8 razones para amar la dieta mediterránea, ganar salud y vivir por más años

La dieta mediterránea es un estilo de vida que solo traerá bondades terapéuticas y nutricionales a tu vida

Proteínas, vegetales y granos son parte de un plato equilibrado.

Proteínas, vegetales y granos son parte de un plato equilibrado. Crédito: Shutterstock

Las dietas son un tema que no deja de sorprendernos, si bien de manera natural van evolucionando con los años; algunas aumentan su popularidad a lo largo de los años a tal grado que son consideradas “una moda”. Lo cierto es que existen algunas tendencias que van mucho más allá de ser una simple moda, tal es el caso de la dieta mediterránea y sus inigualables beneficios relacionados con la salud y longevidad. 

Lo cierto es que en los últimos años todos hablan sobre el poder terapéutico del estilo de vida mediterráneo, al grado que durante varios años consecutivos ha sido considerada la dieta más recomendada por diversos especialistas en medicina y nutrición. 

La dieta mediterránea es una valiosa herencia cultural que representa mucho más que una simple pauta nutricional; es un estilo de vida equilibrado que reúne recetas, técnicas de cocina, celebraciones, tradiciones, productos típicos y actividades humanas. La dieta mediterránea es tan relevante que ha sido reconocida por la UNESCO y la inscribieron como uno de los elementos de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Vale la pena hablar sobre las inmensas bondades que se relacionan con seguir un estilo de vida mediterráneo, es por ello que te presentamos 8 razones que te harán amar la dieta mediterránea y volverla un estilo de vida con excepcionales beneficios a largo plazo.

8 razones para enamorarte de la dieta mediterránea:

1. La magia de no contar calorías

Una de las grandes cualidades de la dieta mediterránea es que se trata de un estilo de vida, que va en contra de volvernos esclavos de contar las calorías y eso la hace demasiado especial. Su principal objetivo promueve olvidarnos de sumar las calorías de cada alimento que consumimos en el día y reemplazar esta mentalidad por tomar desiciones más saludables. Una de sus principales recomendaciones nos invita a cambiar las grasas malas por las saludables para el corazón: promueve el consumo prioritario de aceite de oliva en lugar de mantequilla, los pescados grasos o las aves de corral en lugar de las carnes rojas y propone disfrutar de abundantes frutas frescas de frutas frescas y omitir los postres elegantes y azucarados, por supuesto los vegetales y las legumbres son bien recibidos, por su alto contenido en fibra. Entre sus genialidades se encuentra que permite el consumo moderado de pan integral y vino ¡Mejor imposible!

2. La comida siempre será fresca

Probablemente la regla más fundamental de la dieta mediterránea, se base en evitar el consumo de alimentos procesados y por ese simple hecho es tan poderosa terapéuticamente hablando. Al promover activamente el consumo de alimentos integrales, como es el caso de frutas, verduras, frutos secos, semillas, legumbres y grasas saludables, de cierta manera hace que nos olvidemos del consumo de cualquier comida industrial. La atención se centra en el consumo de alimentos de temporada que se preparan de manera sencilla y deliciosa.

3. Es posible comer pan

Normalmente una de las limitaciones alimenticias más típicas en cualquier dieta, son los carbohidratos y por ende es muy normal despedirnos del pan. Sin embargo la dieta mediterránea es una pauta que se caracteriza por promover el buen equilibrio e incluye el consumo de pan con la debida moderación. La única regla es optar por las variantes de pan elaborado con cereales integrales, ya que tiene más proteínas y minerales y siempre será más saludable que cualquier tipo de pan elaborado con harina blanca refinada.

4. La grasa no está prohibida

Otro gran mito entorno a la pérdida de peso y la buena salud cardiovascular: las grasas, que hace muchos años eran consideradas el enemigo. Sin embargo, hoy en día sabemos que las grasas pueden ser un gran aliado, todo radica en elegir las fuentes saludables y nutritivas. Y la buena noticia es que la dieta mediterránea promueve el consumo de las más deliciosas y mejores opciones: nueces, semillas, aceitunas, aceite de oliva y aguacate. Este tipo de alimentos brillan por su contenido en grasas monoinsaturadas que se asocian con grandes beneficios para la salud y nos hacen evitar el consumo de grasas saturadas y trans, que se esconden en los alimentos procesados. A la vez las grasas saludables son un gran aliado culinario, ya que aportan un sabor inigualable en las recetas y son de gran ayuda para combatir enfermedades crónicas como es el caso de la diabetes, afecciones cardiovasculares, hipertensión, padecimientos digestivos y ciertos tipos de cáncer. 

5. No pasarás hambre

La dieta mediterránea es tan versátil y accesible, que permite el consumo de alimentos naturales y nutritivos que son de gran poder saciante y que en muchas otras pautas suelen ser prohibidos. Tal es el caso de las papas, camote, frutos secos, legumbres, pan y lácteos. Bajo el margen de una dieta saludable, estos alimentos son muy nutritivos y se relacionan con su gran potencial saciante, que es de gran ayuda para controlar la ansiedad por comer y los excesos.

6. Gran método para perder peso a largo plazo

Para algunos podría resultar una locura perder peso consumiendo alimentos como el queso, nueces, aceites y pan. Sin embargo estos conceptos alimenticios básicos de la dieta mediterránea, aportan mucha nutrición, satisfacción y versatilidad a la dieta. A la vez son alimentos que nos hacen sentir satisfechos y que brillan por sus propiedades para estimular al metabolismo. También el estilo de vida mediterráneo promueve la actividad física diaria y el control de los niveles de estrés a través de caminatas en a naturaleza y el disfrute de tiempo con la familia, todos son elementos que promueven el buen balance y la pérdida de peso.

7. Corazón sano

Una de las inmensas y más populares cualidades de la dieta mediterránea, se relaciona con sus extraordinarios efectos para proteger la salud cardiovascular. La razón es simple, todos los alimentos que promueve la dieta mediterránea son buenos para el corazón. El aceite de oliva y las nueces ayudan a reducir el colesterol “malo”, las frutas, verduras y frijoles ayudan a mantener limpias las arterias, el pescado ayuda a reducir los triglicéridos y la presión arterial. ¡Incluso una copa de vino diaria puede ser buena la salud cardiovascular, gracias a su aporte en antioxidantes. 

8. Mejor funcionamiento cerebral

Otra genialidad de la dieta mediterránea es que el consumo de alimentos de tan alta calidad y poder nutricional, beneficia la salud física y mental. De hecho el consumo de grasas saludables en conjunto con la nula ingesta de alimentos procesados, es la llave para mejorar el funcionamiento cerebral y las capacidades cognitivas: memoria, aprendizaje y concentración. 

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