El plan de Biden para la economía, primero rescatar, luego reconstruir

El nuevo gobierno tiene ante sí la tarea de rescatar la economía de la COVID y relanzarla después con el objetivo de reducir la profunda desigualdad

La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen./ EFE

La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen./ EFE Crédito: Efe

El camino está claro para el equipo económico del nuevo presidente Joe Biden. La legislatura que comenzó el miércoles 20 de enero tiene dos tareas fundamentales y urgentes en su agenda económica a partir del primer día, “rescatar primero y reconstruir después”.

En una economía presa de la COVID lo primero en la agenda es sacar al país de la crisis con el paquete de ayudas a ciudadanos, empresas y gobiernos locales además de una estrategia de vacunación rápida.  Es el rescate. Lo segunda es poner en marcha su agenda llamada Build Back Better con especial énfasis en infraestructura, innovación, investigación y desarrollo y energías limpias.

El nuevo presidente deshará buena parte de lo hecho por la Administración de Donald Trump, sobre todo en materia de derechos laborales, energías alternativas, comercio exterior (tarifas a la importación), protección a consumidores y fiscalidad, entre otras materias.

El fin último es dar la vuelta a la tendencia creciente del aumento de la desigualdad social y económica.

Tras prestar juramento Biden firmó 17 órdenes ejecutivas el mismo miércoles y algunas de ellas como la readhesión al Tratado del acuerdo climático de París y la OMS, el fin del gasoducto Keystone XL, la ampliación de la moratoria de desalojos por impago de rentas al 31 de marzo y el mantenimiento de la pausa de la devolución de préstamos de estudiantes hasta septiembre son los primeros pasos de su agenda económica.

El rescate de la pandemia es urgente. La COVID deja ya 402,000 muertos ya y todo indica que no se ha llegado al punto de inflexión para la mejora. La de la COVID es una crisis económica que la BLS (Oficina de Estadísticas Laborales) dice que mantiene a más de 10 millones en el desempleo, aunque el daño es mayor. El Economic Policy Institute cifra en 26.8 millones de trabajadores los que carecen de empleo definitiva o temporalmente o con menos horas de trabajo y/o sueldo, algo más del 15% de la población en edad de trabajar.

Sectores productivos enteros están contra las cuerdas, familias con riesgo de quedarse sin hogar y una red social que ha hecho aguas pero ha ido manteniéndose con altibajos con cuatro mandatos de ayudas económicas.

El rescate comienza con un nuevo paquete de ayudas económicas cifrado en $1.9 billones ($1.9 trilions en inglés) que tiene como misión extender la red social de nuevo y de una forma más amplia que con el último paquete aprobado por el Congreso en diciembre. Además de más dinero directo para los contribuyentes ($1,400 más) y ayudas para el desempleo, hay dinero para los estados y para los pequeños negocios.

En un momento en el que estados como California tiene los hospitales colapsados y las vacunas se acaban esta misma semana en Nueva York, el plan de Biden pasa por una inversión de 400,000 millones en el despliegue de una campaña de vacunación.

La inacción y el retraso de las ayudas de los últimos meses ha dejado heridas muy profundas. Para salir de la crisis es necesario que haya empresas a las que los trabajadores puedan volver, pero el daño en los pequeños negocios complica este movimiento. De una crisis nacen nuevas ideas y nuevos negocios, pero normalmente tienen más plantillas las empresas en marcha que las que tienen que arrancar

El mandato de este paquete de rescate incluye la corrección de las desigualdades, algo que va a informar la política del nuevo presidente en los próximos cuatro años. Janet Yellen, la secretaria del Tesoro, dijo esta semana ante el Senado que se va a prestar especial atención a los trabajadores y a las minorías, muy perjudicadas por la pandemia. Alto en la agenda del presidente es elevar el salario mínimo a $15 la hora frente a los $7,25.

El paquete de relanzamiento de la economía se presentará ante el Congreso en las próximas semanas. Aún no hay certeza de que se quiera modificar la reforma fiscal de Trump de 2017 que rebajó los impuestos sobre todo para las mayores fortunas y las empresas. Biden quería elevar el tipo impositivo del 21% al 28% pero Yellen cree que debe hacerse dentro de un contexto de acuerdos fiscales internacional.

Para sacar sus planes adelante Biden necesitará del apoyo del Congreso. El Senado está dividido en partes iguales para cada partido y solo el voto de la vicepresidenta escora la mayoría hacia el partido del Gobierno, aunque hay que recordar que tal y como deja las cuentas públicas la Administración de Trump habrá congresistas, incluso entre los demócratas (los llamados Blue Dogs), que se resistan a ampliar el gasto público.

Los republicanos, que no han tenido problemas con el aumento del déficit presupuestario, comercial y de la deuda pública durante los años de Trump han empezado ahora a sonar las alarmas sobre estas cifras. Es posible que por mucho que la deuda esté barata para EE UU, el paquete de rescate sea algo menos ambicioso de lo querido por Biden.

Los economistas de Oxford Economics apuntan a que pueda quedarse en $1.2 billones.

Y ¿Qué cuentas públicas hereda Biden?

Según la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) un organismo técnico no partidista: El déficit de 2020 es equivalente a casi el 15% del PIB del país, $3.3 billones (trillions en inglés), el mayor desde la II Guerra Mundial.

“Aunque mucho de ello se debe a las acciones del Gobierno para responder a la pandemia el déficit que se proyectaba ya era elevado desde el punto de vista histórico, $1.1 billones, el 4.9% del PIB antes de la disrupción causada por la pandemia”, dicen los estudios del CBO.

Si no hay cambios en el gasto ni en la fiscalidad la deuda pública, la que Trump iba a hacer desaparecer en ocho años, será equivalente al 107% del PIB del país en 2021. En 2020 la CBO estima que fuera de $20.3 billones (trillions). En dos años se superará esta cifra.

La cuenta que hizo el partido republicano sobre que los impuestos rebajados se pagaban a sí mismos por la mejora de la economía que se lograba con ellos, una vez más no se ha materializado.

El presidente actual de la Fed y su antecesora, Yellen, creen que es mejor pasarse en las ayudas que no llegar. La historia de la Gran Depresión muestra ese camino y ambos creen que la deuda es lo suficientemente barata (el bono o deuda a 10 años tiene un rendimiento de poco más del 1%, muy bajo coste) como para proceder con el gasto público, no eternizar la crisis y desde un punto de vista político no desperdiciar una crisis y la oportunidad de reconstruir para poder hacerlo mejor.

Ese es el plan de Biden.

En esta nota

#Trabajo ayudas económicas Covid declaración de impuestos Joe Biden

Suscribite al boletín de Empleos

¿Te gustaría recibir ofertas de empleo en Los Ángeles?

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google Política de privacidad y Se aplican las Condiciones de servicio.

¡Muchas gracias!

Más sobre este tema
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain