Exigen a la Administración De Blasio poner fin “al infierno” que reina en cárcel de Rikers Island

El Concejo Municipal, familiares de presos muertos y hasta autoridades carcerlarias coincidieron en que ese penal afronta una grave crisis y que las acciones han sido insuficientes para manejar el caos que allí pulula

Piden cerrar cárcel de Rikers Island y acabar con crisis humanitaria en ese penal

Piden cerrar cárcel de Rikers Island y acabar con crisis humanitaria en ese penal Crédito: Edwin Martínez | Impremedia

Un día después de que el alcalde Bill de Blasio anunciara el llamado “Plan de alivio de Rikers Island“, con el que pretende hacer frente a la escalada de violencia que reina en el penal, donde han muerto 11 presos en los últimos meses, 5 de ellos con reporte de suicidio, este miércoles diferentes sectores hicieron un llamado urgente a que se ponga fin al “infierno” que reina en ese penal.

Activistas, defensores de los reclusos, familiares de internos muertos y políticos, se unieron para fustigar a la Administración De Blasio por no tomar medidas efectivas que garanticen la seguridad y la dignidad de los 6,000 presos y 8,400 guardias que hay en el penal más grande de la Gran Manzana.

Afuera de la Alcaldía se realizó inicialmente una protesta, en la que el clamor fue “cerrar Rikers inmediatamente“, y no en el 2027, como está planeado, y en donde los manifestantes acusaron al alcalde De Blasio por haber permitido que la violencia se haya disparado de la peor manera en esa cárcel, durante el último año.

“La violencia se ha exacerbado. Ahora está mucho más alta que antes, vemos mayores violaciones a los derechos humanos de los presos, y estamos aquí para exigir que la Ciudad termine con narrativas en las que solo busca más dinero para poner más oficiales de correccionales, cuando todos sabemos que esa no es la solución a esta crisis”, aseguró Luis Bolaños, organizador de derechos civiles de la organización Vocal NY. “Nuestras comunidades no necesitan más cárceles. No necesitamos alimentar más esa bestia con prisiones sino necesitamos invertir y poner ese dinero en programas de salud mental, educación, trabajo, vivienda y alimentación”.

Marco Barrios, quien estuvo preso 24 años, tiempo en el que permaneción en dos ocasiones en Rikers Island, exigió a las acutoridades municipales que hagan lo correcto y no solo actúen ya para frenar los “horrores” que están pasando cada día en esa cárcel, sino que pidió que creen un plan efectivo para resocializar a los reclusos.

Ni Rikers ni ninguna de las cárceles de esta ciudad rehabilita a nadie. Esa es una gran mentira. Yo pude rehabilitarme cuando salí, por mi propia cuenta, pero estando alla lo único que viví fue un infierno. Por eso hay que cerrar esa cárcel para cortar ese tema de raíz”, dijo el exrecluso, quien ahora trabaja como defensor de justicia criminal de Mental health Project.

El colombiano advirtió que lo peor de Rikers Island es que pone a muchas personas en ese “terrible lugar” que ni siquiera tienen condenas o están siendo señalados por delitos menores.

“La gran mayoría allá, ni siquera ha estado ante un juez, no han ido a juicio y están muriéndose, sin que nadie haga nada por evitarlo. Ese infierno no es rehabilitación. Allí estos jóvenes están inmersos en el abuso”, agregó Barrios. “Por eso hay que hacer más programas, no más cárceles. Hay gente que ha cometido delitos pero no para estar encerrados en un sistema que además es supremamente racista, pues la mayoría de los presos son negros y latinos”.

Brandon Holmes, de Freedom Agenda, pidió a la Ciudad que libere a los presos de Rikers ante la incapacidad demostrada para protegerlos y tratarlos con dignidad.

Esta ciudad es incapaz de proteger a las personas bajo su custodia. Entonces nadie debería estar bajo su custodia”, aseguró Holmes, quien propuso incluso usar hoteles como espacios de custodia. “Sacar a las personas de las cárceles y llevarlas a hoteles vacíos, donde puedan luchar por su caso y mantenerse en contacto con sus comunidades, sería una opción”.

Marco Barrios, exrecluso de Rikers Island

La protesta fue solo el preámbulo de una intensa y larga audiencia promovida por el Concejo Municipal, que citó a las autoridades carcelarias y representantes de la Administración De Blasio para exigirles que pongan freno a la crisis humanitaria que campea en Rikers y cuestionarlos por la manera ineficaz en que han manejado ese penal.

Keith Powers, presidente del Comité de Justicia Penal del Concejo Municipal, criticó el abordaje que el Departamento de Correccionales está haciendo con Rikers, y dijo que ante las evidencias que líderes políticos observaron con sus propios ojos esta semana en medio de una visita a ese penal, no s epuede tapar el sol con un dedo y hay que admitir que esa cárcel está en crisis.

“Ya sea que alguien esté detenido, ya sea que esté trabajando allí, sea médico, esté de uniforme, esta crisis afecta a todos, y todo el mundo debería estar preocupado por esto”, aseguró el concejal Powers.

El concejal Daneek Miller, presidente del Comité de Servicios ciciles y Trabajo, también fustigó a las autoridades carcelarias y mencionó que para hacer de los penales de Nueva York sitios de rehabilitación y lugares “más humanos y productivos” urge acciones inmediatas que no pueden esperar.

“Lo que ocurre en Rikers es inaceptabe y debe abordarse ya. Se requiere una solución que requiere inversión, y cooperación importante y que s etrabaje en estándares de seguridad. Hay que reconocer que el sistema está roto y hay que arreglarlo”, dijo el líder político de Queens.

El Defensor del Pueblo, Jumaane Williams, uno de los oficiales electos que recorrió Rikers esta semana, no solo se refirió al “horror” que evidenció en ese penal, donde hay presos echados a su suerte, sin ningún respeto a su dignidad humana, sino que criticó fuertemente al alcalde De Blasio por darle la espalda a esa problemática, pues ni siquiera ha ido a visitar el penal.

“Honestamente, no hay palabras para describir las condiciones inhumanas, el trauma y el dolor que vi. Simplemente me sorprende que una ciudad que se enorgullece de cómo intenta hacer todo lo posible por los neoyorquinos, pueda literalmente dejar a las personas detenidas, junto con el personal vulnerable, para que se las arreglen por sí mismas en las situaciones más violentas”, dijo Williams.

“No nos sentimos seguros. Nadie se siente seguro y, según lo que vi, puedo entender por qué. Tenemos personas detenidas por infracciones pequeñas. Las personas son detenidas por una pelea a puñetazos o por violaciones de la libertad condicional técnica, y obligadas a sentarse frente a la basura, comida podrida, heces fecales, orina; usar bolsas compartidas como inodoros; con acceso limitado al agua, la ducha o las comidas”, agregó el Defensor del Pueblo, narrando los detalles de su escabroso relato.

“A las personas con brazos rotos o fracturados se les niega atención médica, a las personas que viven con el VIH se les niega literalmente su medicación durante al menos siete días. Vi gente tendida en el cemento. Escuchamos historias de personas que pasan horas sin comer, a menos que lo pidan. No estamos tratando a personas con problemas de salud mental. Vimos a dos hombres desnudos en una ducha que parecían necesitar ayuda. En cambio, simplemente estaban parados allí, solos, virtualmente mirando al vacío. Hay gente que se aloja en las duchas. Uno estuvo allí durante unos días y no sabíamos si era orina o agua que goteaba de él”.

Williams insistió en pedir a la Administración De Blasio que aborde con acciones reales la situación de Rikers y lamentó que la Ciudad halla fracasado en su intento, en el que hay guardianes que están teniendo turnos de labor inaceptables de hasta 24 horas seguidas.

“Le fallamos a los Oficiales de Corrección que soportan turnos triples y otras condiciones que solo han erosionado la moral. Algunos oficiales, principalmente mujeres, se quejan de haber sido acosadas, abusadas y agredidas sexualmente. Seamos claros, esta es una crisis de derechos humanos. Nadie debe ser tratado de esta manera”, dijo el funcionario electo. “Esta ciudad le ha fallado a todas las personas detenidas y que trabajan en Rikers Island… A esta administración se le advirtió durante meses y años que esto pasaría. Esta administración ha sabido durante meses de los problemas que experimentaron los oficiales de corrección y pareció esperar hasta que llegáramos aquí. Esta administración es responsable del deterioro de los estándares que he descrito”.

Williams exigió a De Blasio que vaya a comprobar “los horrores que se han convertido en la norma en Rikers Island, llamado que el mandatario aseguró cumplirá pronto.

Y tras los severos cuestionamientos, el comisionado de Correccionales, Vincent Schiraldi admitió que las cosas no están bien en Rikers, pero aseguró que parte del plan para mejorar la seguridad es precisamente hacer que más guardianes, a quienes describió como sus “héroes”, vayan a trabajar como corresponde.

“No voy a estar satisfecho hasta que la violencia baje y Rikers sea un mejor lugar, No estamos allí todavía, pero lo vamos a hacer”, dijo el comisionado. “Admito que todo lo que está ocurriendo es inaceptable (…) pero sigo optimista de que podemos arreglar las cosas, a pesar de los retos tenemos”.

Schiraldi, sin querer disculparse, advirtió que otro elemento clave para que mejore el panorama en Rikers es la reducción de la población carcelaria, por lo que pidió a los tribunales y autoridades judiciales que asuman su responsabilidad en ello también, no teniendo por ejemplo a presos allí por más de un año que no han visto a un juez.
“Tengo la firme convicción de que no seremos capaces de resolver este problema con disciplina. En su lugar, necesitamos crear confianza en la misión del departamento de cambiar vidas”, agregó el funcionario.

Dean Fuliehan, Primer diputado asesor de la Administración De Blasio, también admitió que las condiciones reveladoas sobre Rikers no pueden aplaudirse, pero se mostró confiado en que bajo la batuta de las acciones anunciadas por el Alcalde para hacer frente a la crisis, habrá un mejor panorama.

“Las condiciones que hemos escuchado son inaceptables y vamos a revisarlas. Sabemos que tenemos muchos retos y la pandemia ha creado otros. Hemos trabajado en progresos y estar enfocados, y sé que con el plan de acción de emergencia podemos hacerlo”, dijo el funcionario. “La Ciudad está trabajando unida con sus partes. No podemos cambiar la situación inmediatamente, pero el plan de ayuda inmediata será muy útil”.

Mary Lynne Werlwas, directora del Proyecto de derechos de los presos, de Legal Aid Society, aseguró que este momento marca el momento más peligroso en las cárceles de la ciudad, incluso por encima de septiembre de 1970, cuando “condiciones deplorables provocaron levantamientos”, y urgió a que se tomen medidas inmediatas.

“Los líderes de la ciudad en todos los niveles deben ser valientes, en una acción coordinada sin precedentes en este momento para poner fin a esta catástrofe de derechos humanos. Una gama de voces extraordinariamente diversa: funcionarios electos, médicos, guardianes, profesionales, personas encarceladas que suplican ayuda, están haciendo sonar la misma alarma: Nueva York La ciudad, no puede operar este sistema carcelario de manera segura”, dijo la defensora, advirtiendo que otro problema serio ha sido la falta de atención médica. “La preocupación más común que hemos escuchado de nuestros clientes encarcelados en los últimos meses ha sido la imposibilidad de obtener atención médica porque el personal no está disponible o no está dispuesto a transportar a las personas a la clínica. Las personas han informado cancelaciones crónicas de citas, tanto para médicos encarcelados como para especialistas externos, simplemente por falta de acompañantes”.

Werlwas agregó: “Otros relatan el trauma de observar a otros compañeros encarcelados sufrir graves problemas médicos. Emergencias, incluidos actos de suicidio o sobredosis de drogas, con respuesta tardía o sin respuesta de personal médico o correccional. Las condiciones en las áreas de entrada: espacios comunes a través de los cuales todas las personas encarceladas ingresan o salen de una instalación, son particularmente inhumanos. Las celdas de admisión no están diseñadas para ser habitables”.

  • Rikers Island en cifras
  • 6,000 presos hay actualmente en promedio en ese penal
  • 11,000 er la cifra de reclusos en el 2014
  • 46% ha sido la reducción de la población carcelaria allí en los últimos años
  • 9,000 oficiales de correccionales había en Rikers en el 2014
  • 8,400 guardianes hay actualmenteu, pero ante la falta de presentarse a trabajar de muchos, gran parte del personal debe doblar turnos y hasta triplicarlos
  • 7% ha sido la reducción de personal penitenciario desde 2014
  • 11 presos han muerto en Rikers en el último año
  • 5 de los reclusos muertos han sido reportados como actos suicidas
  • Plan de emergencia de Rikers anunciado por De Blasio
  • Busca ajustar la dotación de personal en los tribunales, con cambios en el NYPD para ayudar, permitiendo que parte del personal del Departamento de Correcciales vuelva a trabajar en Rikers
  • Aumentar acciones disciplinarias para los empleados de las cárceles que sin permiso de ausencia no s epresenten a trabajar, por lo que serán suspendidos por 30 días
  • Ampliación de la capacidad de evaluación médica para el personal con proveedores médicos adicionales
  • Contratación de 200 nuevos guardianes
  • Celebración de contratos de emergencia para reparar rápidamente locaciones y aditamentos como puertas dañadas, limpiar las instalaciones de manera más eficiente
  • Apertura de dos espacios clínicos actualmente cerrados para permitir una mayor capacidad

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