Alzheimer: los ácidos grasos omega-3 pueden ayudar en la prevención

La ciencia ha demostrado que las personas con Alzheimer presentan una disminución en un tipo de omega-3 llamado DHA, en las áreas del cerebro asociadas con la cognición y la memoria. Aumentar el consumo de alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 y suplementos, puede ser beneficioso para restablecer la función cognitiva y del cerebro

omega 3

Grasas saludables que podremos mantener en nuestra dieta para controlar los niveles de colesterol Crédito: Shutterstock

El Alzheimer es probablemente una de las enfermedades que más ha atormentado a científicos e investigadores en todo el mundo, sin lugar a dudas es una condición que se considera un enigma científico y no es ningún secreto decir que todos quieren encontrar una cura. Se cuenta con datos actualizados en los que se avala que cerca de 5,7 millones de estadounidenses viven actualmente con Alzheimer, es considerada la forma más común de demencia. Es bien sabido que la calidad de la alimentación juega un papel determinante, en los últimos meses ha llamado la atención de los expertos las bondades del consumo de ácidos grasos omega-3.

Esencialmente, el Alzheimer interrumpe la comunicación entre las decenas de miles de millones de neuronas del cerebro, las señales eléctricas y químicas que envía a otras partes del cuerpo. Al ser una de las enfermedades progresivas más agresivas, primero avanza destruyendo las neuronas asociadas con la memoria y luego se mueve hacia la corteza cerebral, que es responsable del lenguaje, el razonamiento y el comportamiento social. Posteriormente interrumpe las funciones de la vida, lo que lleva a la muerte.

Si bien los científicos aún no han culminado una cura, han comprobado que existen algunos alimentos que desempeñan un papel importante en la prevención del Alzheimer. Es por ello que en los últimos años han salido a la luz numerosas recomendaciones dietéticas y una de las más relevantes se asocia con los beneficios que aporta el consumo de Omega-3. De hecho se cuenta con resultados de numerosas investigaciones de laboratorio y estudios de población, en los que se respaldan el potencial preventivo de los ácidos grasos omega-3.

Tal es el caso de un reciente artículo publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease, en el cual los investigadores encontraron que en los pacientes con niveles altos de omega-3, se aumenta el flujo sanguíneo en áreas específicas del cerebro y con ello mejora su funcionamiento. Además, los ácidos grasos omega-3 han mostrado acciones anti-amiloides, anti-tau y antiinflamatorias en el cerebro. Al respecto se han pronunciado algunos expertos, tal es el caso de las declaraciones de George Perry; decano y profesor de Biología de la Universidad de Texas en San Antonio y Editor en Jefe del Journal of Alzheimer’s Disease. Quien declaró: “Este estudio es un avance importante en la demostración del valor de la intervención nutricional para la salud del cerebro.”

El artículo fue publicado en la revista EBioMedicine. Los investigadores reclutaron a 33 participantes que tenían factores de riesgo para la enfermedad de Alzheimer pero que no tenían deterioro cognitivo. Dato importante: todos los participantes tenían antecedentes familiares de la enfermedad, un estilo de vida sedentario y una dieta baja en pescado graso. Del grupo de participantes 15 de ellos portaban una variante genética llamada APOE4, que está relacionada con la inflamación en el cerebro y aumenta el riesgo de Alzheimer en un factor de cuatro o más; los otros 18 sujeto no eran portadores.

¿En qué consistió el estudio? Al azar, los participantes fueron asignados a un grupo de tratamiento o grupo de control. Se pidió a los miembros del grupo de tratamiento que tomaran diariamente durante seis meses suplementos que contengan más de 2 gramos de un omega-3 llamado ácido docosahexaenoico (DHA). Los miembros del grupo de control tomaron placebos todos los días durante el mismo período. A los participantes de ambos grupos también se les pidió que tomaran diariamente vitaminas del complejo B, que ayudan al cuerpo a procesar los omega-3.

Los investigadores que encabezaron el estudio recolectaron muestras de plasma sanguíneo y líquido cefalorraquídeo, un indicador para saber si los omega-3 llegaban al cerebro, de los participantes al principio y nuevamente al final del período de estudio. Los científicos analizaron los niveles de dos ácidos grasos omega-3: DHA y ácido eicosapentaenoico (EPA), un potente antiinflamatorio que el cuerpo obtiene de una pequeña porción de su ingesta de DHA.

Los investigadores encontraron que al final de los seis meses, los participantes que tomaron suplementos de omega-3 tenían un 200% más de DHA en la sangre en comparación con los que tomaron placebos. Este dato es relevante teniendo en cuenta que en los pacientes de Alzheimer se ha observado una disminución en los niveles de DHA, en las áreas del cerebro asociadas con la cognición y la memoria: el hipocampo y la corteza frontal. Por lo tanto aumentar el consumo de alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, sobre todo aquellos que contienen DHA (como sucede con los aceites de pescado) se asocia con grandes beneficios para restablecer la función cognoscitiva y del cerebro.

Como dato al margen vale la pena mencionar que el omega-3 es un grupo de los ácidos grasos poliinsaturados que son importantes para gozar de una salud óptima. De tal modo que existen 3 ácidos grasos primarios omega-3: el ácido docosahexaenoic (DHA) y el ácido eicosapentaenoic (EPA) que se encuentran habitualmente en aceites de pescado y mariscos, así como el ácido α-linoleico (ALA) que se encuentra en algunos aceites vegetales.

Teniendo en cuenta que los seres humanos no podemos producir los ácidos grasos omega-3 naturalmente, es evidente que es necesario consumirlos a través de la dieta. Y para el cerebro en DHA, es el ácido graso más importante y más abundante; es necesario para la salud mental, la transmisión sináptica y la integridad de la membrana.

Lo cierto es que se cuenta con otros estudios de relevancia en los que se ha demostrado: la suplementación omega-3 puede reducir los niveles totales del beta-amiloide en el cerebro. Sin embargo es importante mencionar que la mayoría de las referencias científicas son basadas en estudios a largo plazo. Por lo tanto: seguir una dieta con alimentos ricos en omega-3 y apostar por el consumo de suplementos, sí es una buena medida contra el desarrollo de Alzheimer y otro tipo de demencias. Sobre todo como prevención, es decir antes de la progresión avanzada de la enfermedad.

Además no podemos olvidar que se trata de un nutriente básico para gozar de una buena salud cardiovascular, es un gran aliado para combatir la depresión y ansiedad. Mejoran el rendimiento físico y mental. Apuesta por seguir un estilo de alimentación inspirado en la dieta mediterránea, integrando el consumo de pescados azules y otros mariscos, aceite de oliva y vegetales, frutos secos y semillas. 

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