibir tratamiento rápidamente. De lo contrario podría haber muerto.
Gary Lenius no tuvo tanta suerte. El desinfectante que él y Wanda tragaron contenía un químico diferente y venenoso.
En cuestión de minutos, ambos comenzaron a sentirse mareados. Vomitaron y lucharon por respirar. Gary murió y Wanda fue hospitalizada.
Wanda luego explicó que la pareja había tomado el producto porque “Trump decía que era prácticamente una cura”.
Envenenamiento por alcohol
En Irán, las autoridades dijeron que cientos de personas habían muerto por intoxicación luego de rumores virales sobre los efectos curativos del alcohol.
Kambiz Soltaninejad, un funcionario de la Organización de Medicina Legal de Irán, dijo que el total era de 796 a fines de abril y que fue el resultado de “noticias falsas (difundidas) en redes sociales”.
La verdad detrás del número es turbia en un país donde el alcohol está prohibido y el alcohol ilegal suele estar contaminado.
Periodistas de la BBC vieron rumores de la supuesta “cura” extendiéndose en la aplicación de mensajería Telegram antes del anuncio oficial.
Shayan Sardarizadeh, del equipo de Desinformación de BBC Monitoring, señala que el anuncio fue potencialmente vergonzoso para las autoridades iraníes y que en todo caso, podrían estar subestimando el número de víctimas.
En un caso que verificamos, un niño de 5 años quedó ciego después de que sus padres le echaran alcohol ilegal en un intento de combatir la enfermedad.
“La mala información puede arruinar vidas”, dice Clare Milne, editora adjunta de la organización británica de verificación de hechos Full Fact. “Hay un gran potencial de daño”.
“Mi amigo comió jabón”
A fines de abril, Trump opinó que los rayos ultravioleta podrían neutralizar el virus y se refirió a un estudio que mostraba que la lejía podría matar al virus en la saliva o en fluidos respiratorios en cinco minutos y que el alcohol isopropílico podría matarlo aún más rápidamente.
“Veo que el desinfectante lo golpea en un minuto. Un minuto. ¿Y hay alguna forma de que podamos hacer algo así, por medio de una inyección?”, dijo el mandatario.
Trump luego dijo que sus declaraciones habían sido sarcásticas. Pero algunos estadounidenses no lo vieron así, y las líneas de control de envenenamiento recibieron llamadas preguntando sobre los comentarios.
Funcionarios de Kansas dijeron que habían escuchado a alguien decir que su amigo había tragado jabón desinfectante después de las palabras del presidente.
El doctor Duncan Maru, médico del Hospital Elmhurst de Nueva York, dice que sus colegas han tratado a pacientes que se han enfermado gravemente después de ingerir desinfectante.
“Estas ingestas también pueden tener consecuencias a largo plazo, como cáncer y sangrado gastrointestinal”, dice.
Incendios provocados, asaltos y conspiraciones
Las redes sociales también han sido un terreno fértil para teorías conspirativas sobre el coronavirus, que han propiciado incendios y agresiones en algunos casos.
En Reino Unido, más de 70 postes telefónicos han sido destrozados debido a los rumores falsos de que la tecnología de telefonía móvil 5G es de alguna manera la culpable del virus.
En abril, Dylan Farrell, ingeniero de Openreach, conducía su camioneta en Leicester, en el sur de Reino Unido, cuando comenzó a escuchar gritos.
Primero pensó que estaban dirigidos a otra persona. Pero cuando escuchó “¡5G!” a través de la ventana del lado del pasajero, se dio cuenta de que eran para él.
“¡No tienes moral!”, gritó un hombre. “¡El 5G nos está matando a todos!”.
“No tengo dudas de que habría intentado entrar y atacarme físicamente si no hubiera cerrado las puertas de inmediato”, dice Dylan, que se alejó rápidamente. “Fue aterrador”.
“Hemos visto muchas teorías conspirativas en Internet durante mucho tiempo sobre el 5G”, dice Claire Milne, de Full Fact. “Ahora han evolucionado para conectarse con el nuevo coronavirus”.
Tensiones raciales y ataques violentos
En marzo, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que la pandemia provocaría un brote de un “enemigo peligroso”: el racismo contra personas de Asia y China.
El virus ha exacerbado las tensiones en varios países.
En abril, tres hombres musulmanes fueron golpeados violentamente en incidentes separados en Delhi, India, luego de que circularan rumores de que los musulmanes estaban propagando el virus.
En Sisai, un pueblo en el este de India, unas pandillas rivales se enfrentaron después de un ataque contra un niño musulmán, también vinculado a rumores falsos que sugerían que los musulmanes estaban propagando la enfermedad.
Un joven perdió la vida y otro resultó gravemente herido.
En Bradford, Inglaterra, circularon rumores de que a los pacientes no blancos se les dejaba morir.
En Indore, una ciudad en el centro-oeste de India, unos médicos que buscaban a alguien que podría haber estado expuesto al virus fueron atacados con piedras.
Unos videos engañosos de WhatsApp afirmaban que los trabajadores de salud se llevaban a musulmanes sanos y les inyectaban el virus.
Dos médicos quedaron con heridas graves después del incidente a principios de abril.
Enfermo crítico
Redes sociales como Facebook dijeron que eliminarían las publicaciones sobre el coronavirus que representaran una amenaza inmediata.
La desinformación en línea puede tener consecuencias directas. Pero también puede tener efectos indirectos o retardados.
“Espero que ella se recupere”, dice sobre su esposa Brian Lee Hitchens, el paciente en Florida absorbido por teorías conspirativas sobre el coronavirus. “Pero si la pierdo, estará en un lugar mejor”.
Brian y su esposa oscilaban entre pensar que el virus era un engaño, vinculado al 5G, o que era una dolencia real, pero leve.
Entonces continuaron su vida normalmente a pesar de las advertencias oficiales. Brian iba a trabajar como taxista en su ciudad natal de Júpiter, Florida.
A pesar de la apnea del sueño y el asma de su esposa, no se molestaba en distanciarse socialmente o usar mascarilla.
El contagio trajo a Brian de vuelta a la realidad y advirtió en redes sociales de la desinformación y las teorías conspirativas.
Expertos dicen que publicaciones como las de Brian pueden ser más útiles para combatir las conspiraciones que los artículos periodísticos y las verificaciones de hechos.
“Una de las formas más efectivas de tratar de corregir la desinformación”, dice Claire Milne, de Full Fact, “es que la persona que la difundió originalmente lo desmienta por sí misma”.
“Perdemos tantas vidas debido a la desinformación”
Con la gran cantidad de información que circula -a la que la OMS califica de “infodemia”-, muchas personas reducen sus posibilidades de supervivencia al no pensar que el coronavirus sea real o grave.
Este mes, dos hombres de unos 40 años llegaron a un hospital de emergencia en el distrito de Queens, Nueva York. Eran compañeros de cuarto, trabajaban turnos largos y compartían una cama individual, y ambos estaban gravemente enfermos.
En cuestión de horas, el doctor Rajeev Fernando vio morir a uno de los dos. El otro fue conectado a un respirador.
Fernando preguntó a los hombres por qué no habían ido al hospital antes. Le explicaron que habían leído en internet que el virus no era muy grave.
“Intentan terapias alternativas”, dice Fernando. “Piensan que esto es como la gripe”.
Los hombres estaban en grupos de riesgo, pero Fernando cree que les hubiera ido mejor si hubieran ignorado los consejos engañosos y hubieran buscado ayuda antes.
El profesor Martin Marshall, presidente del Colegio Real de Médicos Generales, dice que él y sus colegas en Reino Unido han visto pacientes siguiendo consejos que encuentran en internet, como contener la respiración para “autodiagnosticarse” o beber bebidas calientes para combatir el virus.
El doctor Maru, del Hospital Elmhurst de Nueva York, dice que la cantidad de gente que potencialmente ha retrasado el tratamiento es “asombrosa”.
El médico sabe de vecinos que contrajeron la enfermedad -y murieron- porque creían que el distanciamiento social es ineficaz o que el coronavirus es un engaño.
Y dice que él y sus colegas pasan un tiempo precioso tratando de desacreditar la información errónea cuando podrían estar atendiendo a los pacientes.
Pero el doctor Maru también se apresuró a quitarle la culpa a los pacientes.
“La desinformación es un problema estructural”, dice. “Culpar a alguien por ingerir lejía o por quedarse en casa y morir es como culpar a alguien que camina por la calle y es atropellado por un conductor ebrio”.
En un comunicado, Facebook dijo que no permite información errónea dañina y que han eliminado “cientos de miles de publicaciones sobre curas falsas, afirmaciones de que el coronavirus no existe, que es causado por el 5G o que el distanciamiento social es ineficaz”.
La compañía también dice que ha puesto etiquetas de advertencia en 90 millones de publicaciones.
YouTube dice que prohíbe contenido que promueva curas peligrosas y tiene una gama de políticas contra la desinformación que cuestione la existencia de la enfermedad o que sugiera que es causada por el 5G.
Lo que nos espera
Pero a medida que continúa la investigación sobre una vacuna contra el coronavirus, muchos grupos y cuentas antivacunas que han aumentado sus seguidores representan una amenaza potencial para la salud, aunque no un riesgo inmediato.
Lo que algunos médicos con los que hablamos temen es que el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus, algo que sería un logro humano histórico, pudiera verse socavado por la desinformación.
El futuro es aterrador, dicen los profesionales médicos, debido a lo que están viendo en este momento.
“Perdemos tantas vidas. Llegan muy tarde”, dice el doctor Fernando en Nueva York. “Y solo los vemos morir frente a nuestros ojos”.
Brian, el paciente con coronavirus en Florida, tiene un mensaje para quienes todavía creen en teorías conspirativas: “No seas tonto como yo y no te pasará lo mismo que a mí y a mi esposa”.
Reportería adicional de Khue Luu Binh, Flora Carmichael, Alistair Coleman, Shruti Menon, Olga Robinson, Shayan Sardarizadeh, y un periodista del servicio persa de la BBC.
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