Inmigración, una labor de reconstrucción para los primeros 100 días de Biden
Reunificar a familias y proteger a los DACA y TPS son labores que se señalan como prioridad
La reforma de la inmigración con un camino a la ciudadanía es una de las legislaciones que muchos activistas y políticos quieren presionar para que pueda ser aprobada en los primeros 100 días de la nueva Administración en Washington pero el jueves, de lo que más se habló en el seminario de la American Business Immigration coalition fue de reconstruir.
“Hay que reparar el daño que se ha hecho en estos cuatro años”, resumía Chuck Schumer, senador por Nueva York, en este debate en el que participaron otros de los legisladores de esta cámara de ambos partidos.
La senadora republicana de Maine, Susan Collins, explicó que pese a que siempre ha habido acuerdo entre ambos partidos, aunque no en el liderazgo de estos, para sacar esta reforma adelante, es posible que esta cuestión no sea prioritaria dada la tarea que hay por delante en esta época de pandemia.
Schumer dijo que mucho de lo que pueda hacer el Senado y las prioridades de este va a depender de lo que ocurra en las elecciones en Georgia en la que dos asientos de esta cámara están en juego. Si caen del lado demócrata el senador neoyorquino dice que se trataría de recuperar la coalición para sacar la reforma adelante. “Incluso desde la minoría podríamos tener ese objetivo”, comentó.
Otros senadores que participaron en el debate como Dick Durban de Illinois, Bob Menéndez de Nueva Jersey y Chris Coons de Delaware, hablaron de que parte del trabajo que se ha de hacer en inmigración es deshacer lo que se ha hecho en estos cuatro años con los dreamers, con los niños en la frontera cuyos padres no se encuentran, con el TPS y con la xenofobia que se ha instalado, entre otros problemas.
Durban calificó la agenda inmigratoria de Donald Trump de horrible y lamentó que incluso en la ayuda fiscal por la COVID se eliminara de los beneficiarios del cheque a los contribuyentes con familias indocumentadas.
El senador Menéndez considera que buena parte de lo que ha pasado es un legado del pasado cuando el líder republicano John Boehner no quiso llevar a a votación una ley de inmigración bipartidista que tenía el beneplácito de una coalición bipartidista.
Este legislador lamentó la desprotección a los trabajadores a los trabajadores esenciales que son inmigrantes indocumentados y el costo que tiene la política restrictiva al no dar cabida a unas personas que son contribuyentes. Después de recitar una letanía de números sobre el sentido económico de la regularización, Menéndez dijo que lo hacía para que para quien no sea un imperativo moral cambiar las cosas, al menos lo consideren desde el punto de vista económico.