Enfermos por huelga de hambre “excluidos” insisten en exigir $3,500 millones
Tras 14 días sin bocado, manifestantes con su salud afectada y en sillas de ruedas, apoyados por políticos, imploran a la Legislatura y a Cuomo que aprueben acceso flexible a fondo de ayuda a indocumentados antes del 1 de abril
Faltan menos de 72 horas para que la Legislatura en Albany apruebe el presupuesto del Estado para el próximo año fiscal, y manifestantes que tienen ya 14 días en una estricta huelga de hambre no desfallecen en su exigencia para que se aprueben $3,500 millones para dar alivios económicos a trabajadores indocumentados de Nueva York.
Con su salud venida a menos, visiblemente enfermos y varios de ellos sin poder siquera caminar, porque el cuerpo ya no les responde, este lunes los huelguistas se reunieron en el parque Washington Square, a pocos pasos de la iglesia Judson Memorial Church, donde han estado por dos semanas para arreciar su clamor a los legisladores.
“Yo ya no puedo ni pensar bien, no tengo energías, no siento las piernas, pero sigo aquí en la lucha pidiéndole al gobernador Cuomo, a la Asamblea y al Senado del Estado que apruebe los fondos completos que pedimos para que podamos salir de la angustia en la que hemos estado por muchos meses, al no haber recibido un solo centavo de ayuda del gobierno”, dijo muy compungido, Felipe Idrobo, en silla de ruedas.
El ecuatoriano, quien perdió a su hermano, víctima del COVID-19 en abril pasado, y quien al no tener ingresos debió dejar su apartamento y mudarse a un cuarto solito, exigió al Gobernador que se conmueva de la situación de miles de familias que están con una mano adelante y la otra atrás, a los que han dejado excluídos de alivios y estímulos.
“Somos más de 270,000 trabajadores en Nueva York que le pusimos el pecho a la crisis, que nos llamaron escenciales, pero a la hora de las ayudas nos excluyeron y Albany está haciendo lo mismo”, dijo el inmigrante con muchlo dolor.
Ana Ramírez, también en silla de ruedas por los efectos que han hecho en ella ya 14 días sin comer nada y tomar solo agua y bebidas con electrolitos, se mostró muy enojada y en medio del llanto criticó a Cuomo y a la Legislatura por llevarlos hasta esos extremos para exigir algo a lo que aseguran tienen derecho.
“Nosotros aquí pagamos impuestos, ayudamos a la economía de este estado, trabajamos duro y no es justo que estemos así. Qué quiere Cuomo, me quiere ver peor para que se conmueva”, aseguró la madre de familia, quien está invadida por severos calambres.
Pero la queja de los huelguistas no tiene que ver solamente con la falta de un compromiso claro del EStado para crear el fondo de $3,500 millones que solicitan, sino que denunciaron que ante cualquier ayuda que se logre, Cuomo está empujando una serie de requisitos que harían muy difícil a miles de trabajadores excluídos poder acceder a cualquier alivio.
Tanto los huelguistas, como líderes políticos que han estado impulsando la aprobación de recursos en la Asamblea y el Senado estatal, denunciaron que el Gobernador Cuomo pretende que para que los trabajadores indocumentados pudieran tener la ayuda que se apruebe, deberán mostrar talones de pago, registros bancarios e incluso el número de pago de impuestos conocido como “ITIN”, requisitos que muchos trabajadores excluidos no tienen.
Bianca Guerrero, coordinadora de la coalición de fondos de los trabajadores excluídos de la organización Make the Road NY hizo un llamado urgente tanto a Cuomo como a los legisladores, para que eliminen de cualquier ayuda requisitos como esos que harían que cientos de trabajadores no puedan reclamar nada.
“Lo que pedimos primero es que se aprueben todos los $3,500 millones. Aquí hay suficiente dinero, pues sabemos que los multimillonarios ganaron más de $156,000 millones en la pandemia y al ponerles impuestos ese dinero se puede invertr en nuestra gente”, dijo la activista. “Y además exigimos que se pongan requisitos flexibles para que los trabajadores puedan aplicar para las ayudas. No podemos permitir que Cuomo incluya requisitos de última hora que limite el acceso de los trabajadores a los fondos. Muchos de ellos ganan dinero diario y no tienen comprobantes”.
La senadora estatal Jessica Ramos, una de las principales impulsoras de las leyes de ayuda a los trabajadores indocumentados y los impuestos a los multimillonarios, insistió en que no se puede permitir que se siga excluyendo a los trabajadores que ya han sido excluídos y pidió arreciar la presión.
“Estamos en las horas finales de esta lucha y lo que estamos exigiendo no solamente es lo que nos merecemos sino lo que nos hemos ganado y no podemos permitir que se excluya a trabajadores de nuestros programas. Ya han sido excluidos y esto tiene que parar”, dijo la senadora por Queens, cuyos padres fueron indocumentados. “Ya tenemos $7,000 millones que la Legislatura ha dicho que necesitamos cobrarle a los más pudientes, pero eso no es suficiente. Aquí tenemos que comer todos”.
La asambleísta Carmen de la Rosa pidió a los legisladores y a la Adminstración Cuomo que entienda que la necesidad de los trabajadores indocumentados es un asunto de emergencia.
“Cuomo valora a los ricos, pero no valora a los pobres. Ve que nuestras comunidades están sufriendo y tiene que hacer algo, porque estamos viviendo una emergencia, y emergencia significa ayudar aquí mismo y ahora mismo”, agregó De la Rosa.
Marcela Mitaynes, legisladora por Brooklyn, quen se sumó a la huelga d ehambre hace 4 días, aseguró que en medio del trauma que ya han vivido las comunidades inmigrantes, desproporcionadamente afectadas por la crisis del COVID-19 en cuanto a muertes y pérdida de empleos,impulsar requisitos que dificulten el acceso ayudas sería inhumano.
“Este no es el momento de poner más obstáculos. Estos fondos significan la dferencia enytre poder ir a una tienda y comprar comida, o no comer, entre poder pagar una renta o ser desalojados. Lo que pedimos es un trato igualitario”, dijo la asambleísta de origen peruano.
La asambleísta Amanda Séptimo se sumó al clamor para que se apruebe el fondo de $3,5000 millones con acceso flexible, retroactivo y proactivo, y criticó que estando el control de los gobiernos en manos de los demócratas, todavía se siga ignorando las necesidades de comunidades vulnerables de inmigrantes.
“Pasamos cuatro años criticando a Trump. Ahora no hay excusas. Los demócratas tiene la responsabilidad deentregar a las comunidades lo que necesitan”, dijo la joven política. “¿Por qué estar rogando por ayuda? ¿Por qué llegar a esto?. Después de pasar el año más difícil que hemos tenido tenemos ya mismo que ayudar a nuestros trabajadores excluídos y entender que Nueva York no se puede reconstruir sin ellos”.
En un momento de la protesta, los manifestantes llamaron todos juntos a la oficina de Cuomo a exigirle respeto y la aprobación de los fondos.
La colombiana Rubiela Correa, con el rostro demacrado advirtió: “Si algo nos llega a pasar a nosotros, si nos enfermamos más o incluso si nos morimos, es culpa de Cuomo y de los líderes de la Asamblea y el Senado. Están siendo muy inhumanos y nos están tratando peor que si fuéramos animales“.
Al cierre de esta edición ni la oficina del presidente de la Asamblea, Carl Heastie, ni de la presidenta del Senado, Andrea Stewart-Cousins ni la Administración Cuomo respondieron a los clamores de los manifestantes.