Trabajadores de restaurantes temen que el sobrecargo por la COVID rebaje las propinas
Los empleados de servicios piden el salario mínimo completo que ahora no tienen
Rosie the Riveter (Rosie la Remachadora) fue la estrella de la campaña de reclutamiento de trabajadoras para la industria de defensa durante la II Guerra Mundial. Con una imagen semejante, Elena la trabajadora esencial, trabajadores de restaurantes y activistas pidieron ayer frente a la alcaldía la necesidad, más acuciante que nunca, de que quienes reciben propinas también tengan el salario mínimo íntegro de la ciudad, $15 la hora.
La imagen de la mesera Elena es un recordatorio para que votantes y ciudadanos se acuerden de los trabajadores esenciales y de que las personas que están atendiéndoles en los interiores de los restaurantes van a tener que pedir e insistir en que los clientes usen la mascarilla y guarden las distancias de seguridad a la vez que necesitan que estas personas les dejen sus propinas.
Los trabajadores lamentan estar oyendo comentarios sexistas y agresivos por parte de los clientes cuando se les recuerda las medidas de seguridad por la COVID. En la jornada de información que mantuvieron el lunes al lado de City Hall se leían en carteles algunos de estos sonrojantes y abusivos comentarios que tienen reciben estos trabajadores que además de atender mesas vigilan por el cumplimento de las medidas de seguridad.
Los salarios mínimos para el personal de restaurante que cobra propinas en NY ascienden a apenas $10 la hora y se llega a los $15 con las propinas o con lo que el empleador les pague y luego este solicite como crédito fiscal.
Los salarios son bajos y las propinas son más necesarias que nunca. No obstante, la demanda es baja, las horas de trabajo no son las que las familias necesitan y además con el sobrecargo que se permite a los restaurantes cobrar del 10%, buena parte del personal de los restaurantes temen que las propinas se resientan.
Anette Alcalá trabaja en un bar y explica que desde que tuvo que elegir entre trabajar y su salud, recibe muchas menos propinas. “Entre el 50% y el 70% menos”, lamenta. Esta mesera que ha trabajado en San Francisco, donde había un sobre costo, explicaba que en su experiencia las propinas “caen mucho más, he visto que es lo que ocurre”.
“Se que todo el mundo está en una posición incómoda pero nosotros estamos en una posición vulnerable. Nuestra situación ha sido complicada dese hace tiempo y también tenemos que pagar renta y comer”, explicaba Alcalá.
Los trabajadores han hecho un llamamiento a los cargos electos para que aprueben una legislación que haga este sobre costo permanente con la condición de que los empresarios paguen el salario mínimo completo a quienes además cobran propinas.
Los concejales, Brad Lander y Antonio Reynoso, dos de los que tratan de que avance esta iniciativa, expresaron ayer solidaridad con la causa de estos empleados esenciales de restaurantes y bares. En el concejo hay una propuesta de ley para ello, pero de momento no ha avanzado en la agenda de las reuniones.