Restaurantes de NYC empezarán a recibir hoy clientes en el interior con un variado ‘menú’ de dudas
A partir de este miércoles se despejará la incógnita de cuántos de estos establecimientos que nunca pudieron ofrecer sus platillos al aire libre, podrán reabrir y sobrevivir
La colombiana Angela Sierra, propietaria del Restaurant Palenque en East Williamsburg, en Brooklyn, trata de adaptarse a todos los nuevos detalles de seguridad para poder reabrir luego de siete meses su emprendimiento gastronómico, en un espacio que tiene una capacidad para 30 personas, pero que solo podrá dar acceso a ocho comensales, por las regulaciones de las autoridades de Salud para contener el COVID-19.
“No nos queda otra que seguir adelante. En este tiempo hemos tenido que apostar a sobrevivir con los deliveries y otras opciones. Veamos qué pasa. Nosotros estamos optimistas. Cuesta mucho mantener la rentabilidad de esta manera, pero nosotros apostamos a nuestro negocio”, contó la chef suramericana.
El optimismo de Angela no es compartido, en general, por la mayoría de los propietarios de estos establecimientos vitales para la Gran Manzana, que debido a los decretos para contrarrestar la pandemia, han vivido una de sus etapas más complicadas, desde que se le impusieron restricciones el pasado 17 de marzo.
Luego de un camino de presiones, protestas e incluso demandas en la Corte, las autoridades de Salud autorizaron que a partir de este miércoles 30 de septiembre estos establecimientos puedan servir a un máximo del 25% de su capacidad en el interior, una proporción que ha sido calificada como “insignificante” por muchos empresarios que tratan de sobrevivir en este sector.
El reto de volver
La presión y la expectativa es mayor para aquellos que tienen luz verde para reactivar sus cocinas y servir sus platos, luego de más de 198 días sin facturar en centavo por haberse mantenido cerrados.
De 27,000 bares y restaurantes que operaban en los cinco condados antes de la pandemia, 10,300 pudieron ofrecer servicio al aire libre desde la Fase 3 de la reapertura económica en la ciudad de Nueva York que se inició el pasado 21 de junio.
A partir de esta semana, se empezará a despejar la incógnita de cuántos de los que no pudieron operar de ninguna forma desde marzo, podrán ahora subsistir con el 25% de su capacidad.
En la encrucijada de un sector comercial tan diverso y competitivo, en muchos casos es difícil ver el futuro con optimismo.
El gerente de un bar restaurant mexicano en la avenida Lenox, en Harlem, contó que durante el verano no pudieron servir en áreas exteriores porque el local coincide con una parada de autobús, esta realidad les impidió formar parte del plan de ‘Restaurantes Abiertos’. Ahora en los 56 puestos que tienen en el interior, solo podrán atender a 14 clientes.
“Te confieso, los propietarios están dudando que esto resulte, porque con el 25% permitido y sin poder servir tragos en el bar, es poco rentable. Aquí por experiencia de 12 años sabemos que la mayor ganancia se obtiene es con los tragos. Hay que esperar cómo reaccionan los clientes. A muchos le dará miedo comer adentro, por lo que han dicho las propias autoridades”, comentó.
Entre tanto, el costarricense Miguel Matamoros de 45 años, asegura que el restaurante en Queens en donde trabajó por 15 años, al parecer no tienen la mínima posibilidad de reabrir.
“Hablé con mi patrón y me dijo malhumorado que tiene que resolver muchos temas, porque la Ciudad le exige invertir en cosas que no puede cubrir de inmediato, porque tiene muchas deudas. Yo dudo que puedan reabrir ni esta semana, ni nunca”, comentó preocupado.
El 50% como meta
El alcalde Bill de Blasio ante las presiones que recibió durante las últimas semanas por empresarios de este sector, argumentó que las consecuencias que han vivido ciudades de gran densidad poblacional en Asia y Europa que han abierto bares y restaurantes, son aumentos drásticos en las tasas de infección del COVID-19.
“En los edificios escolares nosotros podemos tener el control del distanciamiento social y el uso de las máscaras, pero no dentro de estos locales, en donde la gente está comiendo y bebiendo. Y obviamente no van a usar máscaras”, reiteró.
Jeffrey García, presidente de la Asociación Latina de Restaurantes y Bares de Nueva York asegura que aunque “valora este paso dado por la Ciudad, como organización tienen como meta que se logre equiparar la capacidad del 50%, lo antes posible como en el resto del estado”.
“No entendemos si es que el aire aquí es distinto. Si en Long Island y en Rochester pudieron abrir estos locales a la mitad, con las reglas de seguridad. Seguimos sin entender del todo porqué aquí en la ciudad las regulaciones son distintas. Nosotros como gremio estamos listos para garantizar las normas. Somos los primeros interesados en que no existan retrocesos”, concluyó García.
Comer en un restaurante en tiempos de COVID-19
- Se requerirán controles de temperatura en la puerta para todos los clientes.
- Prohibido el servicio de bar: este espacio se utilizará para preparar bebidas y servirlas.
- Los clientes deben usar las máscaras en todo momento cuando no estén sentados en una mesa.
- Las mesas deben estar a seis pies de distancia.
- Los restaurantes deben cerrar a la medianoche.
- Los establecimientos deben operar con estándares mejorados de filtración de aire, ventilación y purificación.
- La industria debe proveer a su personal material de protección mínima como máscaras y desinfectantes.
El dato:
- 1 de cada 5 empleados de la fuerza laboral de los 27,000 bares y restaurantes de la ciudad de Nueva York son de origen hispano.