¿Qué es una dieta alcalina y cuáles son sus beneficios?
El organismo es un sistema muy complejo de equilibrios, uno de los más importantes se relaciona con la química corporal. La dieta alcalina nos habla de los alimentos que pueden alterar la acidez del cuerpo
Hoy en día han salido a la luz todo tipo de dietas que no sólo actúan como un plan alimenticio enfocado en perder peso, se trata de tendencias que a través de ciertas pautas promueven la salud, son de gran ayuda en la prevención de enfermedades crónicas y nos ayudan a vivir por más tiempo.
La buena noticia es que siendo la salud el tema más importante de todos los tiempos, actualmente tenemos la ventaja de disponer de una robusta oferta de dietas, que se acoplan a todos los estilos de vida. Es por ello que en los últimos meses todos hablan sobre los positivos efectos de dietas como la cetogénica, el ayuno intermitente, la paleo, las ricas en fibra y grasas saludables, de tal manera que no resulta sorprendente saber que existe una dieta que gira entorno a la alcalinidad y acidez del cuerpo.
Lo cierto es que el tipo de alimentación que seguimos influye en la química corporal, de tal manera que a lo largo de los años las herramientas para potenciar la salud han ido cambiando y evolucionando. Una de las corrientes que más ha llamado la atención en la medicina natural desde principios del siglo XX, es la dieta alcalina que se enfoca en promover a través de la alimentación un óptimo equilibrio químico y se refiere a la alcalinidad o grado de acidez de los fluidos corporales, especialmente la sangre.
¿En qué consiste la dieta alcalina?
La dieta alcalina es una tendencia basada en la creencia pseudocientífica que se basa en la creencia, que enfatiza cómo ciertos alimentos pueden afectar la acidez y el pH de los fluidos corporales, como es el caso concreto de la orina y la sangre. De tal manera que según los niveles pueden tanto prevenir como causar enfermedades y diversas alteraciones en la salud.
El principio de la dieta alcalina se basa en lo que sucede con los alimentos después de ser consumidos y metabolizados, ya que producen metabolitos que suelen ser ácidos, neutros o alcalinos. Con base en un concepto llamado la carga de ácido renal potencial (PRAL) de los metabolitos en los riñones, los alimentos se clasifican como formadores de alcalinos cuando tienen una carga de ácido negativa o formadores de ácido si tienen una carga de ácido positiva. En términos más sencillos los alimentos que consumimos todos los días, cambian cuando el cuerpo los descompone y algunos suelen dejar residuos o cenizas, que caen en algún espectro de ácidos a básicos (alcalinos).
Cabe aclarar que no se trata de evitar los alimentos naturalmente ácidos, como es el caso de los maravillosos y medicinales limones, pues como ejemplo estos producen cenizas alcalinas después de ser digeridos. La teoría detrás de está dieta se basa más bien en detectar aquellos alimentos que causan acidez y se derivan en daño en el cuerpo, como es el caso de condiciones como la osteoporosis, las alteraciones hormonales, inmunitarias y metabólicas.
Es por ello que los defensores de la dieta alcalina afirman que una alimentación basada en vegetales, favorece el equilibrio; mientras que alimentos como la carne y los productos lácteos lo dificultan y pueden conducir al organismo a la acidez. En gran parte es por ello que en los últimos meses ha llamado de especial manera la atención los beneficios de seguir una dieta basada en plantas, ya que es un estilo de vida que se relaciona directamente con la alcalinidad.
De tal manera que el principio básico para seguir una dieta alcalina es basar la alimentación en el consumo de frutas y verduras, y evitar a toda costa la presencia de los ultraprocesados, la sal, las bebidas azucaradas, las harinas refinadas y el alcohol. Complementario a ello se recomienda la ingesta de alimentos integrales y de gran poder nutricional, como es el caso de las semillas, los frutos secos, los cereales integrales y las legumbres. De manera particular un alto consumo de frutas y verduras, es la llave para encontrar el equilibrio ya que aportan una larga lista de vitaminas, minerales, fibra y fitonutrientes, que resultan esenciales para promover el buen funcionamiento de todos los órganos y sistemas.
Sobre los beneficios de la dieta alcalina:
- Combate los niveles de inflamación crónica en el cuerpo.
- Previene la osteoporosis y es de gran ayuda para fortalecer huesos y dientes. Cuando el organismo se acidifica recurre a las reservas de calcio.
- Equilibra el sistema hormonal, lo cual se relaciona con el buen equilibrio de nutrientes que necesita el organismo para producir las cantidades correctas de hormonas, como es el caso del magnesio.
- Reduce el riesgo de padecer diabetes, una dieta alcalina previene la acidosis crónica metabólica que conduce a la resistencia a la insulina y el síndrome metabólico.
- Previene y ayuda a tratar el cáncer, una dieta rica en alimentos alcalinos y antioxidantes puede prevenir carcinomas de orofaringe, esófago, estómago, útero e intestino que se asocian con alteraciones del pH.
- Regula la tensión arterial, el alto contenido de potasio en frutas y verduras compensa los efectos del sodio en el organismo y así se logra controlar la hipertensión.
- Menos infecciones, fortalece al sistema inmune y potencia las defensas. Disminuyen las infecciones y enfermedades causadas por agentes patógenos.