Por qué comer zanahorias beneficia el adelgazamiento sin flacidez luego de los 30 años
Las zanahorias son una infalible adición dietética en la dieta femenina. Son bajas en calorías, saciantes, ricas en fibra, suprimen el apetito, además tienen una gran capacidad diurética y quema grasa
La tendencia para bajar de peso es clara y se enfoca en crear un estilo de vida más saludable a través de la alimentación. Una de las razones por las que los nutricionistas a menudo aconsejan incluir zanahorias en nuestra dieta es por su capacidad para adelgazar. Son la adición dietética perfecta para bajar de peso con mucha nutrición, son bajas en calorías, mejoran el proceso digestivo, saciantes, muy ricas en fibra e ideales para suprimir el apetito. Por todas estas bondades de manera específica, las zanahorias se recomiendan como un ingrediente básico en la dieta de las mujeres que desean bajar de peso sin la molesta flacidez. La razón principal es su composición nutricional, sus poderosos antioxidantes, sus beneficios digestivos y depurativos. Todos estos aspectos son fundamentales para acelerar el metabolismo, mecanismo que a partir de los 30 años suele hacerse más lento y afecta la pérdida de peso.
La zanahoria es una de las hortalizas más famosas y representativas del invierno, que es una temporada del año que está marcada por verduras frescas y deliciosas. Jugosas, crujientes y vibrantes, las zanahorias llegaron para quedarse, gracias a que son un tesoro nutricional. Recientemente diversas tendencias de nutrición creadas para bajar de peso de manera segura y rápida, hablan sobre la importancia de añadir zanahorias en la dieta diaria. Entre sus grandes cualidades se destacan por ser la verdura con mayor contenido en betacarotenos, que es un pigmento natural que el cuerpo utiliza para producir vitamina A y tiene una buena cantidad de fibra.
De manera específica su alto contenido en fibra se asocia con demasiados beneficios. Uno de los principales se relaciona con sus propiedades digestivas, que son de gran ayuda para regular trastornos intestinales como son el estreñimiento, la inflamación y las flatulencias. Recordemos que un buen proceso de digestión siempre será clave para bajar de peso.
También comer zanahorias te ayudará a perder peso, ya que son naturalmente bajas en calorías y están llenas de nutrientes que aceleran el metabolismo. Para mayor contexto: una taza de palitos de zanahoria cruda tiene solo 50 calorías, que es solo el 3% del presupuesto diario en una dieta de 1.500 calorías. Los especialistas recomiendan consumirlas crudas, ya que es la mejor versión para obtener su larga lista de nutrientes esenciales y fibra. Aunque también el jugo es una rica alternativa, para hidratarnos es importante mencionar que es una presentación que aporta menos fibra.
Como lo mencionamos en un inicio las zanahorias son el vegetal con mayor contenido en vitamina A, lo que sucede el cuerpo al digerirla es que la convierte en unos compuestos químicos llamadas retinoides. Según un estudio publicado en Archives of Biochemistry and Biophysics, estas sustancias tienen la capacidad de interactuar con las células grasas del cuerpo e influyen en el crecimiento de nuevas células grasas, el almacenamiento de grasa y la obesidad. De manera concreta el estudio encontró que la vitamina A puede ayudar a reducir la obesidad o grasa abdominal, que ser relacionan no solo con el sobrepeso también representan un grave riesgo para la salud general.
Existen dos factores por los cuales las zanahorias son una excelente opción para bajar de peso sin flacidez y con menos celulitis: el primero es su capacidad de quemar la grasa corporal y el segundo su poder diurético, el cual se relaciona con su alto contenido en potasio y es ideal para atacar la retención de líquidos. Además las zanahorias son ideales para mejorar el rendimiento deportivo, son un alimento que tiene el poder de actuar como un tónico y remineralizante. Tiene propiedades alcalinizantes que favorecen un buen equilibrio ácido-básico del organismo, todos estos aspectos benefician la depuración de toxinas, grasas, sales y desechos retenidos en el organismo.
No podemos dejar de mencionar el resto de sus bondades nutricionales, como sucede con su bajo aporte calórico que se relaciona con sus pocos hidratos de carbono (5,2%), que hace sentido con su contenido en proteínas y grasas es escaso. La zanahoria brilla por su riqueza en minerales y oligoelementos (hierro, potasio, yodo, magnesio, níquel, azufre, cinc), ácido málico, inositol, fitosteroles y un aceite esencial que le confiere su aroma y sus positivos efectos contra los parásitos intestinales. Todas estas sustancias son responsables de otras grandiosas propiedades medicinales, entre las que se destacan sus beneficios para mejorar la salud de ojos, pulmones, hígado, huesos y piel. También son un buen aliado para combatir la anemia y los casos de fatiga crónica, gracias a su contenido en hierro y cobre que favorecen la formación de glóbulos rojos.
Por si fuera poco las zanahorias son sumamente accesibles, la colación perfecta para controlar el apetito y la ansiedad por comer ¡Mantienen el hambre a raya! Lo mejor de todo es que son de lo más generosas y muy versátiles, integrarlas en la alimentación es un verdadero placer ¡Aportan sabor, textura, color y mucha nutrición adelgazante!
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