La MTA hace frente a una crisis histórica que obligará a recortes de servicios y subidas de tarifas
El contralor del estado, Thomas DiNapoli, advierte de duras consecuencias si no hay fondos federales de ayuda
La MTA, la agencia que gestiona el metro y autobús de Nueva York además de los trenes que conectan condados en el estado, está haciendo frente a la peor crisis de su historia. Según el contralor del estado de Nueva York, Thomas DiNapoli, sin ayudas federales tendrá que haber fuertes recortes de personal, de servicio y subidas de las tarifas.
La marca de la crisis de la COVID-19 unida a la crisis que ya arrastraba el servicio de transporte público se dejará sentir durante generaciones tanto en servicio como en sus finanzas. El informe de DiNapoli sobre el futuro de un servicio vital para el funcionamiento no solo de la ciudad sino de la región entera es sombrío.
“La condición financiera de la MTA es pésima”, dijo el contralor en un comunicado anterior a una conferencia de prensa en la que explicó que si no hay una sustancial transferencia de fondos federales las consecuencias serán críticas. La MTA necesita “desesperadamente ese flujo de capital federal o recortes en los servicios y en la mano de obra que no se han visto antes tendrán que ocurrir”. En julio se pidieron $12,000 millones hasta 2021.
El contralor expuso una serie de abultadas cifras con respecto a la deuda, déficit y problemas a los que se enfrenta esta agencia vital para la economía del estado que en este momento no tiene una solución buena para sus problemas.
Aunque DiNapoli dijo que confía que antes o después llegue el dinero desde Washington, la MTA tendrán que detener su plan capital 2020-2024, retrasando obras de renovación y mantenimiento, reducir el servicio de metro y autobús un 40% para ahorrar $880 millones anualmente y recortar la plantilla. Se perderían unos 7,200 puestos de trabajo.
Los servicios en los trenes que conectan a la ciudad con los suburbios se reduciría un 50%, incluso en las líneas más usadas. Algunas de las rutas se eliminarían en LIRR y Metro-North.
La MTA ha avisado que si no recibe $12,000 millones de ayuda federal las tarifas subirán mucho más de lo planeado en unos servicios que desde 2017 suben muy por encima de la inflación. El viaje de metro, el de autobús y las tarifas del E-Zpass subirán por encima de lo planificado.
La crisis propia y COVID-19 dejan un déficit presupuestario de $3,400 millones en 2020, $6,300 millones en 2021, para ir rebajándose poco a poco en los años siguientes. En 2021 el déficit es más de la mitad de los ingresos anuales proyectados. En el informe de DiNapoli se da la medida de estas cantidades comparándolas con la Gran Depresión de los años treinta.
Aunque los viajeros han vuelto al transporte público, el contralor dijo que dada la situación del trabajo desde casa y aunque es difícil tener una previsión certera, no contaba con la normalización de las cifras anteriores a la pandemia hasta 2023.
Desde que se entró en Fase 4 el 20 de julio, hay un 76% menos de viajeros en el metro y un 42% menos en el autobús. En agosto las cinco estaciones que más tráfico tienen en el sistema de metro estaban un 73% por debajo de como estaban antes de la pandemia. Algunas estaciones fuera del distrito central de negocios de la ciudad tienen mejores cifras de usuarios, solo registran una caída del 50%.
Los pasos de túneles y puentes han mejorado sustancialmente desde agosto.
Además de la rebaja de ingresos por el pasaje, se espera que el impacto de la crisis también acabe con unos $5,500 millones en impuestos y subsidios hasta 2023. Y mientras tanto se espera que los costos de limpieza sumen $1,000 millones hasta esa fecha. .
Desde la contraloría se quiere destacar que no hay una correlación directa entre el uso del transporte público y la transmisión del virus de la COVID-19 cuando se usan mascarillas y buenos sistemas de ventilación (en el metro de la ciudad el sistema de aire se cambia 18 veces por hora (más que en los locales cerrados).
Las perspectivas de que esta transferencia llegue a corto y medio plazo son nulas dado que la mayoría republicana en el Senado y las vueltas en círculo de la Casa Blanca han cerrado sin acuerdo todas las posibilidades de que se apruebe un vital estímulo económico. Los senadores conservadores no ven como prioridad la transferencia de fondos a estados y municipalidades.
Pero ni el estado de Nueva York ni la ciudad tienen capacidad para cubrir lo que no llega de Washington en un momento en el que sus propias cuentas están bajo una intensa presión debido a las consecuencias de la COVID-19. DiNapoli confía no obstante que el dinero llegará y señaló que la MTA es vital para una ciudad y un estado que es crítico para la economía del país entero.
Escenarios de deuda
Otra de las preocupaciones es la deuda que ya era elevada. En 2024 se espera que se alcancen los $4,000 millones en abonos de esa deuda, un incremento del 55% con respecto a 2019.
En la pasada década se dedicaba una media del 16.1% de los ingresos para pagar deuda. Ahora se proyecta que esta pueda incrementarse hasta casi el 26% en 2021 antes de caer al 23% en los años siguientes. Esto significa que habrá menos dinero de estos ingresos para cualquiera de las necesidades de operaciones de la MTA.
Si no hay dinero de Washington, la MTA tiene autorización para endeudarse por un máximo de $10,000 millones entre 2020 y 2022 aunque en estos momento esta agencia dice que no tiene la capacidad financiera para cubrir el pago de esa emisión de deuda.