Administración Biden busca acelerar traslado de niños bajo custodia en la frontera

Hay reportes que indican que los menores permanecen más de 100 horas en centros provisionales

El centro de atención temporal en Donna, Texas.

El centro de atención temporal en Donna, Texas. Crédito: JAIME RODRIGUEZ SR | EFE

En previos reportes, el gobierno del presidente Joe Biden aseguró que tardaba en promedio unas 36 horas en trasladar a niños bajo custodia en la frontera a centros de asistencia del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), pero varios activistas indican que estaban tardando más de 100 horas.

Sin reconocer ese periodo de tardanza, también confirmado por The Washington Post, la autoridad la autoridad busca busca reducir el tiempo.

“Nuestro objetivo es mover a los niños a los centros del HHS tan pronto sea posible, según lo marca la ley”, indicó una oficial senior de la Casa Blanca.

Un menor detenido por la Patrulla Fronteriza no puede estar bajo custodia en esos centros por más de 72 horas, pero la actual Administración enfrenta desafíos para cumplir ese periodo. Una vez en los espacios de HHS, los familiares o patrocinadores de los menores pueden buscar su custodia.

La funcionaria agregó que el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, ha desplegado una fuerza de voluntarios y personal de FEMA para ayudar en el procesamiento para menores.

“Estamos ubicando las camas en múltiples espacios, tenemos registrados varios espacios y la ampliación de licencias para centros de atención”, aseguró en conferencia telefónica.

Destacó los espacios en Dallas, donde se atiende a adolescentes y a niños con necesidades médicas especiales, además de espacios en San Antonio y San Diego para otros menores.

Otra funcionaria aseguró que a los niños y adolescentes se les aplica la prueba de COVID-19 antes de enviarlos a espacios donde conviven con otros menores.

Las familias

La Administración Biden reconoce un manejo mixto de las familias, ya que la prioridad es deportarlas, igual que a adultos solo, pero si alguna unidad familiar no es recibida en México, entonces la ruta de atención cambia.

Las personas deberán ser procesadas por Inmigración y Control de Aduanas (ICE), donde quedan registradas en el sistema, además de aplicarles la prueba para detectar coronavirus.

“Cuando México no tiene capacidad para recibir a una familia… esas personas son enviadas a un centro de detención de ICE”, explicó una funcionaria. “Después de que se les aplica la prueba de COVID-19, si son positivos, se les pone en cuarentena o se les libera a un espacio donde pueden estar en cuarentena”.

Se enfatizó sobre el proceso legal que esas personas deberán seguir al reportarse con ICE, ya que no hay promesa sobre permanencia en el país.

“Todas las personas que son liberadas reciben documentos legales que los obliga a reportarse a la oficina de ICE para el proceso migratorio”, indicó la asesora.

Priorizan seguridad

Aunque defendieron el enfoque humanitario sobre el manejo de inmigrantes, principalmente menores y familias, los asesores indicaron que todas las personas son investigadas por oficiales migratorios.

“En todos los casos, la Patrulla Fronteriza realiza todos los procesos de investigación de identidad, datos biométricos”, remarcó una asesora.

No se especificó si habrá deportación de adolescentes cuyos casos no sean considerados para asilo.

También se reconoció que algunas de esas personas son parte de tráfico de personas, pero hubo detalles.

Tampoco hay cifras precisas del incremento de personas recibidas y expulsadas, aunque se aseguró que a final de mes habrá nuevos datos. El HHS reporta 9,800 menores no acompañados en refugios hasta el viernes, pero se esperaba a casi 5,000 más.

La crisis en la frontera se intensifica, al tiempo que el presidente Biden nombró a la vicepresidenta Kamala Harris como responsable para intentar detener la inmigración irregular de Centroamérica.

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