135 años cumple la Estatua de la Libertad, el ícono más universal de EE.UU. y la inmigración

Símbolo humanista y anhelado destino turístico, la "Estatua de la Libertad" se inauguró en 1886, fue declarada monumento nacional en 1924 y Patrimonio de la Humanidad en 1984

Estatua de la Libertad, símbolo de la inmigración en EE.UU.

Estatua de la Libertad, símbolo de la inmigración en EE.UU. Crédito: Lars Niki/Getty Images for Old Navy

Sin imaginarlo, Francia le otorgó a EE.UU. lo que ha llegado a ser su ícono más universal: la “Estatua de la Libertad”, ubicada entre las costas de Nueva York y Jersey, en la desembocadura del río Hudson.

Hoy 28 de octubre se cumplen 135 años de su inauguración en 1886, en presencia del entonces presidente Grover Cleveland. La estatua es obra del escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi y la estructura interna fue diseñada por el ingeniero Alexandre Gustave Eiffel, quien luego también crearía la famosa torre que lleva su nombre, en París.

Años después, a medida que su fama crecía como símbolo humanista y atracción turística, el 15 de octubre de 1924 la “Estatua de la Libertad” fue declarada monumento nacional. Y desde 1984 es considerada Patrimonio de la Humanidad, por la Unesco.

“Para muchos la Estatua de la Libertad… es un símbolo perdurable de la idea de que Estados Unidos es una nación de inmigrantes. La antorcha de Lady Liberty fue la primera imagen de EE.UU. para millones de inmigrantes que llegaron a Ellis Island” durante décadas, escribió ayer Reece Jones, presidente del Departamento de Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Hawaii.

Pero “La transformación del significado de la Estatua de la Libertad ilustra cómo los estadounidenses a menudo recuerdan mal nuestra historia. El propósito original de la estatua era conmemorar el fin de la esclavitud y el centenario (de la independencia) del país. No tuvo nada que ver con la inmigración”, agregó Jones en su artículo para CNN.

“La estatua simboliza la libertad y la luz en todo el mundo”, comentó en junio Olivier Faron, administrador general del “Conservatoire national des arts et métiers” de París (CNAM), en ocasión del envío de una pequeña réplica a la residencia del embajador francés en Washington DC.

La “Estatua de la Libertad” fue concebida por primera vez por un historiador francés en 1865 como un regalo a Estados Unidos después del final de la Guerra Civil: las cadenas rotas y los grilletes en su pie simbolizan la abolición de la esclavitud, recordó New York Post.

El presidente Ulysses Grant fue quien acordó que se colocaría la estatua de cobre en el puerto de Nueva York, donde serviría como un faro de esperanza para todos los barcos que llegaran a la ciudad. Así, pronto se convertiría en un símbolo de la inmigración, además de libertad.

La obra de 225 toneladas fue enviada y ensamblada en 1885 antes de ser dedicada por el mandatario Cleveland al año siguiente. A pesar de las apariencias, la “Estatua de la Libertad” no ha sido lavada en más de 130 años. Justamente su icónico color verde es en realidad el resultado directo de la falta de agua, más allá de las descargas naturales de lluvia, viento, salitre y nieve.

Es también uno de los destinos más anhelados para recorrer y fotografiar en el turismo doméstico e internacional. Antes de la pandemia, los visitantes anuales superaban los 3 millones.

Su página oficial y Twitter ofrecen la información más actualizada para zarpar hacia la isla “Liberty” y entrar al interior de la estatua, evitando el acoso y los paseos “engañosos” en el Bajo Manhattan. Otra opción para apreciarla desde el río, no muy lejos y gratis, es tomando el corto recorrido del ferry de Staten Island.

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