La diabetes y el COVID-19
A medida que aprendemos más acerca del COVID-19, sabemos que el virus afecta a las personas de diferente forma.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), aunque cualquiera puede contraer el virus, las personas que son más vulnerables a contraerlo son las mayores de 65 años o las que tienen alguna enfermedad subyacente (como enfermedad del corazón, asma, presión alta, obesidad o diabetes, entre otras).
En Estados Unidos, 34.2 millones de personas padecen de diabetes, de las cuales más del 21.4% no se han diagnosticado, según datos de los CDC. También una alarmante cifra de más de 88 millones de estadounidenses tiene prediabetes, y 84% de ellos no lo saben.
La conexión entre la diabetes y el COVID-19
El virus SARS-CoV-2, que es el que causa el COVID-19, se une a un receptor específico de la célula conocido como enzima convertidora de la angiotensina o ACE2, por sus siglas en inglés. Este receptor se encuentra no sólo en los pulmones sino también en las células beta del páncreas (que son las que producen insulina), así como en las células de los riñones, del intestino delgado y en las células grasas. Debido a esto, se está investigando si el COVID-19 podría causar alteraciones del metabolismo de la glucosa (del azúcar) que compliquen a la diabetes preexistente o que incluso puedan causar la diabetes, de acuerdo con un reporte en el New England Journal of Medicine.
Basado en lo que hemos aprendido, los pacientes diabéticos que contraen otras enfermedades virales tienden a tener reacciones más severas. Esto se debe a que la diabetes causa depresión del sistema inmunológico y, si la diabetes está descontrolada (especialmente por tiempo prolongado), puede causar inflamación. Si la inflamación es crónica, como en la diabetes mal controlada, se lesiona el interior de los vasitos sanguíneos y esa inflamación es dañina. Existen unos marcadores en la sangre que nos permiten medir esa inflamación.
Los pacientes que además de diabetes tiene otros factores de riesgo como presión alta, colesterol alto, son mayores de 65 años, son hombres, son hispanos y/o negros, tienen aún mayor riesgo de tener más complicaciones. El hecho de ser hispano o negro se incluye como factor de riesgo porque ciertos factores socioeconómicos, como su tipo de trabajo, su estructura familiar (en donde hay tres generaciones viviendo en un solo hogar) o su dependencia en el transporte público, que hace difícil el distanciamiento físico, los hace más vulnerables al COVID-19.
Cuando estudiaron a las personas con diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2 en el Reino Unido que fallecieron debido al COVID-19, encontraron que el riesgo era mayor entre más alto era el A1C (o sea, entre más descontrolada estaba la diabetes) y en una relación en forma de “U” con el índice de la masa corporal (que se relaciona al peso y la obesidad). Lo interesante es que el riesgo de muerte era bajo para las personas con diabetes menores de 40 años.
Finalmente, la diabetes descontrolada es un factor de riesgo para desarrollar infecciones serias con resultados adversos (de allí la importancia de procurar mantener la diabetes bajo control). Y para las personas con complicaciones tardías de la diabetes como enfermedad renal diabética (en donde el riñón se ha afectado) y la enfermedad isquémica del corazón, éstas pueden complicar su situación, haciéndolos más frágiles. Por un lado, puede aumentar la severidad del COVID-19 y, por el otro, puede hacer que requieran cuidados como diálisis en forma aguda. De hecho, en pacientes sin diabetes se ha encontrado que este virus puede causar lesiones cardíacas agudas con insuficiencia (falla) cardiaca, que lleva a deterioro en la circulación.
¿Qué debes hacer si tienes diabetes y COVID-19?
Si tienes diabetes y desarrollas síntomas que sugieren el COVID-19, debes llamar a tu médico lo antes posible. Aunque tengas diabetes, si tienes un caso leve de COVID-19 o estás relativamente asintomático, es posible que te puedas quedar en la casa, especialmente si puedes mantenerte físicamente alejado de otras personas. Lo que sí es muy importante es que monitorees tus niveles de azúcar frecuentemente y llames a tu médico de inmediato si tu diabetes se descontrola o si se empeoran tus síntomas o si desarrollas náusea, vómito o dificultad para respirar.
Si estás enfermo, debes monitorear tus niveles de cetonas también, especialmente si te inyectas insulina o usas medicinas del grupo de los inhibidores de los SLGT-2 (por sus siglas en inglés). Estos incluyen medicamentos como: Invokana (canagliflozin), Farxiga (dapaglifloxin) y Jardiance (empaglifloxin). Funcionan ayudando a eliminar azúcar por la orina. Tu médico podría recomendarte un cambio en la dosis o podría cambiarte la medicina. Pero, nunca suspendas ninguna medicina sin consultar con tu médico.
Mientras no tengamos una vacuna y tratamientos efectivos contra el COVID-19, la única forma de prevenir el contagio es evitando estar expuesto al virus. Es importante seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y los CDC como: usar máscara, mantener distanciamiento social, lavarse las manos con frecuencia, etc. ¡Protégete y protege a los demás!
-Aliza A. Lifshitz, conocida por su amplia trayectoria en los medios hispanos como la Dra. Aliza, es la experta de salud de la cadena de televisión educativa para la comunidad hispana HITN. En HITN es anfitriona del bloque diario de programación Vida y Salud, un espacio en el que comparte información y herramientas a los hispanos para llevar vidas más saludables y comunicarse mejor con sus doctores.