Amy Coney Barrett es oficialmente jueza de la Corte Suprema… y aumenta preocupaciones

La nominada por el presidente Trump tiene un récord preocupante en derechos civiles y electorales

La jueza Barrett rindió juramento ante el juez presidente John Roberts.

La jueza Barrett rindió juramento ante el juez presidente John Roberts. Crédito: Fred Schilling/Collection of the Supreme Court of the United States | Getty Images

Con el juramento judicial ante el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, la jueza Amy Coney Barrett forma oficialmente parte del máximo tribunal de los Estados Unidos, aunque las preocupaciones sobre su actuación en casos de derechos civiles, inmigración y electorales aumentan entre activistas y expertos.

La jueza Barrett, de 48 años, es la número 115 en Tribunal y, tras recibir juramento, fue recibida con una solicitud para deslindarse sobre una decisión electoral en Pensilvania, un estado clave este año.

Los abogados del condado de Luzerne pidieron al máximo tribunal evitar que la jueza Barrett participe en una solicitud de los republicanos para bloquear una decisión de la Corte Suprema estatal que permitió el recuento de las boletas recibidas tres días después de la elección. Los defensores consideran que la postura de la jueza durante las audiencias en el Senado son preocupantes para que atienda este caso.

La fotografía de juramento fue compartida por la Corte Suprema, que indicó que todos los asistentes siguieron las reglas de distanciamiento social y usaron máscaras para evitar contagios de coronavirus.

La jueza conservadora, que inclina la balanza hacia ese lado en la corte 6-3, logra la posición tras el fallecimiento de la jueza Ruth Bader Ginsburg, quien tenía un perfil prácticamente opuesto.

Las primeras disputas que enfrentará serán la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA), conocida como Obamacare, y posiblemente la decisión sobre la elección presidencial, si es que hay disputa en cortes ante una cerrada contienda entre el exvicepresidente Joe Biden y el presidente Donald Trump.

El nombramiento de la jueza Barrett ha sido el más expedito previo a las elecciones, apenas a nueve días, a diferencia de 2016, cuando el proceso fue detenido a más de 70 días, tras la muerte del juez Antonin Scalia, dejando oportunidad al presidente Trump de nombrar al juez Neil Gorsuch.

La votación en el Senado ocurrió tras varias horas de posturas de los demócratas en contra. Al final los republicanos se impusieron 52-48. El siguiente paso fue una ceremonia en la Casa Blanca, donde el juez Clarence Thomas administró el juramento constitucional a Barrett.

Imparcialidad en derechos

Antes de sus audiencias en el Comité Judicial y durante ésta, defensores de derechos civiles y expertos en temas de salud, migratorios, derechos electorales, entre otros, expresaron su preocupación por el nombramiento de la jueza Barrett, debido a su historial negativo en opinones y decisiones sobre –por ejemplo– inmigración y la interrupción legal del embarazo.

El apuro de los republicanos y el presidente Trump desataron más alertas, al considerarse que buscaban imponer un tribunal “a modo”, ante un cerrado proceso electoral.

“El presidente Donald Trump y el Senado republicano creen que pueden usar la Corte Suprema de EE.UU. como una herramienta política para anular la voluntad del pueblo estadounidense en materia de atención de salud, Roe versus Wade, y la democracia misma”, acusó Neera Tanden, directora ejecutiva del Center for American Progress Action Fund. “Nombrar a una nueva jueza ocho días antes de las elecciones –luego que más de 60 millones de personas ya han votado– es una amenaza grave para la legitimidad del tribunal y un insulto a los votantes. El pueblo estadounidense pasará la próxima semana dando su veredicto sobre esta hostil toma de poder de la Corte Suprema”.

El grupo Voto Latino criticó el apuro del líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell (Kentucky) para avalar a la jueza Barrett, mientras retrasó la aprobación de ayuda económica ante la pandemia de COVID-19.

“No hay absolutamente justicia alguna con esta confirmación”, dijo María Teresa Kumar, presidenta y directora ejecutiva de Voto Latino. “La audiencia de la jueza Coney Barrett fue una farsa, dejando al pueblo estadounidense con poca o ninguna idea de sus creencias e intenciones cuando esté en la corte. En lugar de ayudar al país a atravesar una pandemia mundial, los republicanos del Senado han optado por distorsionar el tribunal superior durante las próximas décadas”.

También la organización Climate Power 2020 criticó la decisión apresurada para llenar la posición que dejó la muerte de la jueza Bader Ginsburg.

“La prisa por confirmar a Barrett, incluso después de que comenzara la votación anticipada para las elecciones presidenciales de 2020, muestra cuán ansiosos están los republicanos del Senado por imponer la agenda anti-ambiental de Donald Trump en los tribunales”, advirtió Lori Loders, directora ejecutiva de ese grupo.

Los temas preocupantes

Las opiniones como académica y sus decisiones en tribunales ponen en duda la imparcialidad de la jueza Barrett en diversos temas:

  • Derechos electorales
  • Interrupción legal del embarazo (Roe v. Wade)
  • Inmigración, como separación de niños de sus padres
  • Seguro médico a bajo costo (ACA), conocido como Obamacare
  • Decisiones sobre políticas públicas para enfrentar el cambio climático

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