Traslado de restos de víctimas de COVID-19 a México, todo un desafío
Las familias están desesperadas por recibir las cenizas de sus seres queridos
LOS ÁNGELES – A poco más de un mes de llegar a California, la mexicana Evangelina Álvarez Torres encontró la muerte a causa de la pandemia de COVID-19. Hoy sus familiares están desesperados porque no encuentran cómo mandar sus cenizas a Guadalajara, México.
“Nadie de la familia puede ir a llevarlas, ni sus hijos o su esposo pueden venir por ellas por falta de visa de turista. Tampoco se pueden mandar por paquetería. La única opción es por correo tradicional, pero se me hace muy feo hacer eso. Es como si mi tía no hubiera sido nada”, dice Yesica Padilla, sobrina de Evangelina, quien se ha hecho cargo de todos los trámites funerarios.
Al dolor de perder a un ser querido a causa del coronavirus, se suma la ansiedad que provoca el traslado de los restos a los países de origen cuando así lo decide la familia, y más aún cuando no hay recursos financieros.
Evangelina murió a los 52 años de edad, en la ciudad de Stockton al norte de California, el 10 de agosto, tres semanas después de enfermar de COVID-19.
“Ella llegó de Guadalajara el 29 de junio. Vino de visita, pero se puso a trabajar en los empaques. No sabemos si ahí se contagió, pero en la casa se enfermaron mi papá, mi mamá, mi hermano y mi tía. Ella fue la única que no sobrevivió”, recuerda su sobrina.
“Empezó con dolor de garganta, luego le dio calentura, se le aflojó el estómago y se fue agravando como todos en la casa. Nunca estuvo en el hospital”.
Después de que tu tía falleció, recibieron $600 de apoyo del Consulado de México en Sacramento para el costo de la cremación que les salió $1,200.
“Hasta ahora la funeraria no me ha entregado las cenizas. Dijeron que se tomaría dos semanas, pero ya se cumplieron y no nos han respondido”.
Mientras tanto, Yesica comenta que los hijos y el esposo de tu tía en Guadalajara están ya muy ansiosos por recibir las cenizas.
“Esta situación me ha generado mucho estrés porque yo he tenido que hacerme cargo de todo, pero tengo que hacerlo”, reconoce la sobrina quien describe a su tía como una persona muy alegre con la sonrisa a flor de piel. “Eso es lo más triste”, dice.
La Opinión se comunicó al Consulado de México en Sacramento, y el cónsul de protección José Briceño se comprometió a ponerse en contacto con la familia de Evangelina, la víctima de la enfermedad de COVID-19.
La Secretaria de Relaciones Exteriores (SRE) de México informó que repatriaron 18 urnas con cenizas de personas mexicanas que fallecieron en Estados Unidos por COVID-19 en vuelos efectuados el 24 de julio y 13 de agosto.
Las urnas tuvieron como destino Chiapas, Ciudad de México, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí y Veracruz.
En Los Ángeles, el cónsul de protección, Felipe Carrera, dijo que ante la pandemia, se ha optado por las cenizas para el traslado de las personas que fallecen por COVID-19, y solo se trasladan cuerpos cuando mueren por otras enfermedades.
“A través de una colaboración con Aeroméxico y sin ningún cargo para el gobierno mexicano, se estuvieron enviando cenizas de mexicanos de Denver, Detroit, Indianápolis y de Los Ángeles en vuelos a la Ciudad de México. De ahí los estados se comprometieron a trasladarlos a sus respectivas capitales. Lo mismo se hizo desde Nueva York con Aeroméxico, y hubo un vuelo del Ejército”.
El convenio con Aeroméxico se suscribió a principios del verano, pero cuando esta compañía aérea se acogió al Capítulo 11 de la Ley de Quiebra, redujo la frecuencia de vuelos desde Nueva York y Los Ángeles.
“Confiamos en que volverán a operar, y que se podrá volver a enviar las cenizas”.
Explica que por una cuestión de salud pública, se decidió recomendar la cremación por ser la única forma de aniquilar cualquier contagio.
“Con un cuerpo siempre hay más riesgo al manejarlo. Así que los traslados de personas que fallecieron a causa de COVID-19 se llevan a cabo una vez que son cremados”.
Expone que el proceso es más tardado debido a que tanto las autoridades del condado de Los Ángeles como del Consulado de México han trabajado con horarios más reducidos.
“Antes de la pandemia, los preparativos para el traslado de cuerpos a México que incluyen obtener el acta de defunción y el permiso, rondaba entre 10 y 15 días, ahora se puede llevar entre cuatro y seis semanas en completar todo el proceso”.
El cónsul estima que desde que comenzó esta crisis de salud, han trasladado las cenizas de entre 20 y 30 cuerpos de personas fallecidas debido al coronavirus.
“Son por lo general gente que no tenía familiares en Estados Unidos que reclamaran sus cenizas”.
De cualquier manera. observa que los restos cremados se pueden transportar sin problema en cualquier vuelo comercial de avión, y las personas las pueden llevar en su equipaje.
“Lo único que requieren es un visado emitido por los consulados que se obtiene en un par de días”.
Hace ver que la ayuda de los consulados mexicanos para el costo de los funerales y la cremación es bastante limitada porque solo cuentan con una partida presupuestaria pequeña.
“El apoyo es con una parte del costo de la cremación. Pero tratamos de que las funerarias ofrezcan paquetes accesibles para la comunidad, en especial a partir del impacto de la COVID-19 que ha provocado que muchos negocios cierren“.
El diplomático dice que la recomendación a las personas que quieren mandar las cenizas de sus seres queridos a México, es a que esperen a que pase la pandemia y guarden las urnas en sus casas.