Las reglas de oro para lidiar con el divorcio
El divorcio, en muchos casos, termina siendo una batalla entre ambas partes
Evitar los conflictos después del divorcio puede ser un reto. Este es un momento donde usualmente ambas personas se encuentran heridas o insatisfechas, lo que aumenta las posibilidades de roces o disputas.
Sin embargo, existen maneras de sobrellevar la situación y poder llegar a un consenso para que haya respeto mutuo, y sobre todo, para que los niños no salgan tan afectados.
Cambios de perspectiva
Según Juan Ortiz Liñán, quien es Licenciado en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México, el divorcio es un proceso de duelo, tal como lo señala en un artículo para Infobae.
Lo primero que hay que hacer, según este experto, es reconocer que se vendrán cambios, y con ello cambios en el estado de ánimo que van desde la negación hasta el enojo y la depresión. Al aceptar que se vivirá este proceso, será más fácil el perdón a uno mismo y a la otra persona.
Otra de las cosas que se viven durante este proceso es la creencia de no poder seguir con la rutina, y una sensación de minusvalía, lo que impide la capacidad de reconocer las habilidades. Es por eso que es necesario iniciar nuevos proyectos, y hacer cambios que se adapten o sean adecuados para la nueva situación.
“Cuidado con el enemigo”
Algo que suele ser común en el proceso de lidiar con el divorcio es ver a la expareja como un enemigo. Es verdad que hay cosas que marcaron la relación, sin embargo, ver la situación desde esta perspectiva hace mucho daño, sobre todo a los niños.
Esto implica romper con el círculo de la violencia. Si la relación estuvo marcada por peleas y riñas, después del divorcio, es posible romper con este círculo.
Por otro lado, hay que abandonar la idea del sentido de pertenencia. Después del divorcio cada quien puede seguir adelante, y si lo desea, comenzar nuevas relaciones. Hay que dejar de llamar a la otra persona mi marido, o mi mujer, esto ayudará a aceptar la nueva situación.
No involucrar a los niños
Los niños también sufren toda esta situación, por eso no hay que obligarlos a tomar partido. Cada quien debe hacerse responsable de sus acciones, y demostrarle a los hijos el amor que se merecen, y explicarles la situación de acuerdo a su edad.
Se puede lidiar con el divorcio de una manera sana y ver a la otra persona sin rencor. Aunque el proceso de sanación lleve tiempo, es posible seguir adelante y emprender un nuevo proyecto de vida.