Cómo “vender” candidatos cuando no hay electores

Acaban de terminar las convenciones políticas y todo indica que a los votantes les tocará esperar los debates para establecer la conexión con sus candidatos a las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

Estas convenciones sin público dejaron sensación de lejanía con los votantes y la pregunta es si toda esa elaboración cual reality show serviría para hacer que los electores se decidan.

Hasta ahora los expertos en marketing ponderaban el poder de la televisión para los políticos, pero sin las bases electorales se perdió el impacto de la emotividad.

Demócratas y republicanos “coronaron” sus aspirantes a la Casa Blanca, pero faltó la parafernalia, la fiesta de la campaña, la música, los globos de colores y los ¡viva! con abrazos a los candidatos.

De la tradicional convención sobre los valores y el programa del futuro gobierno nada quedó. El teleprónter se apoderó del escenario con discursos fríos, muy ensayados y para mi gusto, ¡sin alma!

Los demócratas en Milwaukee, Wisconsin, y los republicanos en Charlote, North Carolina, perdieron la oportunidad de “vender” a sus aspirantes y hacer el marketing que se acostumbra con la exposición al público, que brilló por su ausencia debido al coronavirus.

Pero habrá desquite para saber quién es quién y formarse una opinión en esta campaña antes de votar.

La Comisión de Debates Presidenciales prepara el cara a cara entre Joe Biden y Donald Trump, al igual que lo harán Kalama Harris y Mike Pence.

Los politólogos dicen que esos debates “no movilizan votos, pero sí ponen a tambalear a los malos candidatos.

Trump necesita medir fuerzas con el ex vicepresidente de Obama para mostrar que los 77 años de edad ya le pesan a Biden.

Pero no se confundan. Biden está callado pues calcula que, solito y por su manera de ser, Trump se derrotaría a sí mismo.

Entonces esperemos en primera fila el 29 de septiembre y el 7 de octubre para ver la acción en televisión, pero ya no se tratará de una grabación.

Ambos tendrán que mostrar agilidad para defender las ideas y el dinamismo que se robó el teleprónter.

Veremos si entonces Donald Trump se atreve a repetir su comentario cuando invitó a pedir no cuatro años, sino una docena más de lo mismo en la Casa Blanca. 

Y como diría mi abuelita, ¡Cuidado con lo que quiere, qué tal que lo consiga!

(La autora -que utiliza un pseudónimo- es una periodista radicada en Nueva York)