¿Porqué los taxis son amarillos en Nueva York?
Los taxis amarillos son un ícono de la ciudad de Nueva York, pero ¿cuál es la historia?
La identidad de Nueva York se define por varias imágenes icónicas, como la Estatua de la Libertad, el Empire State y hasta la de los equipos deportivos, como los Gigantes, los Jets o los Knicks; sin embargo, los taxis amarillos de la Gran Manzana son reconocidos a nivel mundial y desde hace varias décadas.
Quienes han pasado, aunque sea una tarde en Manhattan, bien saben que desplazarse por el centro de la ciudad bien podría parecerse a una carrera de obstáculos, situación que nos invita a hacernos de un servicio de taxi; bueno, pues a principios del siglo XX, tal vez la situación no era tan diferente.
Por su puesto, los taxis de Nueva York no siempre fueron amarillos, claro que los habían, pero además, existían de muchos otros colores, como el negro, el rojo o incluso de color marrón. Sin embargo, ese característico amarillo llegaría después.
Llegaron los taxis amarillos a Nueva York
Debemos remontarnos al año de 1907 para ser exactos. Un empresario de nombre Harry Allen, quien creó en eso años la New York Taxi Cab Company, una empresa que se convertiría en el primer servicio moderno de taxis de Estados Unidos.
Allen consideraba que los primero taxis de la Gran Manzana cobraban precios excesivos, por lo que tomó la decisión de importar 65 vehículos franceses (de gasolina porque todavía habían carruajes) para competir seriamente en la ciudad.
El nuevo empresario de los taxis en Nueva York, decidió “uniformar” todos sus vehículos, por lo que obviamente se piensa que fue él quien popularizó el amarillo, y aunque no fue precisamente así, sin duda sí fue una de las causas que detonaría que más adelante se adoptara ese color en la ciudad.
The Yellow Cab Company
En fuentes más oficiales, se cree que el artífice de que los taxis sean amarillos en Nueva York, fue John Hertz, otro empresario originario de Chicago que fundó la Yellow Cab Company.
John Hertz descubrió un estudio realizado por una universidad de Estados Unidos, el cual determinaba que el color amarillo era el más fácil de vislumbrar, es decir, el que más podría llamar la atención.
Hertz, naturalmente, tomó la decisión de pintar todos sus taxis del color amarillo y más tarde, terminó creando todo un imperio en este rubro, gracias a que sus carros eran más visibles a largas distancias, sumado al buen manejo del negocio.
Lo curioso, es que esto no lo logró al principio en Nueva York, sino primero en Chicago, luego en Filadelfia y finalmente en la Gran Manzana, a donde llegó en 1925 y superó una flota de 2,700 vehículos.
Sus rivales, al ver la delantera de Hertz en el negocio, imitaron al empresario y aunque éste intentó tener la exclusividad del color, claramente era demasiado tarde.
En 1937 Nueva York reguló el sector de los taxis y a partir de ahí, sólo los conductores con licencia podían dar servicio, y en 1969 el alcalde John Lindsay impuso que las cabinas de los vehículos con licencia se pintaran de amarillo, dando por terminado algún otro color en taxis oficiales en la ciudad.
A pesar de la llegada de las empresas VTC como Cabify y Uber a Nueva York, que han ganado terreno en los últimos años, el amarillo continúa brillando por las calles de la Gran Manzana.