Salvadoreño habría muerto por Covid, pero al abrir el féretro, su familia descubrió signos de tortura
Fue en mayo de 2020 cuando la familia del salvadoreño Luis Iván Mejía recibieron la noticia de que había muerto por complicaciones de Covid; esto les causó extrañeza y al momento de su entierro decidieron abrir el ataúd, descubriendo que el cuerpo tenía una serie de moretones, además de estar esposado
Desde el pasado 6 de mayo de 2020, la familia Mejía Beltrán ha venido viviendo un verdadero viacrucis para poder saber la verdad entorno al fallecimiento de de uno de sus integrantes, un joven de nombre Luis Iván, quien oficialmente murió por complicaciones derivadas del coronavirus aunque algunas pruebas dicen que fue víctima de tortura y maltrato.
Fue ese fatídico día cuando sus padres y hermanos recibieron la llamada de un hospital en La Paz, El Salvador, en donde se encontraba internado desde hacía varios días, con la cual les notificaron que Luis había muerto a causa de una hemorragia en el tuvo digestivo a consecuencia del Covid-19, que según contrajo semanas atrás.
Una de sus hermanas de nombre Lucía del Carmen Mejía fue quien se encargó de realizar el trámite para recuperar el cuerpo de este hombre. Sin embargo, al iniciar el trámite con los forenses del hospital, estos les indicaron que no podían abrir el ataúd o hacerle algún tipo de ceremonia fúnebre y que lo recomendable era enterrarlo lo más pronto posible porque había muerto a causa del Covid-19 y esto podría provocar un contagio.
“No quisimos exponernos al contagio del virus, así que siguiendo las instrucciones procedimos a enterrarlo rápido”, narró Lucía en entrevista para Univision.
Algunos familiares de Luis Iván comenzaron a tener sospechas sobre la causa de su muerte, sobre todo porque algunos tuvieron contacto con él una semana antes y lo vieron en excelente estado.
“Yo llegué al cementerio muy consternado por la noticia. Su familia me dijo que no se podía ver por indicaciones de algunos trabajadores del hospital, pero uno de los presentes me dijo que había algo raro con su cuerpo, así que insistí para que me dejaran verlo”, comentó en la misma entrevista Ronald Alirio Reyes, uno de sus amigos más cercanos.
“Al abrir el ataúd encontramos una imagen que no esperábamos. Luis estaba con golpes en su cara y de sus ojos salía sangre, al igual que de sus oídos. Además tenía su dentadura salida, como si hubieran intentado sacársela. También estaba esposado de manos”, señaló Reyes, asegurando que el cadáver tenía otras señas de tortura.
“Hay algo muy extraño en este caso. No entiendo la razón por la que las autoridades indicaron que no lo veláramos o destapáramos la caja fúnebre. ¿Qué están ocultando?”, indicó Reyes, agregando que le da miedo hacer estas denuncias por temor a represalias.
Además, el amigo indicó que otra cosa sospechosa es que al momento del sepelio de Luis, no había autoridades de salud en el cementerio como ocurre con aquellos entierros de personas que han sido víctimas del Covid-19.
Acusado de un crimen que no cometió
El caso ha sido retomado por periodistas locales, entre ellos Jorge Beltrán, quien trabaja para El Diario Hoy, el cual encontró que Luis había sido arrestado junto con otras 9 personas (una de ellas uno de sus hermanos) el pasado 28 de abril supuestamente por haber participado en el homicidio de un soldado en 2019.
Según Beltrán, las investigaciones contra Mejía y los otros detenidos estaban basadas en una declaración de un pandillero que se encuentra bajo un programa de protección del gobierno y que probablemente recibirá beneficios penales a cambio de información. Su hermano aún permanece arrestado.
El periodista enfatizó que no ha podido encontrar algún nexo de Luis con alguna pandilla y que además, pudo entrevistar al jefe de la policía local, Óscar Aguilar, el cual le indicó que muy probablemente fue esposado por un “protocolo” interno del hospital; además de que la sangre encontrada en ojos y oídos se debía al Covid.
Según el jefe de policía, Mejía se había enfermado con fiebre y dolor en el cuerpo durante su arresto, e incluso había tenido fiebre y estaba sangrando, razón por la que fue llevado al hospital de Zacatecoluca, donde falleció a su arribo.
Marcela Galeas es una abogada penalista que ha seguido muy de cerca este caso, la cual ha afirmado contundentemente que lo ocurrido con Luis Iván es una “clara violación a los Derechos Humanos de la víctima”.
“El Covid-19 no arranca los dientes, tampoco hace sangrar los ojos, ni el rostro, los actos de tortura sí. El coronavirus no produce vómitos con sangre, las golpizas sí. El Covid-19 no se incuba, desarrolla y mata en un día, en 3 o en 5, la muerte por intervención humana sí”, dijo Galeas, señalando que la detención de Mejía fue arbitraria, ya que no se siguió el procedimiento normal estipulado para una captura.
La abogada ha usado sus redes sociales para hablar del caso, lo cual ha provocado que reciba diversas amenazas de muerte. Esto no la ha amedrentado y planea seguir de cerca lo que vaya ocurriendo respecto al tema, aunque no lo ha podido llevar al 100% por temas de restricciones por la pandemia.
La familia de Iván asegura que era una buena persona y de familia. Se ganaba la vida trabajando como payaso en fiestas privadas y como músico en la iglesia de su barrio, siempre pensando en sacar adelante a su bebé de tan solo 7 meses.
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