Prostitutas en Australia revelan los pedidos más extraños de clientes, y no todos son tan sexuales

Las revelaciones forman parte de una serie de entrevistas para la plataforma The Archive con Daniel Delaway

Prostituta Australia

Una prostituta de The Site, un burdel en Sídney, Australia. Crédito: Ian Waldie | Getty Images

Trabajadores sexuales en Australia revelaron los pedidos más extraños que le han hecho clientes como parte de una serie de entrevistas para la plataforma The Archive con Daniel Delaway.

Entre las solicitudes menos comunes figura el de un cliente que le pidió a la sexoservidora que lo cubriera de bizcocho, y otro que le requirió a las mujeres soplar globos hasta hacerlos estallar.

Este último pedido fue revelado por Olive Pearl, quien explicó que el sujeto le pidió a ella y a otra chica que llenaran la habitación de globos.

“En el momento en que explotaban, él se asustó un poco, y eso era lo excitante”, recordó la entrevistada.

“Fue como una hora y media de llenar globos, explotarlos y frotarlos sobre nosotras mismas y eso fue todo”, describió Pearl entre risas.

La trabajadora sexual también confesó que, en otra ocasión, un cliente llegó a la cita con un bizcocho de chocolate y le pidió que se sentara encima de la masa y que luego le pasara el contenido por todo el cuerpo.

“En su cabello, su cara, todo”,  detalló.

Un hombre, que se describe como “animador sexual”, dijo que recuerda muy bien uno de sus primeros encuentros por lo inusual del intercambio.

La cita inició en un restaurante exclusivo donde se sentía fuera de lugar por su vestimenta y la comida.

Cuando terminaron, se fueron a la casa del cliente, un hombre en sus 70. El desconocido se quitó la ropa, se puso la nariz de un cerdo y empezó a actuar como un animal de granja.

“Yo llegué a mi casa y empecé a contar el dinero, ‘tomó años’; yo nunca he hecho más que esa cantidad de dinero en una reservación”, declaró.

Otros trabajador sexual relató que, en una ocasión, le pagaron $5,000 dólares más $3,000 en calzoncillos de diseñador, tras un encuentro de 10 horas en el que solo tuvo que modelar ropa interior exclusiva para el cliente.

Pero no todas han sido experiencias satisfactorias, algunos entrevistados han tenido que rechazar ofertas porque involucraban a las mascotas de los solicitantes o ir al inodoro con la otra persona.

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