Cómo preparar pan de muerto en casa

El día de hoy inician las celebraciones de Día de Muertos en México, se trata de una de las tradiciones más arraigadas en el pueblo mexicano y que se inspira en rendir tributo a los muertos. Esta emotiva tradición gira entorno a una serie de rituales y costumbres que crean el escenario perfecto para recordar a los que ya no están.

Es una de las festividades más importantes en toda la República Mexicana y se trata de un día de celebración, no de tristeza. Para entender el origen de esta celebración hay que retroceder a Mesoamérica, hace miles de años en donde los pueblos de la región acostumbraban organizar fiestas para guiar el recorrido de los muertos al “Mictlán“, el inframundo de la mitología mexica. Como parte importante de estas celebraciones inició la tradición de montar altares con ofrendas para recordar a los muertos y solían colocar cráneos como símbolos de la muerte y el renacimiento. 

Hoy en día celebrar el Día de Muertos en México no ha cambiado del todo y el montaje de la ofrenda sigue siendo el eje central. Durante el 1 y 2 de noviembre, los hogares se llenan de elementos decorativos únicos como flores, veladoras, papel picado, fotografías, que crean el escenario perfecto para recibir por un fin de semana a los que ya no están. Parte fundamental de la celebración y el altar es la comida, a través de suculentos platillos tradicionales los difuntos de cada familia llegarán a disfrutar de tan especial banquete. 

Lo cierto es que existen platillos fundamentales que todo altar debe contener y uno de ellos es el inigualable pan de muerto. Su origen se remonta a la época de la Conquista, cuando se practicaban los sacrificios humanos; los españoles encontraron tan violenta esta práctica que sugirieron se preparara un pan de trigo cubierto de azúcar roja, que simulaba el corazón de las doncellas sin que tuvieran que perder la vida. También, se sabe que en Mesoamérica se preparaba un pan de amaranto molido que después de mezclarse con la sangre de los sacrificios, se ofrecía a los dioses.

Si bien estas fueron las primeras referencias de pan de muerto, se trata de una tradición que a lo largo de los años fue evolucionado hasta llegar a la versión que conocemos hoy en día. El círculo al centro del pan simboliza el cráneo del difunto y las tiras laterales son imitación de los huesos que nos conforman y en algunos casos, se agrega esencia de azahar, que evoca el recuerdo por los difuntos.

La buena noticia es que cocinar pan de muerto casero no es una tarea imposible y es una grandiosa actividad para celebrar esta maravillosa y especial tradición mexicana, sin importar el lugar del mundo en el que te encuentres. Te presentamos una receta fácil y basada en ingredientes que podrás encontrar fácilmente en Estados Unidos.

Receta de fácil de pan de muerto:

Ingredientes:

• 250 ml de leche entera
• 2 piezas de huevo medianas
• 250 gramos de harina
• 50 gramos de mantequilla
• 60 gramos de azúcar
• 5 gramos de levadura
• 5 gramos de sal
• 1 naranja
• 1 limón
• Esencia de azahar, en caso de no encontrarla puedes agregar unas gotitas de esencia de naranja

Modo de elaboración:

1. En la mesa de trabajo limpia agrega el harina y forma un círculo central, agrega la sal, el azúcar, la mantequilla y los dos huevos.
2. Amasa los ingredientes a temperatura cálida (27 ºC es lo recomendable), hasta que se despegue de la mesa. Cuando la masa este suave y uniforme agrega la ralladura de limón y naranja e incorpora bien todos los ingredientes.
3. Finaliza agregando poco a poco la leche, hasta que la masa quede más suave y se despegue de por completo de la mesa.
4. Engrasa un recipiente de vidrio, acomoda la masa y permite que se fermente en el horno a una temperatura de 25 a 35 ºC, hasta que doble su volumen.
5. Cuando la masa doble su tamaño, deberás porcionarla en bolitas para hacer cada pan. Haz pequeños bollos y acomódalos en una charola de horno cubierta con papel encerado, haz rollitos y bolitas con masa y decora (usa como referencia el vídeo).
6. Cuando ya estén listos y decorados los panes, nuevamente deberás fermentarlos en el horno entre 35 y 45 ºC hasta que doblen su tamaño.
7. Cuando estén listos barniza con huevo cada pieza.
8. Hornea a 170 ºC de 25 a 35 minutos.
9. Una vez listos barniza con mantequilla y cubre cada uno con azúcar.
10. Disfruta y decora tu altar.