La indeleble huella de la cultura mexicana impactada por la migración

Expertos explican que la pobreza en esa comunidad en Nueva York no obedece a la falta de trabajo, sino a la necesidad de un salario digno

Muralismo mexicano en la Gran Manzana.

Muralismo mexicano en la Gran Manzana. Crédito: Javier Gochis | Cortesía

Considerada por los especialistas como la población de más rápido crecimiento entre las minorías étnicas, la comunidad mexicana afincada en la Gran Manzana juega un papel trascendental para la economía local, ya que representa la base de la fuerza laboral que da servicio a una ciudad que nunca duerme.

Aferrados a sus raíces mestizas y a su cultura ancestral, los mexicanos le han puesto de manera paulatina, aroma, sazón y color, a una ciudad hosca, obcecada por su vertiginosa rutina diaria y, que sin darse cuenta se ha visto envuelta en un tórrido festín de policromías, que a ratos confunde a Shakespeare con Cervantes.

Con el mito del sueño americano taladrado en la cabeza, los que arriban de Puebla, Guerrero, Oaxaca, la Ciudad de México, o de alguna otra entidad, no han dejado morir su ánima y su estilo; en su melancolía siguen fieles a una Suave Patria que, a diferencia de Nueva York, se regaló toda entera.

La palabra más fútil

Entre los desafíos que enfrenta la comunidad mexicana en la ciudad de Nueva York, destaca la pobreza; el ritmo de las horas no es suficiente para un salario digno. “Tu barro suena a plata, y en tu puño su sonora miseria es alcancía”, escribió el poeta Ramón López Velarde (1888-1921) en su poema La Suave Patria (1921).

El Doctor Héctor Cordero-Guzmán, académico del Marxe School of Public and International Affairs Baruch College of the City University of New York (CUNY) explicó en entrevista que la comunidad hispana es la que tiene más bajos ingresos de todos los grupos étnicos que pueblan la ciudad de Nueva York y dentro de esa comunidad hay ciertas diferencias económicas. “En el caso de la comunidad mexicana existe un alto nivel de pobreza, aunque hay un alto nivel de participación laboral, porque los salarios en los empleos que domina la comunidad son muy bajos”.

El investigador también puntualizó que una solución es la puesta en marcha de un programa de políticas públicas para aumentar el salario de los trabajos, ya que impactaría de manera directa a los trabajadores que perciben el salario mínimo, que son muchos.

Recientemente hubo una actividad donde la comunidad mexicana de NY recordó a víctimas de pandemia. /Getty Images

Que sea para bien

En otro renglón se encuentra la educación, que va de la mano con la cultura; esta última obcecada por la migración y su contexto, que en mucho ha sido subestimada por la comunidad norteamericana e incluso la misma comunidad hispana. “Diré con épica sordina: la Patria es impecable y diamantina”, López Velarde.

Más allá de las piñatas, los taquitos y el tequila que pululan en la ciudad de Nueva York, se encuentra inmersa en la urbe de hierro, una cultura que ha dejado su huella indeleble. Fuera de las guías de turistas, el Orozco Room, localizado en The New School, en Manhattan, es un claro ejemplo de ello.

El muralismo mexicano que impactó al mundo en los años 30 está plasmado en las paredes de la Gran Manzana. Asimismo, en otro lugar no muy lejos de The New School, en East Village, una placa recuerda a la ocupante del 208 de la E 13th Street: Margarita Maza de Juárez, enviada por Benito Juárez a Nueva York durante la intervención francesa en México. La batalla del cinco de mayo fue en defensa de la patria.

Al hablar de la educación el doctor Cordero-Guzmán manifestó que sí es un reto y falta mucho por hacer, “pero existe la intencionalidad de resolver el problema”.

Explicó que la oportunidades de educación son diferentes para los migrantes recién llegados “que son jóvenes que entran directamente al mercado de trabajo y tienen los rezagos académicos más pronunciados; están los jóvenes que han migrado con sus padres y son los que tienen un poquito más de oportunidades de acceso a la educación y los que nacieron aquí de padres inmigrantes, esos tienen las mayores oportunidades”.

Asimismo concluyó en que el número de estudiantes hispanos en el sistema educativo de CUNY va en aumento. “Para el 2019 un 27 por ciento de los estudiantes subgraduados de los principales colegios de CUNY y 32 por ciento de los que estudian en los community colleges así como un 20 por ciento de los que están en la maestría eran hispanos. Estamos viendo la mejor representación, pero hace falta mucho por hacer”.

-Este artículo ha sido elaborado como parte de la Beca de Informes Electorales (Elections Reporting Fellowship) del Center for Community Media.

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