Estado de emergencia en Portland, Oregon, a la espera de manifestación neonazi
Policía estatal y la oficina del alguacil del condado de Multnomah encabezarán el operativo para evitar enfrentamientos violentos
WASHINGTON – La ciudad de Portland, epicentro de las protestas de los últimos meses en Estados Unidos, se encuentra en estado de emergencia a la espera de una marcha convocada para este sábado por el grupo de extrema derecha “Proud Boys”, que espera reunir a varios miles de manifestantes.
La gobernadora de Oregon, la demócrata Kate Brown, el viernes declaró el estado de emergencia para Portland durante todo el fin de semana y anunció que la Policía estatal y la oficina del alguacil del condado de Multnomah, que incluye Portland, se encargarán de coordinar un fuerte operativo policial.
“Se espera que acudan (a Portland) significativas multitudes de personas, algunas de ellas armadas y otras listas para acosar e intimidar a los habitantes de Oregon. Muchos de ellos son de fuera del estado. Este tipo de manifestaciones en el pasado a menudo han terminado en peleas a puñetazos y otras veces escalaron hasta el derramamiento de sangre”, dijo Brown.
Por eso, la gobernadora argumentó que es necesario proteger a los habitantes de Portland y asegurarse de que la manifestación discurre de manera pacífica, sin ningún signo de violencia.
“No toleraremos ningún tipo de violencia y tragedia este fin de semana. La violencia nunca es la respuesta”, avisó.
“Proud Boys” (Chicos orgullosos, en inglés), famoso por su retórica misógina y antislam, está considerado como un grupo de odio por la organización de derechos civiles Southern Poverty Law Center.
Violenta marcha en 2017
Ese grupo fue uno de los que organizó en 2017 una marcha neonazi en la ciudad de Charlottesville (Virginia), un suceso que se cobró la vida de una mujer y dejó decenas de heridos.
Ellos mismos se describen como una asociación que lucha por la libertad de expresión y que apoya al presidente Donald Trump en sus intentos por “restaurar la ley y el orden”. Su manifestación de este sábado busca acabar con el “terrorismo doméstico” que, a su parecer, ejercen los activistas de izquierda en Portland.
“Proud Boys” publicitó durante semanas su marcha en Facebook hasta que, finalmente, el viernes la compañía anunció que había bloqueado sus comunicaciones.
El propio Trump ha arremetido en numerosas ocasiones contra Portland al considerar que es una “jurisdicción anarquista” gobernada por los demócratas y plagada de violencia, en lo que forma parte de su discurso de “ley y orden” para intentar ser reelegido en los comicios de noviembre.
Frente a ello, su rival, el candidato demócrata, Joe Biden, ha acusado a Trump de incitar a la violencia.
Desde mayo y durante cuatro meses, Portland vivió noche tras noche numerosas manifestaciones contra el racismo en respuesta a la muerte el 25 de mayo del afroamericano George Floyd, asfixiado por un policía blanco y cuya pérdida provocó una ola de protestas en todo EE.UU.
A mediados de agosto, Portland se convirtió también en un imán para grupos de extrema derecha que comenzaron a organizar marchas en sus calles, lo que desembocó en enfrentamientos con activistas de izquierda.
El 29 de mayo, durante una de esas marchas de ultraderecha, un miembro del grupo anarquista Antifa supuestamente mató de dos disparos a un seguidor de Trump y miembro del movimiento de ultraderecha Patriot Prayer.
Respuesta a protestas contra el racismo
La violencia se ha incrementado en EEUU en las últimas semanas. El 25 de agosto, durante unas manifestaciones contra el racismo en Kenosha (Wisconsin), un joven supremacista de 17 años disparó con un rifle semiautomático a tres personas y acabó con la vida de dos de ellas.
La manifestación de hoy en Portland se produce en otro momento de elevada tensión después de multitudinarias protestas en Louisville (Kentucky), también en estado de emergencia.
Allí, cientos de personas se manifestaron para protestar por la exoneración de los agentes que mataron en marzo a la afroamericana Breonna Taylor, quien perdió la vida por los disparos de un grupo de policías que, de noche y vestidos de paisano, irrumpió en su casa durante una operación antidroga.