El año en el que la vacuna debe abrir el camino del crecimiento

Los analistas esperan un mal inicio de 2021 y que el empleo tarde en recuperarse

People walk past the New York Stock Exchange (NYSE) and 'Fearless Girl' statue at Wall Street on December 9, 2020 in New York City. (Photo by Angela Weiss / AFP) (Photo by ANGELA WEISS/AFP via Getty Images)

People walk past the New York Stock Exchange (NYSE) and 'Fearless Girl' statue at Wall Street on December 9, 2020 in New York City. (Photo by Angela Weiss / AFP) (Photo by ANGELA WEISS/AFP via Getty Images) Crédito: AFP / Getty Images

El año cambiará el 31 de diciembre pero el rumbo no mejorará hasta bien entrada la primavera y aunque se prevea un avance notable, es posible que también sepa a poco tras un año tan devastador como el que dejamos atrás

Tendremos pandemia en 2021 debido a la falta de control de los contagios, hospitalizaciones y muertes de finales de año de la COVID, además de los cierres de áreas geográficas. Aunque es de esperar que en algún momento la vacuna llegue a todas las esquinas, la enfermedad va a seguir siendo la primera variable económica durante meses.

El presidente electo, Joe Biden, dijo el pasado 22 de diciembre que los días “más oscuros” en la batalla contra la COVID están “delante de nosotros, no detrás” .

Cómo se gestione la COVID será decisivo en cómo se reconstruya o se construya. Salir del agujero económico será materia de muchos meses más, quizá años en los que el siguiente reto va a ser el cambio climático.

Los economistas no confían en mejoras inmediatas en EEUU dado cómo se cierra 2020 y, de hecho, esperan una muy mala entrada del año nuevo, en línea con el aviso de Biden con respecto a la cuestión de la salud. Y eso contando con el muy esperado (desde hace meses) estímulo fiscal.

El que aprobó el Congreso el día 21 de diciembre carece de ambición para tratar a una crisis que es la más grave desde la Gran Depresión y que ha revelado lo grotesco de las desigualdades sociales. Pero puede ser un puente de transición a nuevas ayudas que dependerán mucho de las elecciones en Georgia del 5 de enero, ya que desde que se aprobó el CARES Act el 27 de marzo por unanimidad, la mayoría republicana ha sido muy renuente a sumarse a la tarea de revitalizar una economía semiparalizada.

El 5 de enero los republicanos se juegan la mayoría en el Senado. Si la pierden el gobierno de Joe Biden tendrá más posibilidades de sacar adelante medidas paliativas de la crisis.

La composición del gobierno de Biden sugiere que se favorece un fuerte apoyo fiscal. De hecho, cuando dio la bienvenida al paquete de apoyo fiscal de $900,000 millones recién aprobado, el presidente electo matizó  que se tiene que hacer más que eso.

Evitar un mayor deterioro es además básico para que se pueda relanzar con más fuerza la economía a mediados de año, que es algo que se espera conseguir cuando la vacuna esté más universalizada.

Pero conviene advertir que eso no significa que se vayan a recuperar inmediatamente todos los puestos de trabajos perdidos, todos los ingresos que se evaporaron, los planes de negocio que se vinieron abajo y las facturas que se han quedado sin pagar.  

Los economistas de la banca de Wall Street cuentan con los efectos de la vacuna y más estímulos a la hora de prever una mejora de la economía entre el 5% y el 6% a finales de año, un cambio de calado dada la contracción que espera el FMI del 4.4% para 2020.

Los economistas de IHS Markits creen que un estímulo o inyección de recuperación de más de $900,000 millones podría elevar el PIB un 5%, pero sin ello y si hay más cierres para contener la última subida de contagios, el PIB real apenas podrá despegar más allá del 3% y con riesgos.

Pero este crecimiento no traerá una lluvia de empleos. Un reporte de economistas publicado por Bankrate indica que la expectativa es que desempleo sea elevado en 2021 con una tasa alrededor del 6%. Si no sube la población activa que se ha rebajado durante la crisis (los que trabajan y los que buscan empleo activamente) incluso ese 6% es peor de lo que parece.

Por ello se cuenta con más inversión y apoyo público, incluido el que brinda la Reserva Federal con bajas tasas de interés y dinero fluyendo. Es algo que ha dado alas a los inversionistas que disfrutan de unas alzas en las Bolsas que parecen reflejar la economía de otro planeta.

La propia Reserva Federal es más moderada en sus previsiones, se espera un crecimiento no superior al 4% y una tasa de desempleo que ronde el 5.5%. En noviembre era del 6.7%.

El presidente de la autoridad monetaria, Jerome Powell, que ha estado abogando todo lo que ha podido por un estímulo económico importante no cree que se vuelvan a subir las tasas e interés por encima del 0% donde están antes de 2023.

Los analistas de Oxford Economics esperan que la actividad privada pueda experimentar un avance en 2021 pero no creen que todas las áreas se beneficien por igual.

Más allá de la COVID, 2021 es el año en el que deja el gobierno Donald Trump y se espera no solo una mayor intervención como se hizo tras la Gran Depresión y la Gran Recesión, sino que además se retiren los escollos que por ejemplo las tarifas a las importaciones (un impuesto para los consumidores intermedios y finales) han puesto al desarrollo.

En su informe de fin de año Gregory Daco, de Oxford Economics piensa que Biden “traerá más certidumbre pero el comercio libre no va a volver”. Para este economista los riesgos están en un exceso de austeridad fiscal y la deuda del sector privado, pero señala como oportunidades la transformación digital, la mejora del turismo, y una posición abierta ante la inmigración y la amenaza del cambio climático.

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