Qué sucede en el cuerpo al beber una botella de vino completa
Nada en exceso es bueno, menos el alcohol. Beber una botella completa de vino, es una mala costumbre: se asocia con alteraciones en la salud cardíaca, afecta la pérdida de peso, la calidad del sueño y la coordinación
Todos podemos encontrar muchos motivos para terminarnos esa botella de cabernet. A esto debemos de sumar que el vino está pasando por un momento candente, en los últimos meses su popularidad ha crecido como la espuma y no podemos negar que se trata de una de las bebidas más clásicas llena de virtudes para maridar todo tipo de comidas y que aporta magníficos beneficios para la salud. Si bien podemos discutir sobre su larga lista de bondades, existen muchas razones por las cuales no es tan buena idea beber una botella completa por tu cuenta. Más allá del evidente estado etílico que alcanzarás, beber vino en exceso puede alterar la glucosa en sangre, aumentar considerablemente nuestra ingesta calórica y por ende será mucho más difícil quemar grasa y bajar de peso. También se verá afectada la presión arterial y frecuencia cardíaca, el rendimiento físico y mental se deteriora y el funcionamiento cognitivo. Además el apetito incrementará y la calidad del sueño se reducirá.
Todo esto puede suceder al beber una botella estándar, no de un litro y mucho menos una magnum. Una botella estándar es de 750 mililitros de vino o 25 onzas líquidas. Una copa de vino normalmente contiene 5 onzas líquidas, por lo que una botella ofrece alrededor de 5 porciones. De tal modo que es normal entender porqué muchas personas en tan solo tres vasos de vino llenos ¡Beben la botella completa! Por lo tanto si un viernes o en ocasiones especiales acostumbras beber cinco tragos estándar de vino (una botella completa), seguramente te interesará saber lo que este hábito puede hacerle a tu cuerpo, según la ciencia.
1. Calorías líquidas y una inyección de azúcar
Es bien sabido que el consumo de alcohol aumenta la ingesta calórica diaria. Con aproximadamente 123 calorías por vaso, beber una botella llena de vino nos deja con 615 calorías adicionales. Esto solamente hablando del vino, sin contar otras bebidas y las típicas botanas que lo acompañan como son los quesos, carnes frías, pan y galletas saladas. Para mayor contexto: según información liberada por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, un vaso de cinco onzas de chardonnay contiene aproximadamente 1,4 gramos de azúcar. Por lo que una botella llena agregará 7 gramos a la ingesta total diaria, puede que no parezca mucho, sin embargo al sumar el resto de alimentos y bebidas que son una considerable fuente de azúcar ¡Si es relevante! Sobre todo teniendo en cuenta, que los adultos estadounidenses consumen 77 gramos de azúcar en promedio.
2. El nivel de azúcar en sangre puede bajar
Se ha comprobado que el consumo de alcohol, puede reducir los niveles de azúcar en sangre, provocando debilidad, mareos y palpitaciones del corazón. Este efecto se ha reportado como más recurrente cuando se bebe en exceso, no por una copa de vino acompañada con alimentos saludables. Lo que sucede es que el hígado está ocupado metabolizando el alcohol que consumimos, por lo tanto produce menos glucosa, lo que puede provocar una caída del azúcar en sangre. Es por ello que en personas con alteraciones en la glucosa, pre-diabetes y diabetes, deberán tener especial cautela con su consumo de vino y siempre tener previo control en el nivel de azúcar en sangre.
3. Estarás legalmente borracho
Claro que la rapidez con la que cada persona “se emborracha”, dependerá de muchos factores como su complexión, edad, sexo, historial de consumo, si ha comido, cuántos ha bebido y qué tipo de alcohol está bebiendo. En el caso del vino es importante mencionar que se trata de una bebida que contiene el 12% de alcohol por volumen, algunos cabernets pueden tener un 14%, algunos zinfandels californianos y vinos shiraz australianos pueden tener hasta un 18%. Teniendo en cuenta el habitual 12%, al tomar una botella completa que representa cinco porciones de 5 onzas, es un hecho que se presentará intoxicación por alcohol. Si bien sus efectos pueden variar de persona a persona, se ha establecido que ya sea hombre o mujer con un peso de 100 a 240 libras, se alcanza el límite de conducción en estado de ebriedad de concentración de alcohol en sangre del 0,08% al terminar el cuarto vaso de vino.
4. Menor coordinación y tiempo de reacción
Los efectos del consumo de alcohol son diversos y variables en cada persona. Sin embargo, según los Centros de Adicciones de Estados Unidos beber una botella de vino, altera el equilibrio, se deriva en diversas afectaciones de coordinación y estas a su vez hacen más lento el tiempo de reacción. También se cuenta con información en la que se comprueba que la audición puede empeorar.
5. Alteraciones en la presión arterial y frecuencia cardíaca
Es bien sabido que beber en exceso es uno de los principales enemigos de la salud cardiovascular. Entre las principales consecuencias de beber una botella de vino, se encuentra el aumenta tanto la presión arterial sistólica como la diastólica. También es usual que el pulso se eleve en aproximadamente 15 latidos por minuto más rápido que cuando estamos sobrios, según la revista Hypertension dirigida por la Asociación Estadounidense del Corazón. De tal modo que a medida que los niveles de alcohol en sangre disminuyen durante la noche, los dos tipos de niveles de presión arterial generalmente caen por debajo del parámetro básico. Estos picos y rápidos cambios en los valores de la presión arterial puede aumentar la probabilidad de accidente cerebrovascular.
6. Freno contra la quema de grasa
Diversos nutricionistas coinciden: el consumo de alcohol es un enemigo latente en la pérdida de peso. La razón es simple, el cuerpo siempre quemará el alcohol primero; esto significa que beber una botella de vino inundará nuestro sistema con suficiente alcohol para detener eficazmente la quema de grasa durante bastante tiempo. De hecho se cuenta con interesantes referencias científicas que lo comprueban, tal es el caso de un estudio, publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, un grupo de hombres recibió dos bebidas alcohólicas, un total de 24 gramos de alcohol. Varias horas después, los investigadores analizaron su sangre y encontraron que la oxidación de lípidos de todo el cuerpo (cuánta grasa quemaban) había disminuido en un 73%. Para mayor contexto: 24 gramos de alcohol están por debajo de los 28 gramos que aportan dos vasos de vino, por lo que no es sorpresa imaginar cuán concentrado estará el cuerpo para quemar grasa después de beber 5 porciones de vino. Ahora ya lo sabes si quieres bajar de peso beber tanto vino, no te ayudará a cumplir con los objetivos deseados.
7. Mal descanso
Estamos muy acostumbrados a relacionar al consumo de vino, como una costumbre relajante que nos ayudará a tener una buena noche de sueño ¡Esto no quiere decir beber la botella entera! Se cuenta con referencias que lo avalan, según un grupo de investigadores finlandeses que forman parte de JMIR Mental Health estudiaron a más de 4.000 personas y encontraron que aquellos que bebían mucho reducían la calidad de su sueño en un 39,2%. Si bien el alcohol tiene un efecto sedante, no dura mucho. A medida que el cuerpo metaboliza el alcohol con el tiempo, se experimenta excitación y exaltación, lo cual causa muchos problemas para dormir y se asocia con un mayor riesgo de insomnio.
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