6 maneras geniales y fáciles para bajar de peso más rápido, recomendadas por expertos
Prácticas, divertidas y sostenibles medidas para acelerar la pérdida de peso y quemar más grasa
Sin lugar a dudas uno de los objetivos principales de someternos a cualquier dieta o pauta alimenticia enfocada en la pérdida de peso, es quemar grasa corporal y ni se diga de la que se encuentra alojada en la zona abdominal. Y por supuesto en muchos casos es lo más difícil de lograr, ya que en muchas ocasiones a pesar de adelgazar esta grasa es la última en irse. De tal manera que recurrimos a todo tipo de consejos y recomendaciones que maximicen nuestros esfuerzos y nos ayuden a obtener resultados más relevantes.
Lo primero que hay que decir es que: perder peso y quemar grasa no tiene porqué ser un martirio. De hecho con todas las tendencias actuales, viene siendo un buen momento para quitarnos esa idea de la cabeza. Diversos nutricionistas coinciden en que es mucho mejor optar por medidas menos drásticas, las cuales sean sencillas, saludables y sostenibles, terminan resultando el mejor camino para mantener un peso corporal sano a largo plazo.
1. Modera el consumo en fruta
Es bien sabido que la fruta forma parte fundamental en toda alimentación equilibrada. Sin importar la variante, la fruta es ligera, saciante, refrescante y muy nutritiva, se trata de un alimento integral que viene cargado de antioxidantes y fibra. Sus beneficios son numerosos y contundentes, consumirla siempre será mejor que cualquier producto procesado que contenga azúcar refinada; también nos llena de energía y es un buen aliado de la digestión. Sin embargo cuando el objetivo es perder peso, es muy importante limitar las porciones a una o dos porciones por día, podría ser lo equivalente a como una taza de bayas o una manzana de tamaño pequeño a mediano. Si bien no toda el azúcar es igual y la de la fruta se encuentra en forma natural, es básico saber que algunas variantes de frutas contienen de 15 a 30 gramos por porción. Apuesta por consumir fruta de manera controlada o como una buena alternativa para combatir los antojos dulces, sobre todo en personas que tienen una adicción al azúcar.
2. Limita el consumo de los cereales y las verduras con almidón
No se trata de prohibir el consumo de cereales, sobre todo en sus versiones integrales como es el caso de la avena, la quinoa y el arroz integral; sin embargo hay que tener cautela con las porciones. Sucede de la misma manera con los vegetales ricos en almidones, que tienden a ser más calóricos que muchos alimentos y claro al pensar que son verduras solemos comerlas en exceso y en preparaciones ricas en grasa y calorías. La mejor recomendación es limitarte al consumo de las fuentes de carbohidratos saludables como el arroz integral, los panes integrales y de granos germinados. En el caso de la papa y el camote, procura no consumirlos diario y no te excedas de una o dos porciones al día.
3. No te vuelvas loco con los frutos secos
Sí claro que los frutos secos son una magnífica adición en toda dieta para perder peso y quemar grasa, no en vano los especialistas recomiendan su consumo diario. Se relacionan con un alto contenido en grasas saludables, proteínas y minerales, también son muy saciantes lo que beneficia directamente el adelgazamiento … pero no te pases. Es muy importante ser conscientes de la cantidad que consumimos, no olvidemos que tienen un alto contenido de grasas y, por lo tanto, de calorías. De hecho es muy recurrente que la gente suela excederse en su consumo diario, para ser más precisos: una cucharada de mantequilla de nueces tiene alrededor de 100 calorías; un puñado de frutos secos tiene unas 150 calorías. Por lo tanto si quieres perder peso no te excedas y utilízalos como un complemento para enriquecer todo tipo de platillos.
4. Deja de comer después de la cena
al seguir una dieta controlada y equilibrada, que incluya un buen desayuno, almuerzo, cena y refrigerios saludables, estás aportando la cantidad óptima de comida que necesita el organismo para funcionar bien. Así que si acostumbras continuar comiendo después de las comidas principales, no te sorprendas de un aumento de peso ya que estos antojos innecesarios solo se traducen en calorías innecesarias. De manera especial los hábitos de comer bocadillos nocturnos, suelen ser los más difíciles de superar sobre todo cuando se trata de alimentos dulces. De tal manera que si es tarde y no puedes resistirte al anhelo de algo azucarado, no cedas y opta por consumir una pieza de fruta, una taza de fresas y acompáñalo con un té. Calmarás el hambre y te mantendrás firme.
5. Monitorea tu ingesta de alimentos diaria
Ser conscientes de lo que comemos a lo largo del día puede cambiar por completo nuestra percepción y en muchas ocasiones ahí está la respuesta ante los fracasos ante la pérdida de peso. Se cuenta con investigaciones, en las que se avala que tener un control de lo que consumimos a lo largo del día, ayuda a comer menos. Hoy en día existen muy buenas apps que facilitan la dinámica, también puedes tener una libreta destinada a ello o inclusive utilizar la sección de notas en su teléfono. Algunos tipos para que te sea más sencillo acoplarte:
- Anota lo que comes en cada comida, incluyendo bebidas, guarniciones y aderezos.
- Anota por separado la ingesta de frutas, granos y vegetales con almidón.
- Anota el consumo de agua natural por día.
- Anota los antojos que se presentan y cuáles cumples.
- Anota por día (al despertar) la calidad de sueño y cuántas horas duermes.
- Se recomienda integrar cómo te sientes y monitorear tu peso corporal una vez a la semana (sin obsesionarte).
6. Bebe más agua
No nos vamos a cansar de repetirlo: beber agua es indispensable en la pérdida de peso, la eliminación de toxinas y el buen funcionamiento de todo el organismo. Asegúrate de consumirla en la proporción correcta, una buena fórmula: apunta a tu peso dividido por dos en onzas y obtendrás la cantidad ideal. Entonces, si pesas 200 libras, eso es 100 onzas de agua, o 12.5 vasos de 8 onzas. También procura beber más agua los días que haces ejercicio, cuando sientas dolor de cabeza o ansiedad por comer. El agua es increíblemente saciante y de hecho en muchas ocasiones solemos confundir hambre con sed.