Lo que sucede en el cuerpo al comer carne vacuna

Un alto consumo de carnes rojas y procesadas puede alterar significativamente la salud y la calidad de vida

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Crédito: Shutterstock

En los últimos meses todos hablan sobre los beneficios de seguir una dieta basada en plantas y por consecuencia han surgido muchos cuestionamientos entorno al consumo de carne y sus efectos sobre la salud. Teniendo en cuenta que la mayoría de los estadounidenses incluyen como parte primordial de su alimentación la carne vacuna, vale la pena hablar al respecto. Según información revelada por la USDA, durante el 2017,  los consumidores activos de carne comieron aproximadamente 217 libras de carne roja por persona.

Sin embargo se cuenta con diversos estudios y referencias que han comprobado que las dietas que se centren en el consumo de carne, pueden potencialmente conducir a problemas de salud a largo plazo. No se trata de satanizar el consumo de carne, ya que al elegir las variantes adecuadas y en cantidades moderadas simboliza una fuente importante de nutrientes y sobre todo de proteínas de alto valor biológico. 

Lo cierto es que resulta fundamental entender lo que sucede en el cuerpo al consumir demasiada carne, de tal manera que podamos tomar desiciones más saludables y equilibradas que nos ayudarán a potenciar la salud, prevenir enfermedades crónicas y vivir por más tiempo y mejor. Tal como lo propone la dieta mediterránea; el consumo de carnes rojas deberá ser limitado a ocasiones especiales y no deberá ser considerada como el ingrediente estrella de las comidas. Resulta la fórmula correcta, cambiar la manera en la que estamos acostumbrados a consumir la carne y verla como una guarnición ocasional, procurando llenar los platillos de alimentos derivados de fuentes vegetales, como es el caso de abundantes verduras, legumbres y semillas. De hecho los especialistas en medicina y nutrición recomiendan basar los platos con las siguientes proporciones: un cuarto de granos integrales, un cuarto de proteína (carnes magras o de origen vegetal) y la mitad de vegetales. Basar nuestras comidas diarias en este esquema, es una de las maneras más saludables de brindar al organismo altos niveles de fibra, fitoquímicos y antioxidantes, indispensables para el buen funcionamiento de todos los órganos y sistemas. 

¿Cuales son los efectos de comer más carne de la que deberíamos?

Es bien sabido que una de las principales cualidades nutricionales en la composición de la carne, se relaciona con su alto aporte en proteínas. Es por ello que es considerada un alimento de gran poder saciante, sin embargo no ofrece fibra y carece de vitaminas, minerales y antioxidantes.

Conoce los cuatro riesgos más preocupantes de un excesivo y constante consumo de carnes rojas y procesadas a largo plazo.

1. Puede aumentar el riesgo de padecer cáncer

Se cuenta con una investigación relevante publicada por el Instituto Estadounidense del Cáncer, en el cual se comprueba que el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer aumenta cuando las personas comen entre 12 y 18 onzas de carne roja por semana, las variantes más preocupantes por supuesto que son las carnes rojas procesadas que se distinguen por contener un alto aporte en grasas saturadas. La mejor recomendación es elegir las fuentes de proteínas magras, como es el caso de las aves de corral y ciertos cortes de carne.

2. Mayor riesgo cardíaco

La ingesta de una porción diaria de carne roja (procesada o sin procesar) incrementa un 31% el riesgo de sufrir un infarto. Se cuenta con un estudio realizado por el Departamento de Nutrición de la Universidad de Harvard, en el cual se avala que la ingesta de carne roja se asocia con un aumento del riesgo del total de padecer enfermedades cardiovasculares, como es el caso específico de la hipertensión, alteraciones en los niveles de colesterol, insuficiencia cardíaca y hasta infartos al miocardio.

3. Incremento en el riesgo de padecer enfermedades crónicas

El consumo de carne roja y procesada está asociado al incremento de enfermedades no transmisibles como es el caso de padecimientos degenerativos como la obesidad, diabetes tipo II, enfermedades cardiovasculares, enfermedades del intestino (diverticulitis) o enfermedades crónicas del hígado.

4. Menor esperanza de vida

Se cuenta con un estudio realizado en el 2019, en el cual se contó con la participación de 53.000 mujeres y 27.000 hombres, en el cual se encontró que aquellos candidatos que consumían carne roja como parte de su dieta (especialmente la procesada) presentaban tasas de mortalidad más altas en el transcurso de 8 años. Cabe mencionar que los participantes no padecían ningún tipo de enfermedad cardíaca ni cáncer cuando comenzó el estudio, en consecuencia al aumentar “al menos la mitad de una porción” de carne roja por día, presentaron un riesgo de mortalidad un 10% más alto. Por otra parte se cuenta con otra referencia muy sobresaliente, un gran estudio realizado en 120,000 hombres y mujeres en un período de 10 años, en el cual se encontró que la carne roja procesada, se asoció con un mayor riesgo de muerte.

¿Qué son las carnes rojas y procesadas?

Probablemente te estés preguntando cuáles son las variantes de carnes rojas y procesadas, según un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se considera como carne procesada «cualquier tipo de carne que ha sido transformada con sal, curación, fermentación, ahumado, para mejorar el sabor y preservar el alimento». Esto incluye salchichas, hamburguesas de carne picada y también embutidos. También la OMS cataloga como variantes de carne roja, todo corte que provenga del músculo de un mamífero, lo que incluye vacuno, cordero, cerdo, caballo y cabra.

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