Los castigos más peligrosos para disciplinar a tu hijo
El aislamiento físico y afectivo es poco efectivo para la crianza y la corrección del comportamiento
Hay diferentes tipos de castigos que un niño puede recibir, y cada uno repercute de manera distinta. Mientras que los castigos físicos son los peor vistos, hay otros que también valdría la pena examinar porque, sin llegar a la agresión corporal, también son perjudiciales para la salud de tu hijo.
La “silla o rincón de pensar”
En un artículo para el diario El País, Olga Carmona indica que la silla o rincón de pensar es una de las peores maneras para disciplinar a nuestros hijos dado que los niños no reciben técnicas o herramientas que le permitan reconocer lo que hizo y gestionar el conflicto.
El rincón de pensar, que no sería más que un “time out” con moraleja reflexiva incluida, es una técnica que puede no ser efectiva en tanto no es una situación que le haga pensar al niño sobre lo que ha hecho y su comportamiento en general.
Por otro lado, es posible que este castigo le imprima al niño sentimientos de confusión o resentimientos hacia sus mayores, lo que dificultaría todavía más el proceso de reflexión que conduce al niño a pensar mejor en sus acciones y no volverlas a realizar.
Aislamiento físico y afectivo
El aislamiento físico y afectivo es un castigo que se expresa en distintas formas, pero todas tienen como objetivo mantener una distancia respecto al niño de manera que sienta el desagrado de su entorno respecto a la acción o acciones que ha realizado y fueron mal recibidas.
Este proceder en el castigo es una manera que, al igual que la silla de pensar, no le provee herramientas al niño para que reconsidere sus acciones y corrija su conducta, por lo que es poco efectiva para resolver el problema de fondo.
Hay castigos que son mejores en tanto le dan al niño la oportunidad de reconocer su falta de conducta y reflexionar sobre ella para que no la vuelva a hacer, o al menos no de la misma forma. Como padre, tu responsabilidad es indagar y aplicar dichos castigos por el bien de tu hijo.