Cadáver de coronavirus lleva más de dos días en casa con 14 personas esperando por las autoridades en Bolivia

"Creemos que a estas alturas todos estamos infectados”, lamentó uno de los parientes

Un hombre en Quito camina frente a un letrero que pide permanecer en casa.

Un hombre en Quito camina frente a un letrero que pide permanecer en casa. Crédito: José Jácome | EFE

Desde la tarde del domingo, cuando Ramiro Salazar murió supuestamente de COVID-19, su cadáver ha estado en casa de su familia, donde viven 14 personas más, a la espera de las autoridades en Cochabamba, Bolivia.

El enfermo de 60 años murió el domingo a las 5 p.m. y las autoridades forenses no han retirado el cuerpo hasta esta mañana.

Ayer, una funeraria llegó hasta la casa de la zona sur de Cochabamba, puso el cadáver en una bolsa especial y luego en un ataúd, y prometió volver mañana jueves para llevarse el cuerpo, informó el diario boliviano Opinión.

Hace 10 días, Ramiro Salazar y su esposa María Herminia habían peregrinado con síntomas de COVID-19 por todos los hospitales cercanos al final de la avenida Suecia, en Cochabamba.

“Les negaron la atención y no tuvieron más que volver a la vivienda. Pero los malestares se agravaron y Ramiro murió” el domingo pasado, continuó el diario.

Al principio les dijeron que recogerían el cuerpo, pero desde ese día al llamar a las autoridades forenses les cuelgan el teléfono, denunció Sergio Gabriel, uno de los sobrinos de la pareja.

Mientras, la esposa de la víctima está en cama muy enferma, entre sudor, fatiga y tos, posiblemente también contagiada de coronavirus.

Además del retiro del cadáver, los parientes piden ayuda para que atiendan a la viuda María Herminia y examinen al resto de la casa por posible contagio.

En la misma casa viven tres familias, incluyendo un bebé y personas mayores. “Mi tía está enferma y tiene una enfermedad de base. Está con cirrosis. Creemos que a estas alturas todos en la casa estamos infectados”, comentó otro de los habitantes.

Ante la denuncia publicada por ese diario, ayer una enfermera del Servicio Departamental de Salud (SEDES), llegó hasta la casa de los Salazar. Llenó datos en un papel, consultó qué medicamentos estaba tomando María Herminia, dio una receta y se fue.

“Nosotros pensamos que estando aquí y siendo mi tía un caso sospechoso, igual que mi tío fallecido, también iba a revisarnos y preguntar cómo estábamos. Pero no hizo nada. Se salió sin dar mayores datos. Creemos que estamos enfermos. (…) Los del SEDES ni siquiera han fumigado la casa. Nosotros tuvimos que contratar el servicio externo”.

Actualmente Bolivia suma 33,219 contagios y 1,123 fallecidos, entre una población total de 11,35 millones habitantes.

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