No estamos listos para otra pandemia

Con la mutación delta hay temor de que se convierta en el virus dominante

Centro vacunacion coronavirus Kentucky

Un centro de vacunación contra el coronavirus en Fort Knox, Kentucky.  Crédito: Jon Cherry | Getty Images

Aunque suena increíble, no es mala la idea de prepararnos para una futura pandemia. Eso es lo que sugirió Joe Biden en su primer discurso como presidente de los Estados Unidos ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Manhattan.

La misma Asamblea, el año pasado había pedido comenzar a evaluar el riesgo, porque con este mundo tan interconectado nunca se sabe dónde saltará otro virus que nos vuelva a encerrar como lo hizo el Covid-19.

Incluso la ONU estableció el 27 de diciembre como Día Internacional de Preparación ante Epidemias para estar listos con los recursos y acciones que permitan vencer al mortal enemigo más rápido, con menos costos y salvando mayor número de vidas.

También permitiría estar preparados con material y equipo médico para proteger al personal de la salud, sin correr riesgos, por estar más protegidos contra la infección.

El multimillonario Bill Gates también se ha ganado varias críticas por pedir a los gobiernos y al mundo científico estar preparados para enfrentar el riesgo de esta amenaza mundial.

Con la facilidad con la que el coronavirus se apoderó de la economía global, causando pánico por la mortandad, en países pobres o desarrollados, es el momento de empezar a calcular la aparición de otro virus si se confirman los temores por el incremento de las mutaciones y contagios con las variantes colombiana o “mu” y la delta que se detectó en el Reino Unido, pero que hoy son amenazas que vigilan los Centros para Control y Prevención de Enfermedades por su rápida propagación en los 50 estados de la Unión.

El asunto no es sólo tener o aplicar más vacunas, o crear un Consejo mundial de la salud que vigile los riesgos por nuevas pandemias. El tema es de salud pública y responsabilidad personal de todos.

Por ejemplo, ser responsable en la decisión de aplicarse las dosis que se necesitan para evitar más contagios o transmitir la enfermedad a quienes están sanos y no saben que pueden infectarse sólo con respirar.

También está en la manera como adoptamos los procedimientos de higiene con los alimentos o las medicinas y el aseo en general de sitios privados o públicos.

Con la mutación delta hay temor de que se convierta en el virus dominante y en menos de lo que nos imaginemos estemos lidiando con otra pandemia, sin tener cómo luchar en medio de una economía tambaleante e incrementando el gasto para salvar a los inquilinos y desempleados sin saber hasta cuándo se extenderá el problema. Por eso es mejor estar preparados.

(Sofía Villa preparó esta columna a título personal. Trabaja como Producer Writer en Univision NY y sus opiniones no representan a Univision Communications Inc.)

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