Si ves que alguien come fuera de control, puede tener un trastorno de atracones de comida
Los atracones de comida, forman parte de los trastornos alimenticios más comunes sobre todo en la población adolescente. Se caracterizan por comer cantidades inusualmente grandes de comida en un tiempo determinado, lo cual suele deteriorar significativamente la salud física, mental y el peso corporal
Lo hemos escuchado hasta el cansancio: la salud mental y emocional, se relaciona directamente con nuestros hábitos alimenticios y estilo de vida. Es bien sabido que “comernos nuestras emociones” deteriora nuestra salud en todo nivel y es una costumbre que puede conducir a una larga lista de trastornos alimenticios. Si bien existen diversas condiciones que anuncian una mala relación con la comida, los atracones son una de las conductas más recurrentes en la actualidad. Lo primero que es importante aclarar sobre todo para quienes no saben de qué se trata, es que es padecimiento mucho más complejo que comer en exceso. Sin el debido tratamiento profesional, puede amenazar la vida.
Las personas que padecen el trastorno de atracones de comida constantemente sufren de episodios en los que ingieren la mayor cantidad de comida posible, en un tiempo determinado; es decir lo más rápido posible. Según información liberada por la Clínica Mayo, se estima que la mayoría de las personas que padecen este trastorno tienen cierto grado de sobrepeso u obesidad, sin embargo también suele presentarse en personas con peso normal. Lo cierto es que se presenta con claros signos y síntomas conductuales y emocionales, que anuncian un problema de salud importante ¡Toma nota!
– Las personas que sufren de constantes atracones de comida, tienden a comer muy rápidamente y no suelen tomarse el tiempo para disfrutar la comida. Es normal que siempre coman más de lo habitual.
– Constantemente sufren de ansiedad por comer y saben que su conducta alimenticia está fuera de control. Lo que los conduce a sentimientos recurrentes de inmensa culpa, los cuales pueden terminar en otros trastornos como las purgas e inclusive la bulimia. Sin embargo lo más usual es que las personas no con trastorno por atracones, no suelen vomitar o consumir excesivos laxantes, tampoco recurren a realizar excesiva actividad física para compensar las calorías adicionales.
– Para diagnosticar el trastorno de atracones de comida, los especialistas establecen que los episodios deberán de suceder una vez por semana por más de tres meses.
Si bien se trata de una enfermedad de salud mental que interfiere drásticamente con el bienestar físico y emocional. Se ha comprobado que algunos factores pueden aumentar el riesgo, como sucede con el historial familiar, el cual influye bastante sobre todo en pacientes jóvenes que han sido cercanos a alguna persona con de la familia con la misma problemática. Además la relación familiar con la comida y hábitos que nos inculcan desde pequeños tiene mucho que ver. También es normal que las personas con un largo y fallido historial en el mundo de las dietas, puedan caer en este tipo de comportamientos y frustraciones por no lograr bajar de peso. Sin embargo los expertos consideran que la razón principal es la falta de autoestima, posible depresión, tener una mala imagen de uno mismo por años y los altos niveles de estrés.
En su fase inicial es un trastorno difícil de detectar en algún amigo o ser querido, de hecho algunos comedores impulsivos son especialistas en ocultar bien su trastorno. Sin embargo eventualmente alguien muy cercano termina por darse cuenta, sobre todo por algunas conductas que los delatan: suelen sentirse incómodos comiendo frente a otras personas, es probable que la comida desaparezca mucho más rápidamente, has encontrado comida en lugares extraños de la casa, también es muy usual que sean personas que siempre están a dieta y se mantienen informadas sobre las tendencias más actuales para bajar de peso. Por otra parte suelen tener autoestima baja, mirarse constantemente al espejo y obsesionarse con ciertos defectos corporales. Es común que sin motivo aparente sufran de fluctuaciones en el peso corporal, que puede subir y bajar con regularidad, también suelen presentarse algunos síntomas físicos como: estreñimiento, reflujo, calambres, dificultad para concentrarse, menor rendimiento físico, trastornos del sueño y salud emocional.
Es importante aprender a detectar las señales y contar con las herramientas necesarias para ayudar a quienes padezcan esta enfermedad que sin lugar a dudas no debe tomarse a la ligera; si bien es más normal que se presente en adolescentes, puede darse en cualquier etapa de la vida. Es importante mencionar que a mediano y largo plazo es una enfermedad que suele derivarse en obesidad, puede provocar diabetes, enfermedades cardíacas, hipertensión y otras consecuencias relacionadas con el aumento de peso y la salud mental. Recuerda: es indispensable contar con un diagnóstico y el adecuado apoyo de profesionales en medicina, nutrición y salud mental.
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